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“Quienes hoy incitan muchas veces a la violencia son los que salieron a decir que iban a estar siempre en las calles y que no iban a dejarme gobernar, que lo que querían era inclusive que yo no terminara mi periodo”, señaló Duque. | Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

¿A qué juega Petro en medio del paro?

Sin nombrarlo, el presidente Duque lo calificó de “pirómano”, y el alcalde de Medellín dijo que parecía que “no se hubiera desmovilizado”. El senador niega liderar las protestas. “No las dirijo”, responde. ¿Qué hay detrás?

30 de noviembre de 2019

Esta SEMANA, en medio de la crisis más dura desde que se posesionó en su cargo en agosto de 2018, el presidente Iván Duque abandonó la diplomacia y pasó al ataque. Subió el tono y, sin necesidad de nombrarlo con nombre y apellido, acusó al senador Gustavo Petro de ser el “pirómano” detrás del caos que desde hace varios días viven las calles. La palabra pirómano, literalmente, encendió el debate en el país.

Sin tener que mencionar el nombrecito, ya saben a quién me estoy refiriendo”, le dijo Duque al periodista Néstor Morales, durante una entrevista en BluRadio, el miércoles. “Sí creo que hay personas que quieren capitalizar políticamente el caos, el llamado a la desestabilización, eso no es responsable”, agregó el presidente.

Y para que no quedara ninguna duda sobre su referencia a Petro, recordó con lujo de detalles la reacción del entonces candidato de la Colombia Humana cuando perdió en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el hoy mandatario. “Quienes hoy incitan muchas veces a la violencia son los que salieron a decir que iban a estar siempre en las calles y que no iban a dejarme gobernar, que lo que querían era inclusive que yo no terminara mi periodo”, señaló Duque.

De inmediato, el planteamiento de Duque abrió un interrogante sobre el papel que juega Petro en la protesta social que, por ahora, parece no tener un fin en el corto plazo.

Es cierto que el exalcalde y senador no organizó el paro del 21 de noviembre y que hicieron la convocatoria, entre otros, las centrales obreras y sindicales. Pero es innegable que está metido de lleno en la protesta y que busca un beneficio político con la misma. En la medida en que Duque luzca débil y con una protesta social permanente, más se fortalece Petro, pues su liderazgo de oposición adquiere mucho más protagonismo.

En el campo de las manifestaciones callejeras, Petro se mueve como pez en el agua. Invitar a la movilización social es casi su tarea diaria y siempre suele pedir que la gente acuda a la calle como parte de la estrategia de oposición.

Durante su Alcaldía convocó a varias protestas para presionar políticamente al entonces procurador general, Alejandro Ordóñez, cuando lo destituyó por el accidentado cambio en el modelo de las basuras. Muchos recuerdan hoy la foto de Petro con un micrófono en un balcón del Palacio Liévano, frente a una plaza de Bolívar llena.

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Pero el hecho de que el senador de la Colombia Humana intente capitalizar un descontento ciudadano espontáneo, que se ha hecho visible con los simbólicos cacerolazos, genera cada vez más rechazo y resistencia.

El propio Duque lo puso de presente y a él se le sumó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien también cuestionó a Petro y dijo que parecía que “no se hubiera desmovilizado”. “Son increíbles los mensajes que vemos en sus redes sociales, es inadmisible que él esté convocando a los niños a que vayan a los paros, a que no vayan a las escuelas, a que no vayan a estudiar. Aquí lo que necesitamos es una protesta pacífica”, afirmó Gutiérrez. El alcalde de Cali, Maurice Armitage, también se sumó. “A Gustavo Petro y a todo el mundo: aquí no podemos ser incendiarios en un país donde no hemos hecho sino apagar incendios durante 50 años”.

Ante el calificativo de “pirómano” que le puso Duque, Petro no se quedó callado. “Es un abuso y una calumnia del presidente que demuestra su tontería. Pirómanos son los que se niegan a negociar con el pueblo”, le respondió. “No Duque, el culpable del paro no soy yo, es usted. Es de tontos no mirar por qué una política pública produce el malestar y el rechazo de la mayoría ciudadana. Las mías, como alcalde de Bogotá, siempre gozaron de mucho apoyo popular, podría usted aprender de ellas”, aseguró en Twitter.

Dicha afirmación del exalcalde está alejada de la realidad. Basta recordar que en septiembre de 2015, finalizando su mandato, solo el 18 por ciento de los habitantes de la ciudad confiaba en él, según una encuesta del programa Bogotá, cómo vamos. Además, el 61 por ciento desaprobó su gestión al final, según Gallup.

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En medio de sus polémicos trinos, Petro sabe que adueñarse del malestar de la gente y sacarle réditos políticos le sale caro. Por ese motivo, ha dicho que él no está detrás de nada, ni que se está adueñando de las manifestaciones ciudadanas.

En los últimos días, por medio de Twitter, su tribuna por excelencia para opinar y agitar, aseguró: “Lo que queremos es una gran movilización pacífica y multitudinaria, la queremos, estamos con ella, pero no es mía”.

Aunque dice que no es suya, les tira línea a los líderes del paro, principalmente unas 20 organizaciones sindicales, sociales y ambientales.

“El comité nacional del paro debe ampliarse con las juventudes, con las mujeres, pero estos nuevos voceros deben salir de designaciones de las asambleas libres del movimiento”, trinó esta semana.

En muchas ocasiones, Petro no se mide a la hora de compartir y amplificar información en sus redes sociales y allí ha terminado por difundir fotos sensacionalistas o noticias falsas. Y se lo han cobrado duramente. En este momento, por cuenta del paro, no ha dejado de trinar y algunos ciudadanos le responden que no se aproveche de lo que está ocurriendo.

La apuesta de meter a Petro en la mitad del paro puede tener dos efectos. Por un lado, Duque busca aglutinar al ciudadano de centroderecha y antipetrista en torno a su causa. Pero por el otro, Duque puede estar simplificando la realidad al pensar que todo el que marcha tiene un sentimiento petrista antiestablecimiento.

“Francamente preocupa que a estas alturas el presidente le diga a los colombianos que la inmensa movilización es culpa de Petro. Demuestra gran desconexión con la realidad en las calles y desprecio a los ciudadanos”, dijo el exministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

Duque, como presidente, y Petro, como uno de los líderes de la oposición, se juegan su pellejo en el paro nacional. Al primero le corresponde sacar al país adelante y convencer a los manifestantes que su Gobierno sí dialoga y toma decisiones. El segundo, por su parte, viene haciendo lo que más sabe hacer desde hace muchos años: agitar y liderar protestas. Solo que en esta ocasión, intentar sacarle provecho político al descontento ciudadano, que no enarbola bandera partidista alguna, le puede resultar contraproducente.