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¿Qué enfermedades pueden causar que una persona baje de peso?
Perder peso involuntariamente puede indicar la presencia de una enfermedad delicada.
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La pérdida de peso puede ser una señal de que algo no está funcionando muy bien en el organismo. A veces, esto se debe a cambios repentinos de hábitos o de estilo de vida, pero hay que estar pendientes, pues puede ser uno de los síntomas de alerta de la presencia de una enfermedad.
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En el caso en el que usted comience a ver que inesperadamente baja de peso, hay que valorar tanto la rapidez con la que se está presentando este signo, como la cantidad de kilos perdidos, por lo que la mejor decisión será acudir al médico.
Posibles causas de la pérdida de peso involuntaria
Sara Piedrabuena García, especialista del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Fuenlabrada, señala que se puede hablar de una reducción significativa cuando se produce un descenso de “del 5% o más del peso en un periodo de 6-12 meses”.
De acuerdo al portal cuidateplus.marca.com, las razones que están detrás de la reducción repentina e involuntaria de peso corporal pueden ser muy diversas:
- Problemas endocrinológicos como hipertiroidismo o diabetes no diagnosticada.
- Enfermedad celíaca.
- Diarrea y ciertas infecciones que duran mucho tiempo, como parásitos.
- Inflamación crónica del páncreas.
- Extracción de alguna parte del intestino delgado.
- Uso excesivo de laxantes.
- Trastornos alimentarios, como anorexia nerviosa.
- Cáncer, incluso cuando no hay otros síntomas.
- Infecciones crónicas como el VIH.
- Patologías crónicas como EPOC o enfermedad de Parkinson.
- Cambios recientes en medicaciones (sobre todo el inicio de antidiabéticos orales, fármacos para la demencia o retirada de algunos fármacos psiquiátricos).
- Consumo de drogas ilícitas como las anfetaminas y la cocaína.
- Problemas dentales.
- Estrés, ansiedad, depresión.
Factores psicológicos que pueden desencadenar problemas de disminución de peso
Detrás de la pérdida de peso inesperada pueden estar varios factores psicológicos, por lo que se aconseja que también se revise este aspecto en aquellas personas que han bajado rápidamente de peso.
“El estrés y la ansiedad provocan que se quemen más rápido las calorías del cuerpo, lo que, sumado a la pérdida de apetito, influye de manera importante en la disminución de peso”, confirma Guadalupe Blay Cortés, responsable del Grupo de Trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Los cambios repentinos en la cotidianeidad pueden afectar el peso de las personas. La pérdida de un ser querido, el exceso de estrés o los cambios en las rutinas de trabajo pueden desembocar en alteraciones en la ingesta de alimentos que terminan en una pérdida de peso.
Hay que tener en cuenta que el peso es un balance entre lo que se come y lo que se gasta y en ciertas circunstancias, se come menos de lo acostumbrado debido a situaciones que afectan emocionalmente.