Cerveza y vino
El consumo de alcohol puede traer consecuencias negativas para la salud del cerebro. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Salud

Ingerir cerveza y vino puede disminuir la capacidad cerebral, según científicos

El cerebro tiene acción directa e indirecta en todos los procesos corporales.

10 de marzo de 2022

El cerebro está compuesto por más de mil millones de neuronas. Algunos grupos específicos de ellas trabajan en conjunto para dar la capacidad de razonar, experimentar sentimientos y comprender el mundo. También ayudan a recordar cantidades diversas de información, explica el portal web de salud y medicina Medline Plus.

El portal indica que los tres principales componentes del cerebro son el encéfalo, el cerebelo y el tallo cerebral. La corteza cerebral es la porción externa del encéfalo, también llamada materia gris. Genera los pensamientos intelectuales más complejos y controla los movimientos corporales. El encéfalo está divido por el lado izquierdo y el derecho, que se comunican entre sí a través de un delgado tallo de fibras nerviosas.

El cerebelo crea programas automáticos para que sea posible realizar movimientos complejos sin pensar; el tallo cerebral es fundamental para la supervivencia porque conecta el cerebro con la médula espinal y su parte superior se conoce como cerebro medio y justo debajo de este se encuentra la protuberancia y debajo de esta, el bulbo raquídeo.

En la revista científica The Lancet se publicaron los resultados de un sistema de evaluación de adicciones diseñado por un grupo de científicos encabezados por el profesor de Psicofarmacología de la Universidad de Bristol en Inglaterra, David Nutt. Por medio de esta investigación, se logró establecer un ranking de las cinco sustancias más adictivas y las consecuencias negativas que traen para la salud del cerebro.

Entre esas sustancias se encuentra el alcohol. Los expertos mencionan que los efectos del alcohol en el cerebro pueden variar. Algunas pruebas de laboratorio demostraron que su consumo puede generar un aumento en los niveles de dopamina desde 40 % hasta 360 %. La OMS calcula que los consumidores habituales de esta sustancia pueden generar dependencia en al menos 22 % de los casos.

Expertos recomiendan disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillo y drogas ilegales, pues estas pueden afectar el funcionamiento cerebral. Foto: Gettyimages.
Expertos recomiendan disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillo y drogas ilegales, pues estas pueden afectar el funcionamiento cerebral. | Foto: Gettyimages

Algunos expertos mencionan que el consumo moderado de esta sustancia no genera dependencia; sin embargo, algunos aclaran que sí. Mayo Clinic explica que un consumo moderado de alcohol incluye una copa al día para mujeres y hasta dos para los hombres.

Cabe mencionar que los beneficios del alcohol se consideran pequeños si se comparan con otros de los componentes de un estilo de vida saludable, como el consumo de frutas y verduras, y la práctica constante de actividad física.

Un estudio de la Universidad de Pensilvania analizó datos de más de 36 mil adultos. Los resultados de la investigación arrojaron que el consumo de alcohol de leve a moderado reduce el volumen cerebral general y, conforme como aumente su consumo, también lo hacen los daños.

Por ejemplo, pasar de beber media cerveza a beber una al día (o una copa de vino) podría producir cambios en el cerebro asociados al envejecimiento de dos años, mientras que pasar de dos unidades a tres sería como envejecer tres años y medio en una persona de 50 años.

El consumo de alcohol desmedido puede aumentar el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, puede ocasionar muerte súbita; en caso de tener una enfermedad cardiovascular, puede provocar un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, entre otros.

Cabe mencionar que, en algunos casos, el alcohol se debe evitar a toda cosa debido a las consecuencias negativas que pueden generar durante la etapa del embarazo; tampoco se recomienda en personas con antecedentes de accidente cerebrovascular hemorrágico, pacientes con enfermedad hepática, pancreática o insuficiencia cardíaca, así como quienes toman medicamentos o tienen diagnóstico de alcoholismo.