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| Foto: Santiago Ramírez Baquero / SEMANA

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El esfuerzo de Beatriz González para salvar el monumento que honra a las víctimas del 9 de abril

La Procuraduría le brindó su apoyo a la artista para que la única obra que conmemora la memoria de los muertos del 9 de abril no sea derrumbada por un proyecto de la actual Alcaldía. El debate toma fuerza.

17 de agosto de 2018

En una noche de luna llena, regresaba Beatriz González del aeropuerto Eldorado y pasó por la avenida Jorge Eliécer Gaitán, mejor conocida como Calle 26, y vio esas tumbas con profundos hoyos negros. Era 2007, y se le ocurrió intervenir los columbarios del Cementerio Central. 

Cuando alguien pasa por esa avenida, sobre la altura del actual Centro de Memoria Histórica, reconocerá inmediatamente las cuatro edificaciones con el lema "La vida es sagrada". Son los únicos monumentos que honran la memoria de los muertos del 9 de abril de 1948. Primero eran seis, pero ya se tumbaron dos. Ahora, la obra corre el riesgo de que otros dos columbarios se vayan al piso, todo por culpa de un proyecto de la Alcaldía, que quiere instalar una plazoleta cuadrada para que allí los habitantes de la localidad de Los Martires puedan comprar comida o entrar a un baño. 

Primero se había pensado un diseño de Rolegio Salmona, pero la plazoleta cuadrada es el nuevo proyecto. 

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Ante esta amenaza, que sigue en pie, González decidió llamar a su alma mater, la Universidad de los Andes, para que desde la Facultad de Artes y la subdirección de Patrimonio promovieran la conservación de los columbarios. Ese apoyó llegó y terminó por concretarse aún más cuando la artista recibió una llamada de la Procuraduría.

Ahora, Auras Anónimas está expuesta en el auditorio Antonio Nariño de esa entidad, como una forma de apoyo para que los columbarios -los 4 de quedan- sobrevivan a este proyecto urbanístico. 

El Procurador Fernando Carrillo, quien dio las palabras de apertura, fue contundente y crítico con la amenaza por la que pasa la obra de González, a la que catalogó como la artista "más importante de Colombia". 

"No podemos permitir que este espacio, que es para conmemorar a las víctimas se convierta en un lugar para vender paletas", dijo el procurador, refiriendose de manera directa a lo que dijo la secretaria de Cultura y Turismo María Claudia López Espinoza de que la gente no tenía dónde comprar una rosa, una paleta o entrar al baño.

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La exposición cuenta con un archivo considerable de recortes de periódicos que contextualizan el problema actual, además de los bocetos de la artista. Como Estudio de tierra en Brranca, un carboncillo sobre papel; Boceto de carguero, carboncillo sobre papel y Domingo de resurrección, una litografía sobre papel. 

Además están las 9 muestras de los diferentes diseños que se exponen en los columbarios, todos sacados de fotografías de prensa de la colección de González en donde se ven a personas cargando un cuerpo en una bolsa negra, un diálogo directo con los cuerpos que yacieron en los columbarios que no tenían nombre ni rostro. 

"Es increíble que una institución tan grande se fije en algo tan mínimo", le dijo la artista a SEMANA, quien se mostró agradecida y de paso resaltó el gusto del procurador por el arte.