Conflicto en Ucrania
Con bombardeos y ciudades destruidas, Rusia responde a hundimiento de su buque insignia
El crucero insignia de Rusia fue destruido en las aguas del Mar Negro. Esta fue la antesala de una intensa ofensiva en el este de Ucrania
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El crucero ruso “Moskva” fue alcanzado por dos misiles ucranianos antes de hundirse en el mar Negro, declaró, el pasado viernes, un funcionario del Departamento de Defensa estadounidense, quien calificó el ataque de “gran golpe” para Rusia.
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“Estimamos que lo golpearon con dos Neptunes”, dijo a periodistas el funcionario del Pentágono, quien pidió el anonimato, desmintiendo así la versión de Moscú que asegura que su buque insignia lanzamisiles sufrió “daños graves” por un incendio y luego se hundió.
El funcionario estadounidense no ha confirmado, sin embargo, la versión de que el Ejército ucraniano distrajo la defensa del “Moskva” con un dron en un costado del barco mientras los misiles de crucero antibuque Neptune lo alcanzaban desde el otro lado.
🇺🇦🇷🇺 | INVASIÓN RUSA A UCRANIA
— 𝗘𝗟 𝗕𝗨𝗡𝗞𝗘𝗥 𝙸𝚗𝚏𝚘𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚛 (@elBUNKERinfo) April 18, 2022
🔴 Se conocen las primeras imagenes reales y confirmadas del Crucero ruso #Moskva, buque insignia de la Flota del Mar Negro, antes de su hundimiento y cuando ya habia sido impactado por 2 misiles Neptuno ucranianos. pic.twitter.com/WjUjJetQll
“Creemos que hubo víctimas, pero es difícil evaluar cuántas”, dijo, y añadió que Estados Unidos tiene constancia de que los supervivientes fueron rescatados por otros barcos rusos en la zona.
El buque insignia de la marina rusa en el mar Negro, operativo desde principios de los 80, se hundió en pocas horas, llevando consigo al fondo una parte del orgullo de las fuerzas armadas del presidente Vladimir Putin, muy castigadas desde el inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
Un navío como este debería poder seguir en combate después de uno o varios impactos, y poder controlar un incendio. “Es un barco de 12.000 toneladas que se hundió en 12 horas (...) No es lo normal”, añade Ausseur a la AFP.
El Moskva, de 186 metros de eslora, portaba 16 misiles antinavío Bazalt/Voulkan, misiles Fort (la versión marina de los S-300 de largo alcance) y misiles de corto alcance Osa. Así como lanzacohetes, cañones y torpedos.
La respuesta a este ataque, que hirió el orgullo ruso, no se ha hecho esperar. En las ultimas horas Rusia ha aumentado la ofensiva en el este de Rusia y en algunas ciudades cercanas a Kiev.
Rusia bombardeó, el pasado sábado, una nueva fábrica militar cerca de Kiev, la capital de Ucrania, dejando un muerto y varios heridos; y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió que la “eliminación” de sus soldados en Mariúpol, en el sur, acabaría con las negociaciones de paz con Moscú.
En esta ciudad portuaria estratégica del sureste del país, asediada desde hace más de un mes por las fuerzas rusas, “no hay ni alimentos, ni agua, ni medicinas”, condenó el líder ucraniano en una entrevista. También acusó a los rusos de “negarse” a establecer corredores humanitarios.
En cuestión de muertos, “Mariúpol puede ser diez veces Borodianka”, una pequeña ciudad ucraniana cercana a Kiev destruida por los soldados rusos y donde se cometieron supuestos atropellos a los derechos humanos, señaló Zelenski.
En ese contexto, el líder ucraniano advirtió que “la eliminación” por las fuerzas rusas de los militares ucranianos que aún están en Mariúpol, “pondría fin a cualquier negociación de paz” con Rusia.
“Los restos del grupo [de combatientes] ucranianos [en Mariúpol] se encuentran actualmente completamente atrapados en la planta metalúrgica de Azovstal. Su única posibilidad de salvar la vida es deponer voluntariamente las armas y rendirse”, declaró por su parte el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov.
El 11 de abril, el ejército ucraniano anunció que se estaba preparando para “una batalla final” en la ciudad, situada a orillas del mar de Azov.
Ucrania quiere, sin embargo, que sus últimos defensores en Mariúpol luchen “hasta el final”, al contrario del ultimátum lanzado por Rusia, que pedía a las fuerzas ucranianas deponer las armas en esta estratégica ciudad portuaria del sureste del país.
“La ciudad no ha caído. Nuestras fuerzas militares, nuestros soldados todavía están allí. Lucharán hasta el final”, aseguró Denys Shmygal, el primer ministro ucraniano, en una entrevista con la cadena estadounidense ABC.
*Con información de la AFP.