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El caso de la Corte Constitucional puede ser el más trascendental por el momento. En el organismo están las grandes decisiones sobre los derechos de los colombianos. | Foto: Fotomontaje SEMANA

JUSTICIA

Corte Constitucional se quedará sin magistrados

El Alto Tribunal, que tiene a su cargo las más trascendentales decisiones del proceso de paz, perderá en las próximas semanas a cuatro de sus nueve miembros. La puja política por reemplazarlos apenas comienza y tiene en alerta a muchos.

22 de febrero de 2017

En medio de un pulso por varios de los puestos más importantes de la Rama Judicial, las altas cortes, que se dedican a impartir justicia, están por estos días concentrados en la política. Las vacantes de cuatro magistrados de la Corte Constitucional, la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, los nuevos magistrados para el Tribunal de Paz y una vacante en el Consejo Superior de la Judicatura tienen a los magistrados contabilizando votos.

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El caso de la Corte Constitucional puede ser el más trascendental por el momento. En el organismo no solo están las grandes decisiones sobre los derechos de los colombianos, sino que prácticamente hoy no existe un sector económico en Colombia en el que no tengan impacto las sentencias de ese Alto Tribunal. Por otro lado, en el marco del proceso de paz, todas las normas de la implementación de los acuerdos que se tramiten por Fast Track tendrán una revisión automática por parte de los nueve magistrados. Y el problema es que en poco tiempo, de esos nueve apenas quedarán cinco, pues a cuatro de ellos se les vencen sus periodos. Así, el país está a punto de quedar con una corte interina.

La próxima semana, por ejemplo, será la última sala de los magistrados de la Corte Constitucional Jorge Iván Palacio y Luis Ernesto Vargas. Como no hubo consenso para que llegaran sus reemplazos a tiempo, será la misma Corte Constitucional la que seleccione los encargos. De éstos, podría terminar dependiendo de qué lado se inclina la balanza en proyectos muy importantes pues deben pronunciarse sobre los desarrollos normativos del acuerdo con las FARC, comenzando por la Ley de Amnistía, cuya ponencia está en el despacho de Luis Ernesto Vargas.

Los candidatos que tienen más opciones para ser designados como encargados en estos dos despachos son: Myriam Ávila, magistrada auxiliar de Luis Ernesto Vargas Silva; José Antonio Cepeda, magistrado auxiliar del Presidente de la Corte, Luis Guillermo Guerrero; Iván Escrucería Mayolo y Javier Tobo Rodríguez, quienes han sido magistrados auxiliares de Jorge Iván Palacio. Los cuatro son reconocidos juristas que llevan muchos años trabajando en la Corte y cuentan con una amplia hoja de vida profesional, lo cual da tranquilidad dentro del alto tribunal, pero abre un interrogante sobre la legitimidad que tendrán decisiones sin los titulares de los cargos.

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No suenan las ternas

El problema es que esa elección de los magistrados titulares está estancada. A dos los tiene que ternar la Corte Suprema de Justicia y a dos el presidente de la República. Este jueves 23 de febrero, la Sala Plena de ese Alto tribunal se vuelve a reunir para votar las dos ternas que tienen pendientes de entregar al Congreso. Desde noviembre del año pasado están votando sin éxito las listas de candidatos.

Este tribunal terminó dividido alrededor de la paz a finales del año pasado. Y siguen los intentos sin que puedan llegar a consensos. En principio el próximo presidente deberá ser de la Sala Laboral. Sin embargo, no eligen presidente, porque las mayorías están deshechas, y ninguno de los dos candidatos de esa sala, Rigoberto Echeverry y Mauricio Burgos, tienen mayoría. Todo indica que un tercero, el magistrado Jorge Luis Quiroz, en un intento por destrabar la presidencia se lanzará al ruedo.

Sin embargo, la elección de presidente tampoco es garantía de que logren consensos para la elección de las dos ternas que se deben mandar al Congreso. Entre todos los candidatos que revisa la corte, por ahora, con 11 votos, va punteando el abogado Álvaro Motta, director de la maestría en Derecho constitucional de la Universidad Javeriana. Le siguen Martha Isabel Castañeda, exprocuradora encargada, y el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura Wilson Ruíz. En los últimos dos casos, un sector de la Corte ha manifestado su inconformidad con que quienes ya tuvieron su cuarto de hora en altos cargos en la justicia insistan en repetir ahora en la Corte Constitucional. 

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¿Terna de mujeres?

En la pelea por llegar a la Corte Constitucional, el Presidente de la República tiene dos cartas pendientes para jugarse. Debe enviar a los candidatos que reemplazarán a los magistrados María Victoria Calle y Aquiles Arrieta (quien está encargado del despacho de Jorge Pretelt). En ambos casos los juristas tendrán que dejar sus despachos en abril.   

Aunque seguramente abrirá convocatoria para escoger los nombres que integren las ternas, ya está clara la aspiración de una muy fuerte candidata. Se trata de Cristina Pardo, secretaria jurídica de la Presidencia, quien ya renunció a su cargo. Suena con mucha fuerza que Santos mandaría, junto con Pardo, otras dos aspirantes mujeres.

En el sonajero del Palacio de Nariño están los abogados Martín Carrizosa y María Margarita Zuleta, directora de Colombia Compra Eficiente. También se ha mencionado al Internacionalista y ex Decano de Derecho del Rosario Antonio Aljure. No son todos ni los únicos nombres que revisa el Primer Mandatario, pero poco a poco se conocen los favoritos.

La selección de las ternas tanto en la Corte Suprema como en la Presidencia despiertan muchas suspicacias. Se anticipa que los puestos de la Corte Constitucional no se salvarán del complejo ajedrez burocrático del poder. En especial si se tiene en cuenta que la elección final se da en el Senado de la República y que ningún candidato puede llegar sin la bendición de la clase política. Facultades de derecho y organizaciones como la Corporación Excelencia en la Justicia han pedido que exista una veeduría para que los mejores lleguen a estos cargos, de los cuales depende en gran parte el futuro de millones de colombianos.