Una actitud negativa se puede moldear y entrenar para que se convierta en una oportunidad saludable de vida.

Psicología

¿La alegría necesita entrenamiento? Esto dicen los expertos

Expertos y psicólogos aún no han podido definir con exactitud lo que realmente es la felicidad, ya que su concepto cambia en cada individuo.

8 de junio de 2022

La felicidad o la alegría, por lo general se confunde con una emoción estática; sin embargo, es un estado de bienestar general que puede ser volátil, pues esta genera una sensación de paz interior, permitiendo aumentar el interés por las demás personas, una mejor cooperación y empatía, e incluso ayuda a mejora la capacidad intelectual y la motivación.

Expertos y psicólogos aún no han podido definir con exactitud lo que realmente es la felicidad, ya que su concepto cambia en cada individuo. Para muchos este sentimiento puede ser reflejado en actividades deportivas, pero para otros no. De este modo, conocer los recursos que se necesita para ser feliz está en cada quien, en las propias conductas que a su vez repercuten en la propia estructura cerebral.

Por lo general, las emociones positivas como la alegría llevan a un individuo a arriesgarse aún más a tomar mejores decisiones, lo cual mejora la calidad de vida y fortalece el sistema inmunitario. De esta manera, una actitud negativa se puede moldear y entrenar para que se convierta en una oportunidad saludable de vida.

Según el portal web Psyciencia, un tercio de las habilidades emocionales de una persona son innatas, forman parte de la personalidad, el carácter y el temperamento de origen genético; pero las otras dos terceras partes son moldeables, se desarrollan con el tiempo y es ahí donde debemos trabajar para cultivar la felicidad.

Técnicas para entrenar la alegría

Tomarse la sonrisa en serio: Por lo general, muchas personas no son conscientes de cuando están en un estado de plenitud que les lleva a estar muy felices, por lo cual, es fundamental ser consciente de cada sensación que nos produzca la alegría.

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Expertos y psicólogos aún no han podido definir con exactitud lo que realmente es la felicidad, ya que su concepto cambia en cada individuo. | Foto: Cortesía campaña de Gustavo Petro

Disfrutar de lo simple: Al perseguir un ideal de felicidad, la atención se desconcentra y deja a un lado lo pequeño y lo simple, que en muchas ocasiones es ahí donde se encuentra el verdadero placer. Expertos aconsejan valorar el hecho de respirar, de poder abrazar, de crecer e incluso de gozar de la lluvia en días oscuros.

Soltar para recibir: La tradición budista ha enseñado que la alegría y la felicidad surge al dejar ir, ya sea un miedo, una angustia, o una persona. La renuncia es parte del proceso de vida y es algo natural, porque todas las personas están obligadas a elegir en qué y en quién invertir el tiempo y el esfuerzo.

Conectar con el instinto: El racionalismo que impera en el día a día de una persona, ha llevado a que reniegue contantemente de lo natural e instintivo del cuerpo y de las sensaciones placenteras. Por lo que es fundamental creer en sí mismo y en el instinto espiritual que ha cultivado durante el pasar de los años.

Inspiración convertida en locura: En el Renacimiento la alegría se empezó a desvalorizar y empezó a asociarse con la locura, considerándola como negativa para fomentar el descontrol. Sin embargo, varios filósofos franceses contemporáneos señalan que la locura es una de las capacidades para sacar al ser humano de la tragedia que puede acompañar la existencia.

Placer corporal: El filósofo Salvador Pániker, decía que la felicidad es sobre todo un estado corporal, por lo que basta con hacer una actividad que despeje todo pensamiento para tener una sensación de plena alegría. Expertos aconsejan incluir en la rutina diaria clases de baile, canto o ejercitarse de forma saludable.

Respirar adecuadamente: De acuerdo con la revista Cuerpo y Mente, la psicóloga Susana Bloch, señala que las personas pueden respirar de una determinada manera para conectar con la alegría, una de las cuatro emociones básicas del ser humano. Una de las mejores técnicas de respiración es inspirar bruscamente a través de la nariz y exhalar realizando rápidas sacudidas con la boca abierta mientras se estiran los labios horizontalmente, en forma de sonrisa.