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Llegó la hora de tipificar el ecocidio como delito, según encuesta
Una encuesta refleja la profunda preocupación que existe por el clima en personas de 22 países.
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Una nueva encuesta revela una profunda preocupación por el estado del planeta. En el sondeo participaron 22.000 personas procedentes del grupo de las 19 principales economías del G20, así como de la Unión Europea y la Unión Africana.
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Esta preocupación incluye un apoyo público abrumador a la penalización de los daños ambientales y climáticos a gran escala. Es la primera vez que se plantea la cuestión del castigo penal en una encuesta de Global Commons.
Un 72 % de los participantes respaldaron la penalización de los daños a la naturaleza, mientras que un 69 % cree que la Tierra está cerca de un punto de inflexión climático. Solo el 13 % de los participantes en la encuesta, realizada por la empresa de sondeos estadounidense Ipsos, se mostraron escépticos sobre el cambio climático.
Owen Gaffney, codirector de Earth4Life, un colectivo de pensadores económicos, científicos y defensores de la naturaleza que ha encargado el estudio, señala que sigue existiendo una brecha entre estas graves preocupaciones y la “falta de ambición” de la política de los gobiernos. Gaffney considera que los resultados de la encuesta son un “mandato firme” para la transformación política y económica, necesaria para proteger la naturaleza y el clima.
Los más vulnerables a los impactos climáticos
De los 22 países encuestados, los participantes de aquellos clasificados como economías emergentes se sienten más “expuestos personalmente al cambio climático en comparación con los de Europa y EE. UU.”, y arrastran “los niveles más altos de preocupación y urgencia respecto a la acción climática”, dice el informe.
“Si vives en México, Brasil, India, China, Indonesia o Sudáfrica, te enfrentas a más riesgos medioambientales y climáticos personales, y estás más preocupado por el estado del planeta”, explica Gaffney, que también es analista del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
Mientras que los habitantes de Brasil se encuentran en las proximidades de la extensa selva amazónica, que “está cambiando muy rápidamente”, afirma Gaffney, los de países europeos como Dinamarca o Suecia “tienen muchas menos probabilidades de sentirse expuestos a los riesgos medioambientales y climáticos”.
La mayoría coincide en que la Tierra está en un punto de inflexión
Una pregunta clave de la encuesta era si “la Tierra está cerca de ‘puntos de inflexión’ medioambientales en los que el clima o la naturaleza, como las selvas tropicales o los glaciares, pueden cambiar repentinamente o ser más difíciles de estabilizar en el futuro”.
Un 60 % de los ciudadanos suecos encuestados se mostró muy de acuerdo con la afirmación. La cifra ascendía al 86 % en el caso de Kenia, con Indonesia, México y Brasil no muy lejos.
Arabia Saudí es un país extremadamente caluroso, situado en primera línea del cambio climático y, sin embargo, quedó clasificado por debajo de Suecia en esta pregunta, supuestamente porque es un país rico, que puede permitirse adaptaciones como el aire acondicionado, o incluso viajes de verano a Europa, señala Gaffney.
Alemania, a pesar de su gran apoyo a las energías renovables y las políticas ecológicas, registró el mayor número de encuestados que se mostraron “indiferentes” ante el estado del medioambiente y la necesidad de un cambio político. Según Gaffney, esto podría estar relacionado con el reciente ascenso de la ultraderecha climática en el país y la consiguiente “desconfianza en el Gobierno”.
La encuesta también midió los niveles de responsabilidad planetaria entre los ciudadanos. Según Gaffney, los resultados muestran que, también en este caso, la idea de responsabilidad planetaria era más fuerte entre los habitantes de economías emergentes, como Brasil, Argentina, Sudáfrica y Kenia.
Por qué la gente quiere tipificar el ecocidio como delito
Para Gaffney, el resultado más “sorprendente” del estudio fue el fuerte deseo de penalizar a quienes causan graves daños a la naturaleza y al clima. Algunos gobiernos ya están tomando nota, legislando contra los delitos medioambientales más extremos, los clasificados como ecocidio.
En Bélgica, el ecocidio se ha reconocido este año como delito, mientras que en Francia los infractores ya pueden ser encarcelados hasta una década. Se han propuesto proyectos de ley similares en Brasil, Italia, México, Países Bajos, Perú y Escocia, señala Jojo Mehta, cofundador y director general de Stop Ecocide International, que colaboró en la encuesta.
“Estamos asistiendo a importantes cambios políticos a favor de una legislación sobre ecocidio a escala nacional, regional e internacional”, afirma Mehta. Como, por ejemplo, la nueva directiva de la Unión Europea sobre delitos contra el medio ambiente, que se centra en los daños a la naturaleza e incluye delitos comparables al ecocidio, añade Mehta.
Este impulso legislativo procede en gran parte de la “demanda generalizada de la sociedad civil” que se refleja en la última Encuesta Global de los Bienes Comunes. “La gente entiende claramente que las formas más graves de destrucción del medio ambiente nos perjudican a todos”, dice Mehta. Este impulso ayudará a alcanzar el objetivo último de incluir el ecocidio en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, y a garantizar que “la destrucción masiva del medio ambiente se trate como un delito internacional grave”.
*De la DW.