Home

Economía

Artículo

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, tendrá que jugarse a fondo para lograr que la reforma genere más ingresos y no castigue más a los que sí cumplen y tributan. Viene un juego de equilibrismo que luce complejo.

Reformas

Estas son las principales críticas que le hacen a la nueva reforma tributaria

Aunque todavía no se conoce el texto del proyecto de ley que el gobierno llevará al Congreso, desde varias orillas de la política, la economía y la vida social ya le llueven críticas.

28 de marzo de 2021

Benjamin Franklyn decía que la muerte y los impuestos son las dos cosas más seguras en este mundo. Pero quizás a estas ha que sumarle una más: la animadversión de los ciudadanos hacia los nuevos impuestos.

Por eso tras la presentación de la nueva reforma tributaria a los gremios de la producción y representantes de algunos partidos políticos, el país ha presenciado una lluvia de críticas a los principales temas que se han conocido. Y esto apenas comienza.

Pero tanto el empresariado como los políticos y los analistas económicos comparten la idea del gobierno de que esta es una decisión que no da espera. El país enfrenta un enorme déficit fiscal generado por el aumento del gasto para atender las necesidades tras un año marcado por la pandemia. El menor recaudo de impuestos y el mayor gasto público, entre otras razones para atender a las familias más vulnerables y garantizar el empleo, son frentes que hay que atender. El golpe a la economía causado por las medidas de aislamiento para contener la propagación de la covid-19 es enorme. Y hay que enfrentarlo ya.

Y aunque pareciera que en este momento el ‘palo no está para cucharas’ en materia de impuestos, el país debe atender sus necesidades internas y garantizarles a las calificadoras internacionales que está tomando las medidas necesarias para corregir el rumbo fiscal.

La nueva tributaria tiene ese propósito, aunque según el experto en temas legislativos, Javier Hoyos Arboleda, algunos de los temas incluidos en esta iniciativa resultan bastante cuestionables. Estos son los cinco principales reparos que hace este experto en temas legislativos y tributarios a la propuesta que hasta ahora ha socializado el equipo de Hacienda del gobierno Duque.

1. No hay gradualidad.

La Comisión de Expertos internacionales que hace una semana presentó sus conclusiones al país estudió a fondo el esquema tributario colombiano y recomendó reducir algunos beneficios y hacerlo de una forma gradual, con medidas que no fuesen ni tan fuertes que paren el crecimiento, ni tan suaves que lleven a una reducción en las calificadoras de riesgo. Pero de acuerdo a lo que se ha divulgado de la nueva reforma tributaria y sin conocer el texto, el gobierno se va con todo en el corto plazo. Pretende recaudar casi 30 billones de pesos en esta ocasión, lo que equivale a tres reformas tributarias del tamaño de la última que se hizo en el país. El impacto será fuerte en contra de la recuperación de la economía.

Nos pareciera entonces que el gobierno hubiera acogido las recomendaciones de la Comisión de expertos de ir gradualmente hacia un sistema tributario justo, equitativo y suficiente para cubrir los gastos necesarios del Estado. Y como ocurrió con las recomendaciones de otras tantas comisiones anteriores, estas se podrían quedar solo en el papel.

2. ¡Pobre clase media!

En la última reforma tributaria la clase media quedó muy afectada al limitar descuentos y subir tarifas de renta a las personas naturales. Esta tendencia continúa en el proyecto que presentará el gobierno pues limita aún más las deducciones. Eso eleva la base gravable, lo que podría implicar un aumento en los impuestos. Además, se proponen impuestos a las pensiones. Todo esto afectará aún más el consumo en medio de una demanda débil y, por supuesto, afectaría el crecimiento económico.

3. Impuesto al patrimonio: ¿expropiatorio?

Establecer una tasa del 3% para el impuesto al patrimonio es expropiatorio. Eso implicaría que a la vuelta de 30 años el Estado se quedaría con los bienes de los contribuyentes. Además es un impuesto es antitécnico. El patrimonio surge de los ahorros y esos ahorros salieron de la renta que ya fue objeto de impuestos. Este impuesto afectará la inversión y el ahorro, fundamentales para el crecimiento económico. Quienes tienen bienes raíces verán una recarga exagerada entre el predial y dicho impuesto. Recuérdese además que se invitó a mucha gente a declarar sus bienes por la temporalidad de este impuesto. Sin embargo, este se está cobrando desde el 2002.

Si el gobierno insiste con un impuesto al patrimonio, este debería tener tarifas bajas, marginales, es decir que se incrementan levemente por tramos del valor patrimonial, para que no se invite a esconder capitales o a sacarlos del país.

4. ¿Y dónde está la racionalización del gasto?

Durante el proceso de socialización del proyecto de reforma tributaria que inició esta semana el equipo de Hacienda no se ha mencionado un tema que resulta clave en este momento: cómo racionalizar el gasto y los subsidios. De hecho, las presentaciones hasta el momento han hecho énfasis en que habrá mayor gasto. Curiosamente los gastos de funcionamiento han crecido durante los últimos años al doble de la inflación y así no hay reforma tributaria que valga. Redefinir el tamaño del Estado y de los subsidios será fundamental, pues muchos de ellos se asignan sin un soporte constitucional. La carta política solo consagra 7 tipos de subsidios, y aquí hay subsidio para todo. Está política tampoco debe llevar a desestimular la búsqueda de trabajo. Necesitamos políticas de empleo para mejorar las condiciones de los más necesitados.

5. Qué hacer con el IVA

La generalización del Impuesto al Valor Agregado es un tema que se ha planteado muchas veces pero que a veces se ha politizado y eso no ha permitido que los colombianos comprendan bien su dimensión. Al generalizar el IVA se podría dar una reducción de la tarifa que no invite a evadir. La tarifa promedio hoy entre los que pagan diferentes tarifas y los que no pagan oscila entre el 6 y 7%.

La categoría de bienes bienes excluidos y exentos es muy exótica. Los primeros no causan IVA y no recuperan el IVA pagado en el proceso del producción o distribución. Los segundos no pagan IVA, pero sí recuperan el IVA mediante devolución. Y en el proyecto que presentó el gobierno plantean eliminar la categoría de exentos (solo quedan exentos los productos para exportación) por lo que los que pasan de exentos a excluidos, es decir que no recuperarán el IVA.

Además, cuando un bien está excluido, las importaciones pagan cero de IVA y aunque los productos nacionales también pagan cero, no puede recuperar el IVA, quedando la producción nacional en desventaja. También habría un trato desigual cuando bienes similares se gravan unos con impuesto al consumo y otros con IVA, porque en este último caso se puede descontar el IVA, pero los de impuesto al consumo no lo pueden hacer y tienen que llevarlo al costo.

Finalmente, para el experto Hoyos Arboleda corregir todos estos desequilibrios no se requiere ni comisión de estudios, si no voluntad. Lo ideal sería establecer tarifas bajas y con la posibilidad de descuento para todos los productos. Y trabajar en reducir la enorme evasión, calculada por la Comisión de expertos en unos 42 billones de pesos, algo así como cuatro reformas tributarias.

Lograr que los nuevos impuestos no recaigan siempre en los mismos será uno de los mayores desafíos del gobierno de cara a una segura reforma tributaria. ¿Qué tanto se logrará?