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Ellas son la capitán María Alejandra Charry, la subteniente Camila Hernández y la aerotécnica Fernanda Rodríguez. | Foto: Diego Zuluaga

HISTORIA

Así es la única tripulación femenina de Black Hawk de América Latina

La capitán María Alejandra Charry fue reconocida por el presidente Iván Duque en los 100 años de la FAC. En 2016 se convirtió en la primera mujer en pilotear un helicóptero Black Hawks. Esta es su heroica historia.

14 de julio de 2019

El pasado sábado 13 de julio, en la Base Aérea y el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, oriente de Antioquia, el presidente Iván Duque conmemoró los 100 años de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC)El evento se realizó dentro del marco de la Feria Aeronáutica Internacional F-Air Colombia, la segunda más importante en Latinoamérica y que en esta edición contó con un desfile militar y varios honores. 

Uno de los reconocimientos más especiales ocurrió cuando el primer mandatario destacó la labor de la capitán María Alejandra Charry, quien en 2016 se convirtió en la primera mujer en pilotear un helicóptero Black Hawk, un cargo que tradicionalmente es ocupado por hombres.

Durante el intercambio de palabras, el mandatario expresó que espera que Charry siga siendo un ejemplo para las mujeres de la Fuerza Aérea y emprenda nuevos desafíos como "liderar tropas en operaciones complejas".

Por su parte, Charry se mostró orgullosa de portar el uniforme e indicó que para ella ha sido un honor comandar la aeronave y abrir paso para que más mujeres lleguen al equipo a desempeñar este tipo de roles. "Mi intención nunca ha sido ser protagonista, sino que cada vez lleguen más y más a demostrar de lo que somos capaces", dijo a SEMANA.

Para ella el objetivo se ha cumplido pues desde hace aproximadamente 8 meses el país cuenta con las dos primeras copilotos mujeres de Black Hawk. Se trata de las subtenientes Camila Montoya y Blanca Camila Hernández, quienes hacen parte de las 28 oficiales y 21 suboficiales asignadas al Cacom 5 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). 

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Y es que la hazaña de la capitán Charry ha sido grande. No sólo es la primera comandante de un helicóptero Black Hawk en el país sino que hoy cuenta con una tripulación en su mayoría femenina. Desde 2018 es habitual la compañía de Blanca y Camila al lado izquierdo de su aeronave, pero también de la Aerotécnico Fernanda Rodríguez, la segunda mujer en recibir este grado en Colombia y la primera de su clase en ser asignada al Cacom 5, unidad especializada en los helicópteros Sikorsky UH-60, a partir de enero de 2018.

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Las aeronaves son el punto en común de María Alejandra, Blanca Camila y Fernanda, cada una de las cuales llegó por diferentes caminos a ellas. La subteniente Hernández logró llegar más rápido, luego de que, por ser una de las mejores de su curso, pudo seleccionar el tipo de nave al que quería ser asignada. Algo similar vivió la aerotécnica Rodríguez, a quien el amor por este equipo le surgió cuando lo vio por primera vez de cerca, mientras estaba en la escuela.

Aunque la Fuerza Aérea Colombiana empezó a incorporar mujeres profesionales en 1979, solo les dio posibilidad de tener ‘alas’ a partir de 2000, cuando se graduaron las primeras oficiales designadas para ser pilotos de aviones. 

Las cuatro aseguran no haber sentido discriminación dentro de la FAC, en la escuela ni ahora en su unidad. Pero sí dejan claro que su elección de una carrera militar, al igual que para los hombres, es algo que implica sacrificios y esfuerzos a veces extremos, que se llevan o superan con el apoyo de compañeros y superiores.

Soñar en grande

María Alejandra Charry Tenía 16 años cuando, viviendo en su natal Neiva, vio en internet la convocatoria de la Fuerza Aérea y decidió aceptar el reto. Luego de superar las exigentes pruebas de ingreso, se graduó como como ingeniera informática y siguió su camino, segura de superar los más altos desafíos.

En un principio voló un Bell 212 durante tres años y medio, luego un Huey UH-1 por cuatro años –en el que alcanzó también a ser comandante– y finalmente un Black Hawk, su meta desde la época de instrucción en vuelo en el que ya cumple tres años y medio. Actualmente, está asignada al grupo de combate número 21, asentado en el Comando Aéreo número 2 de Apiay, en Villavicencio, donde lleva 4 meses. 

La capitan María ha prestado apoyo aéreo a tropas en tierra, ha ayudado a evacuar militares durante combates, pero una de las situaciones que más tiene presente es la búsqueda de una aeronave desaparecida el 9 de agosto de 2016 en Fredonia, suroeste antioqueño.

Como piloto del Ángel, uno de los helicópteros Black Hawk del Comando Aéreo de Combate No. 5 (Cacom 5), en Rionegro, en el oriente de Antioquia, se le asignó la misión de salir, hacia las seis de la tarde de ese día, en la búsqueda de la avioneta Cessna en la que iban un instructor y dos alumnos de la academia de aviación Los Halcones. Pese a las difíciles condiciones atmosféricas, ella y su tripulación sobrevolaron algunas horas, hasta recibir una señal de la radiobaliza del aparato desaparecido que les confirmó el lugar exacto del accidente.

A las 7:06 de la mañana del día siguiente se logró el primer avistamiento y uno de los rescatistas descendió por el cable de la grúa del Black Hawk y encontró al instructor y a uno de los alumnos fallecidos. “El otro no está, me decía. Yo le insistí que buscara, hasta que por fin lo ubicó”, relata la capitán Charry.

Ese momento lo compara con las veces que, ya en tierra, ha sido abrazada por hombres curtidos en el combate, quienes van a buscarla para agradecerle su ayuda durante situaciones difíciles, en medio de confrontaciones armadas.

Al preguntarle a Charry qué le falta lograr a las mujeres en la Fuerza Aérea responde que sólo volar un Kfir, los aviones de combate supersónicos que usa la institución colombiana para sus misiones más complejas. "Algún día llegará y espero que sea pronto", concluye. Por ahora, a esta mujer le queda la satisfacción de haber abierto un camino sin precedentes para las mujeres en los cielos colombianos.