Inmaculada concepción. El 8 de diciembre ha sido declarado un día festivo en la iglesia católica, pues rinde homenaje a la Virgen María, que nació libre de pecado original desde el momento de su concepción. En Colombia se celebra con el día de las velitas, una fiesta en la que las personas encienden velas y faroles para honrar a la Virgen y dar inicio a las festividades navideñas. Foto: Getty Images/iStockphoto
Por la gracia de Dios, María permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de su vida. | Foto: .

Vida moderna

¿Cuál es la oración a la Virgen de la Inmaculada Concepción para el día de las velitas?

Una tradición que año tras año se realiza en familia para agradecer a Dios y a la Virgen María por todos los beneficios recibidos.

6 de diciembre de 2022

Una de las tradiciones que enmarcan esta temporada de las fiestas decembrinas en Colombia, es el Día de las Velitas, el cual se celebra el 7 de diciembre.

Por lo general, ese día la mayoría de familias colombianas se reúnen para unirse en oración y compartir tiempo juntos. Dicha tradición se basa en ubicar velas y faroles, en las ventanas y andenes de las casas, y encenderlas en honor a la Inmaculada Concepción de María.

Esta celebración fue proclamada por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854 en la bula ‘Ineffabilis Deus’, conmemora la pura y especial concepción de María, quien desde el momento de su nacimiento fue preservada por Dios de toda mancha o efecto del pecado original de Adán y Eva.

Eso quiere decir que, por la gracia de Dios, María permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de su vida.

Día de las velitas
Para el 7 se deben ubicar velas y faroles, en las ventanas y andenes de las casas y encenderlas en honor a la Inmaculada Concepción de María. | Foto: Archivo

Ahora bien, además de encender las velas, la oración para el 7 de diciembre, es una tradición que año tras año se realiza en familia para agradecer a Dios y a la Virgen María por todos los beneficios recibidos, según el portal especializado LaOracion.Org.

Oración a la inmaculada concepción

Oh santísima inmaculada concepción, hoy en este día encendemos una luz en representación de nuestra fe hacia ti madre santa, que entregaste todo tu ser para dar vida a nuestro señor Jesucristo.

Oramos hoy al calor del fuego que emanan estas velas, que hemos encendido una a una, con una intención en especial. Concédenos madre santa cada favor que te hemos encomendado, cúbrenos con tu manto celestial y guíanos por el camino del bien.

Santa María, madre de dios, recibe estas luces que hoy encendemos en tu nombre, que cada una de ellas llegue hasta cada uno de los miembros de mi familia y amigos. Para que gocen de buena salud y tengan éxitos en todos sus proyectos.

Encendemos también una vela por la paz, hoy en esta noche llega a cada uno de los corazones y borra todos los malos pensamientos, ayúdanos a ser mejores personas, cumpliendo cada una de las enseñanzas que nos dejó Jesucristo.

Bendícenos, madre santísima en esta navidad que se aproxima, que esta época abunde en nosotros el amor, el respeto, la alegría y la unión familiar.

Inmaculada concepción de María, reina de los cielos y de la tierra, ruega por nosotros.

Amén.

Otras oraciones

Oración 1

Inmaculada Virgen María, Reina del cielo y la tierra, Madre de misericordia, defensora, abogada y refugio de todos los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.

A vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús.

Y por la filial confianza que os tengo estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo.

Amén.

Oración 2

¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso amparo. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los desventurados hijos de Eva.

¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo!

Acoge las súplicas de los que, hoy reunidos y unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las asechanzas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, finalmente todos cantemos de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz.

Amén.