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Trampas al teletrabajo: así descubren las empresas en Estados Unidos a quienes se escapan del puesto
Algunos empleados usan herramientas digitales para aparecer activos trabajando. Pero estos programas tienen forma de ser descubiertos.
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El banco Wells Fargo despidió recientemente a una decena de empleados en Estados Unidos por “simulación de actividad en el teclado del ordenador”, un ejemplo de la voluntad de algunas empresas obsesionadas con la productividad, de descubrir trampas en la era del teletrabajo.
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Algunas firmas persiguen incluso las técnicas que permiten simular que se está trabajando y utilizan para eso, instrumentos sofisticados de “tattleware” o software de vigilancia.
Estas herramientas, cuya demanda explotó desde la pandemia, se instalan en los ordenadores de las empresas y controlan la productividad de los empleados, mediante vigilancia de su puesto de trabajo, de la actividad del teclado, o incluso a través de la localización por GPS.
Una empresa de marketing con sede en Florida habría así instalado en sus computadoras un programa que toma capturas de pantalla cada 10 minutos para vigilar la actividad de sus trabajadores, según la revista Harvard Business Review.
Algunos empleados, que buscan eludir estos dispositivos delatores, apelan a otras herramientas, que simulan por ejemplo el movimiento del ratón e impiden a la computadora ponerse en vigilia. El objetivo: aparecer como en actividad a ojos de sus jefes, aunque puedan estar, por ejemplo, en asuntos no vinculados a su trabajo.
Una pulseada tecnológica
Tutoriales en TikTok o YouTube enseñan cómo aparecer artificialmente activo, gracias, por ejemplo, a falsas presentaciones de PowerPoint útiles para “cuando se necesita dormir la siesta”.
“Cliquear solo en +Diaporama+ y todo funcionará”, asegura Sho Dewan, un influencer que se presenta como un “exreclutador (de personal) que comparte los secretos de los RH”, recursos humanos, en un video de TikTok que tiene varios millones de descargas.
Otra pista frecuentemente compartida en estos tutoriales: abrir un programa de escritura y colocar un objeto que oprima una tecla. La página se llena del mismo carácter miles de veces, pero el empleado aparece activo.
Sin embargo, el instrumento más popular es el que permite mover el ratón y que es posible comprar por unas decenas de dólares.
“Aprieten el botón cuando se levanten del escritorio y el cursor se desplazará de forma aleatoria por la pantalla, durante horas si es necesario”, se entusiasma un usuario en un comentario sobre el producto en Amazon.
El riesgo de ser descubierto es, de todos modos, importante. En una publicación en la red social Reddit, un empleado cuenta que fue despedido cuando su coordinador descubrió que usaba un simulador de movimiento del ratón del ordenador.
Al notar que utilizó un software para simular este movimiento, algunos internautas sugieren en los comentarios apelar a un objeto físico, material, que desplace el mouse y es “indetectable”.
El gato y el ratón
Algunos profesionales de recursos humanos consideran que este juego del gato y el ratón provocó que se multipliquen la “puesta en escena de la productividad”, que lleva al empleado a fingir de forma incluso teatral su actividad.
Con la pandemia de Covid-19 y en consecuencia el desarrollo del trabajo a distancia, ¿la medida del tiempo pasado delante de una pantalla y del número de “clics” al mouse es realmente un instrumento eficaz para juzgar la productividad? En un sondeo citado por la Harvard Business Review, algunas empresas destacan que vigilar secretamente a sus empleados puede ser un bumerán peligroso para los empleadores.
“Descubrimos que empleados vigilados son mucho más propensos a tomar pausas sin consultar, dañar bienes en la oficina, robar material y trabajar de forma deliberadamente lenta” que los que no son sometidos a este tipo de prácticas, señala la revista.
Para A.J. Mizes, director de una empresa de asesoría laboral, el uso de simuladores de actividad demuestra la existencia de una “cultura de trabajo enfocada mucho más en los indicadores de rendimiento que en una productividad constructiva y las relaciones humanas”.
“En lugar de estimular la innovación y la confianza, este abordaje de vigilancia no hará más que empujar a los empleados a encontrar nuevos mecanismos para parecer ocupados”, asegura a la AFP este ejecutivo, que critica una “tendencia preocupante a la vigilancia excesiva”.
*Con información de AFP