LA ERA SANTOS
Pékerman, el golazo de Juan Manuel
Tras una sequía de 12 años sin mundiales, Santos se puso la camiseta de la Selección Colombia para ganar popularidad. En su gobierno, Colombia fue a dos mundiales, ganó medallas de oro en Olímpicos, y hasta su Santa Fe fue campeón de Copa Suramericana.

Así como Nelson Mandela apostó por el rugby como estrategia de unidad nacional en Sudáfrica, Juan Manuel Santos hizo lo propio para unir a un país tan dividido como Colombia, y comenzó a gobernar con la camiseta puesta, la de la selección de fútbol del país.
A finales de los años ochenta, cuando el estallido de las bombas del narcoterrorismo sonaba más que los goles en los estadios, la selección de Maturana, del Pibe, de Higuita, fue el motivo de orgullo en un país que estaba en plena guerra. Luego, la del 5-0 a Argentina en Buenos Aires tapó escándalos de corrupción como el Proceso 8.000, y hasta fue utilizada como publicidad de campañas presidenciales. O el equipo del del Tino Asprilla, del Tren Valencia, que se mantuvo hasta el Mundial del 98 en Francia, coincidiendo con la campaña que Andrés Pastrana le ganó a Horacio Serpa. El fracaso del proceso de paz del Caguán, apenas se pudo superar con el sorbo de la Copa América de 2001.
Desde 1990, o lo que es igual, desde la Constitución del 91, el único presidente que ‘no consiguió’ clasificar a la Selección Colombia a un Mundial de fútbol fue Álvaro Uribe Vélez, casualmente el primero en reelegirse. Cuando se posesionó, el 7 de agosto de 2002, Colombia había pasado un mes de junio viendo por televisión el Mundial de Japón y Corea. Cuatro años más tarde, cuando Uribe se reeligió, la selección no clasificó al de Alemania (2006), y a los ocho, cuando abandonó la Casa de Nariño, Colombia se quedó en la eliminatoria al campeonato del mundo de Suráfrica.
El fútbol, la selección, nunca estuvo entre las prioridades de Uribe. No es asunto de la agenda de la Casa de Nariño. Nunca se puso la camiseta, no se le vio en un partido, aún es un enigma si es hincha del DIM o del Nacional. Aún así, Uribe alcanzó a cabalgar con una popularidad del 80 por ciento en sus días de mayor gloria, su gobierno coincidió con el descalabro de entrenadores como Maturana, Reinaldo Rueda y Eduardo Lara.
Juan Manuel Santos, en la campaña del 2010, infundía miedo. Y como era el candidato de Uribe, muchos temieron que el ayuno mundialista se fuera prolongar hasta 2014, o hasta 2018 si llegara a reelegirse, como en efecto sucedió. Pero no. Desde muy temprano, Santos se calzó los guayos y el as del fútbol fue la carta que sacó de su manga, en los días donde más lo acompañó el bálsamo de la popularidad.
En mayo de 2011, por ejemplo, Juan Manuel Santos se dio un champú con el Mundial de Fútbol Sub 20, que su primo Francisco Santos había ayudado a gestionar, en sus días de vicepresidente de Uribe. En ese campeonato, en el que Santos se vio feliz en la cancha de El Campín, flanqueado por Luis Bedoya (presidente de la Federación Colombiana de Fútbol) y Joseph Blatter (presidente de la FIFA). Años más tarde Bedoya terminaría detenido y Blatter expulsado de la FIFA por corrupción. Fue la primera vez que todo el país supo de James Rodríguez.
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Un mes más tarde, la Selección Colombia del Bolillo Gómez disputó la Copa América de Argentina y con el partido que le jugó a la albiceleste el país volvió a creer en un equipo que sí tuviera con qué pelear la clasificación a Brasil 2014. Incluso tras haber quedado eliminado a manos de Perú en cuartos de final.
Pero en la madrugada del sábado 7 de agosto de 2011, el día en que Santos cumplía su primer año de gobierno con el 71 por ciento de imagen favorable (según la encuesta Colombia Opina de Ipsos para SEMANA), todo cambió. En el bar El Bembé, en el barrio La Macarena de Bogotá, Bolillo Gómez se pasó de guaros y fue sorprendido agrediendo a una mujer. Boris, un palmirano habitante de la calle, que cuidaba carros y al que todos en el barrio conocían, fue el único testigo. El país se dividió. La mayoría pedían la salida del Bolillo, los más cautos pensaban en la clasificación al Mundial.
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Santos sorprendió al país cuando intervino en una decisión del resorte exclusivo de una entidada privada como la Federación Colombiana de Fútbol. Terció en la controversia al sugerir la contratación de un entrenador extranjero, con el argumento que podría significarle al fútbol colombiano "nueva sangre y nuevas ideas". Días más tarde, la federación despidió al Bolillo, y contrató al argentino José Pékerman.
Para fortuna de Santos, la Selección Colombia con Pékerman se clasificó al Mundial de Brasil. El presidente no se perdía ningún encuentro de la eliminatoria, y hasta terminó siendo considerado un talismán por los futbolistas, a quienes recibió en varias oportunidades en la Casa de Nariño. Después de 16 años, la selección volvía a un Mundial.
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Mientras Santos se la jugaba en el país por conquistar su reelección, la selección avanzó hasta los cuartos de final y James Rodríguez se consagró como el goleador de la competición. Todo un hito histórico en el fútbol nacional.

Y para su fortuna, la cosecha de medallas en los juegos olímpicos también fue histórica. 16 preseas entre los Olímpicos de Londres (2012) y los de Río de Janeiro (2016), cuatro de ellas de Oro (Mariana Pajón -2-, Catherine Ibargüen y Óscar Figueroa). En su gobierno también sucedieron los triunfos de Nairo Quintana en el Giro de Italia (2014) y La Vuelta a España (2016), y el protagonismo de otros pedalistas como Riogoberto Urán y Esteban Chaves.
Y hasta su Santa Fe, que llevaba varias décadas sin salir campeón, volvió a ganar tres estrellas y consiguió la Copa Suramericana, el título más importante en la historia del club que une a toda la familia Santos (salvo una excepción). Cuando ganó el Nobel, se decía que era el primer santafereño en obtenerlo.

Aunque los triunfos deportivos obedecen más al talento de una de las mejores generaciones de deportistas, en su mayoría formados en el exterior, Santos sacó provecho de estos éxitos.
Por ejemplo, en aquella semana después del plebiscito del 2 de octubre de 2016, la Selección Colombia de Pékerman ganó el juego por eliminatorias a Paraguay en el Defensores del Chaco. El gol al último minuto de Edwin Cardona volvió a unir al país en una palabra de tres letras -gol- tras haber quedado divido por otra, también de tres letras, paz. Cuatro horas antes de que el país se despertara con el anuncio de que Juan Manuel Santos era el premio nobel de paz.
En su gobierno, Colombia fue sede de eventos deportivos internacionales de gran magnitud. El Mundial Juvenil de Fútbol (2011), Los Juegos Bolivarianos de Santa Marta (2017), y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla (2018).
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Sin embargo quedó en deuda con su promesa de convertir a Coldeportes en el Ministerio del Deporte, entre otras por lo tardía de su promesa. Así como Nelson Mandela, Santos ha sido el presidente colombiano que más se aferrado al deporte para unir a la Nación.
Pero sin duda, Pékerman fue el mejor gol que Santos se anotó en su mandato. Por algo le entregó la Cruz de Boyacá antes de Rusia.
