Su nombre es Ruja Ignatova, tiene doble nacionalidad: búlgara y alemana, y es conocida como la ‘criptoreina’, una denominación que ella misma se dio. Ignatova creó una criptomoneda llamada OneCoin, que, según ella misma, debía convertirse en la gran competencia del Bitcoin. Después de las promesas de Ignatova, el OneCoin no solo no destronó a Botcoin, sino que se convirtió en su forma de estafar a cientos de personas por más de $4.000 millones de dólares. Hoy está prófuga.
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Actualmente, el FBI está ofreciendo “una recompensa de hasta 100.000 dólares por información que conduzca a la detención de Ruja Ignatova”, es decir un valor cercano a los 450 millones de pesos colombianos.
¿Cómo se dio todo?
Ignatova nació en Bulgaria y se fue a Alemania con 10 años, estudió más adelante en la Universidad de Oxford en Inglaterra y, en 2005, obtuvo un doctorado en derecho internacional privado de la Universidad de Constanza en Alemania.
Ya en el año 2012, había sido condenada por fraude en Alemania, por haber adquirido, junto con su padre, Plamen Ignatov, una empresa que poco después se declaró en quiebra en circunstancias dudosas. La pena que se le impuso de prisión fue de 14 meses. En el año 2013 también estuvo involucrada en una estafa de marketing multinivel.
OneCoin, una criptomoneda que nunca existió
En el año 2014, fundó un esquema piramidal llamado OneCoin, que de acuerdo con lo que Ignatova y su equipo presentaban, se trataba de una criptomoneda.
Ignatova viajaba por distintos países promocionando el OneCoin para conseguir posibles inversionistas.
En un evento de OneCoin en Londres, un año y medio después de la creación de la moneda, aseguró, de acuerdo con la revista Fortune: “Creo firmemente que OneCoin será la criptomoneda número uno en todo el mundo”.
Aceptando los aplausos de la multitud, continúa: “En los últimos dos años me han llamado de muchas formas. Lo mejor que me llamó la prensa fue: ‘OneCoin, que se supone que es el asesino de BitCoin’. Debo decir que me gusta. Todos ustedes saben que desde que extrajimos nuestra primera moneda, nuestro crecimiento explotó”. Y luego afirma que su empresa llega a los dos millones de usuarios activos, una cantidad que “ninguna otra criptomoneda tiene”.
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En sus eventos, Ignatova desmentía una y otra vez las acusaciones que le hacían. “Hemos sido tan criticados, han dicho que somos una de marketing de redes, que no somos una criptomoneda real”, dice en uno de los eventos compartidos por la Deutsche Welle, y responde ella misma a estas críticas: “Le decimos a los reguladores que somos la criptomoneda más transparente, más poderosa y más legal”.
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Ignatova tenía la sede de su empresa en Bulgaria y habría logrado que cientos de inversionistas financiaran una criptomoneda que carecía completamente de valor. De acuerdo con el registro de búsquedal del FBI: “Al parecer, dio instrucciones a las víctimas para que transfirieran fondos de inversión a cuentas de OneCoin con el fin de comprar paquetes de OneCoin, haciendo que las víctimas enviaran transferencias bancarias en representación de estas inversiones. Se cree que OneCoin estafó a las víctimas más de 4.000 millones de dólares.Ignatova fue el máximo dirigente de OneCoin hasta octubre de 2017″.
Ignaotiva habría viajado el 25 de octubre de 2017 desde Sofía, Bulgaria a Atenas, en Grecia, ese fue el último viaje del que se tiene registro. Actualmente, su paradero se desconoce.
Según declaraciones recogidas por Fortune, de Konstantin Ignatov, el subdirector a cargo del FBI en ese momento, William Sweeney Jr: “Como alegamos, OneCoin era una criptomoneda que existía solo en la mente de sus creadores y sus co-conspiradores. A diferencia de las criptomonedas auténticas, que mantienen registros del historial de transacciones de sus inversores, OneCoin no tenía valor real”.