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En Estados Unidos el gobierno de Donald Trump retiene a 13.000 niños migrantes sin sus familias en centros acogida alrededor del país.

REFUGIADOS

¿Dónde están los campos de refugiados más infames?

A lo largo y ancho del mundo, decenas de lugares concentran a miles de personas cuyo único pecado es pensar diferente, buscar una mejor vida o huir de la violencia o el hambre. SEMANA presenta seis ejemplos dramáticos.

6 de octubre de 2018

Estados Unidos

El gobierno de Donald Trump tiene 13.000 niños migrantes detenidos sin sus familias en lugares repartidos por todo el país. Esa cifra, la más grande de la historia, tiene en ascuas al gobierno federal, que enfrenta duras críticas. Un reciente informe del diario The New York Times cuenta que cuando su campo se llena, suelen despertarlos a medianoche, casi clandestinamente, para embarcarlos en largos viajes en bus hasta el campamento central de Tornillo, un asentamiento ubicado a unos 45 kilómetros al suroriente de El Paso, cerca de la frontera con México. Los niños pierden todo contacto con sus amistades recién hechas y con sus familiares, y se sumen en la depresión, pues no saben qué pasará con ellos. Los dividen por género y les dan una libreta con ejercicios escolares que no están obligados a hacer. El campo de Tornillo comenzó con una capacidad para 1.600 niños, y en septiembre fue ampliado para recibir 3.800. Las autoridades esperan mantener ese flujo rotatorio hasta el final del año. La política de tolerancia cero de Donald Trump ha puesto a ese país en el nivel de los peores violadores de derechos humanos en el mundo.

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Grecia

La isla de Lesbos acaparó los medios de comunicación desde que estalló la crisis de migrantes en el Mediterráneo. Tres años después, en el campamento griego de Moria solo hay una ducha por cada 84 personas y un baño por cada 72 personas. El sistema de alcantarillado no da abasto y las aguas negras llegan a los colchones donde duermen niños. Hace poco, el Comité Internacional de Rescate, uno de los grupos de ayuda que operan allí, publicó un informe en el que advierte de una creciente crisis de seguridad y salud mental en el asentamiento. La violencia, los suicidios y la insalubridad son la constante en un lugar apto para albergar a 3.100 personas que reúne a más de 8.500.

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Jordania

Desde la guerra árabe-israelí de 1948, miles de palestinos han vivido por generaciones en campos de refugiados en Jordania. Más recientemente, una marea humana de ciudadanos sirios se han tomado la frontera con Siria. Allí, el campo de Rukban se ha convertido en un asentamiento de muerte en medio del desierto jordano. El régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, ha impedido la entrada de la asistencia humanitaria durante los últimos 10 meses, mientras que 60.000 civiles refugiados viven bajo el control de facciones del Ejército Libre Sirio sin los más elementales servicios en medio de la desesperación.

Turquía

Con 2,5 millones de refugiados en su territorio, Turquía es el país que más personas ha recibido desde que estallaron las crisis migratorias. El presidente Recep Tayyip Erdogan dice que han gastado 32.000 millones de dólares para alimentar y educar a los refugiados. Al respecto, Kemal Kirisci, experto en crisis humanitarias del Instituto Brookings, le dijo a SEMANA que “las supuestas democracias europeas reducen de a poco las cuotas de reasentamiento de 100.000 a 30.000 personas. Todo por cuenta de un aumento en la narrativa antiinmigrante, tan bien apropiada por la extrema derecha y el populismo. La anomalía en el escenario actual es Erdogan, él es populista, pero acoge generosamente a 4 millones de refugiados. Me pregunto si lo haría si no fueran musulmanes”.

China

Un millón de uigures musulmanes permanecen durante meses en campos de reeducación, destinados a remover sus creencias y alinearlos con los intereses del gobierno de Beijing. En la provincia china de Xinjiang viven unos 10 millones de uigures y algunas otras minorías musulmanas. Esa región autónoma ha estado bajo control chino desde 1949, cuando surgió la República Popular. Los uigures hablan su propia lengua y la mayoría practica una forma moderada de islam suní. Esa fe religiosa no cae bien en el régimen comunista chino y por eso quieren adoctrinarlos. En los centros de formación el gobierno somete a los uigures sospechosos de nacionalismo a retenciones forzadas y a procesos de reeducación a término indefinido.

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Australia

El país de los canguros niega la entrada a refugiados que llegan en barco en busca de asilo, aun cuando vienen de zonas en guerra. Por eso echa mano de varias islas fuera del territorio continental para mantenerlos alejados. De la isla de Nauru, conocida como el ‘Guantánamo australiano’ por cuenta de las condiciones infrahumanas en las que permanecen sus ocupantes, han salido relatos documentados por Amnistía Internacional que describen abusos sexuales a niños, depresión e intentos de suicidio. En Manus, otra isla ubicada al norte de Papúa Nueva Guinea, el gobierno australiano mantenía hasta octubre del año pasado 854 detenidos. Decidió cerrar el lugar una vez la ONU lo denunció, pero sus ocupantes se quedaron y ahora sufren la discriminación y las vejaciones de los papuanos.