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El Papa Francisco, monseñor Luis José Rueda Aparicio y Gustavo Petro.
El Papa Francisco, monseñor Luis José Rueda Aparicio y Gustavo Petro. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

¿El papa le dio espaldarazo a Petro? Presidente de Conferencia Episcopal salió en su defensa

Tras la visita de Gustavo Petro al papa Francisco, que terminó desatando una polvareda política en el país, SEMANA habló con monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.

5 de febrero de 2022

SEMANA: ¿Qué opinión le merece la visita de Gustavo Petro al papa?

Luis Rueda (L. R.): El papa tiene especial cariño e interés por Colombia, y, como ustedes saben, la comunidad internacional sigue de cerca los procesos políticos del país y, en especial, la búsqueda de la paz y la reconciliación. Esta audiencia privada del papa con el precandidato a la Presidencia Gustavo Petro hay que leerla en este contexto. En ningún momento podemos leerlo como que el papa va a tomar partido por una u otra opción política de las que están compitiendo por la Presidencia de Colombia.

SEMANA: ¿Cree que el papa recibirá a los demás precandidatos o solo a Petro?

L. R.: El papa Francisco es un hombre de puertas abiertas dispuesto a acoger a las personas más diversas en su origen, manera de pensar e, incluso, en su fe. El papa nos enseña el arte del diálogo social. Me parece posible que el santo padre reciba a otros precandidatos a la Presidencia de Colombia. Hay que seguir unos canales y consultar la agenda del papa, pero él está abierto a dialogar con diversas voces que vengan desde Colombia, siempre en la búsqueda de generar espacios de paz y esperanza para los colombianos.

SEMANA: ¿Es importante para la Iglesia católica hablar con los precandidatos presidenciales?

L. R.: Consideramos importante que, como Iglesia, podamos ser un espacio de diálogo, de cercanía y de acogida para todos. La Iglesia católica está presente en muchos lugares del país y tenemos una visión de la vida, los sufrimientos, los sueños y las esperanzas de nuestra gente. Creemos que desde el mensaje del Evangelio podemos aportar a la búsqueda del bien común, llamar a la despolarización del país y a frenar la violencia. Las elecciones, más que una contienda para ganar y derrotar al rival, son un momento para pensar el país y buscar soluciones. Las elecciones son un ejercicio ciudadano de construcción de lo público, y allí la Iglesia católica puede dar un aporte desde su lugar en la sociedad, desde su experiencia de caminar junto a todos, pero en especial junto a los más pobres y débiles, aquellos que no tienen voz.

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SEMANA habló con monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. | Foto: Arquidiócesis de Bogotá

SEMANA: Algunos están atacando al papa por recibir a un precandidato. ¿Qué les dice?

L. R.: El papa actúa inspirado por el Evangelio, no por móviles políticos. Desde allí se explica que el papa esté dispuesto a abrir sus puertas y anunciar su mensaje a las más diversas personas. Tratar de buscar otros intereses es no entender la misión del pontífice, aquel que construye puentes, la del pastor de la Iglesia universal. La Iglesia tiene un mensaje claro, y desde su lugar espiritual busca siempre aportar a la paz, a la justicia y a un mundo mejor para todos.

SEMANA: Es entendible su posición, monseñor, pero Petro es el candidato que encabeza las encuestas en Colombia y quien sugiere un cambio drástico en el modelo político y económico del país. ¿No le parece que es imposible no ver los efectos políticos de este encuentro?

L. R.: Puede tener efectos de diverso orden, pero el papa recibe personas de todo el mundo todos los días, personas de diferentes pensamientos, religiones, orientaciones políticas, y lo hace como pastor. Su línea en este sentido es la de escuchar y dar alguna indicación como pastor. Sacar más conclusiones en este sentido es un poco arriesgado.

SEMANA: ¿Cree que esta cita de Petro con el papa le limpia los pecados al candidato presidencial?

L. R.: No es costumbre de la Iglesia hablar de los pecados de nadie en público.

SEMANA: Algunos en Colombia están pensando que el papa Francisco es petrista y ya tomó partido en las elecciones del país, ¿es así?

L. R.: De ninguna manera. Repito, es un pastor y, por tanto, no hace política partidista ni nada parecido. Aboga siempre por el bien de las personas y de las comunidades de todo el mundo.

SEMANA: El papa es el representante de Dios en la tierra, también el jefe del Estado vaticano, es decir, es imposible separar lo político de lo religioso.

L. R.: Pero es importante interpretar los hechos con rectitud, y aquí se trata de un gesto pastoral, de apertura, de escucha, todo dentro del ámbito de la misión del papa. Ir más allá de esto puede ser especulativo.

SEMANA: No es usual que el papa se reúna con precandidatos presidenciales. ¿Por qué con Colombia sí lo hizo?

L. R.: Creo que es un gesto muy positivo con Colombia dadas las situaciones complejas del país. Seguramente, el santo padre ve en estos encuentros la oportunidad de escuchar y decir una palabra de orientación para una nación que conoce y que aprecia, como lo manifestó en su visita al país.

SEMANA: En un país tan polarizado como Colombia, ¿esa visita podría traducirse en un espaldarazo a Petro?

L. R.: De ninguna manera.

SEMANA: ¿Por qué no hubo fotografía?

L. R.: Seguramente, para evitar malas interpretaciones del gesto del santo padre.

SEMANA: ¿Qué opina del fotomontaje que difundió el senador Gustavo Bolívar sobre la visita del papa?

L. R.: Hay que respetar la verdad de los hechos siempre. Lo contrario es repudiable.

SEMANA: ¿Veremos a los sacerdotes en Colombia reuniéndose con precandidatos, siguiendo el ejemplo de Francisco?

L. R.: Eso no se verá.

SEMANA: ¿Este encuentro podría traducirse en que hay un giro a la izquierda de la Iglesia católica en el mundo?

L. R.: El único giro aceptable en la Iglesia es hacia Jesucristo, y desde Él hacia el servicio de la humanidad.

SEMANA: Monseñor, ¿es fácil pedir una audiencia privada con el santo padre?

L. R.: No es fácil, pero tampoco es imposible. Es algo que requiere tiempo y planeación, y los canales para hacerlo son conocidos. Como le decía, el papa está interesado por Colombia y sus problemas, y, por ello, no es extraño que personas que tienen liderazgo en la vida del país se puedan encontrar con él.

SEMANA: Por último, ¿cuál es el mensaje o llamado de la Iglesia a los precandidatos presidenciales en medio de esta campaña política?

L. R.: Nos preocupan los líderes sociales, los campesinos, las personas de las ciudades que son amenazadas y violentadas. En esta campaña política, tenemos una preocupación muy grande por la polarización del país y porque en este tiempo electoral históricamente se ha incrementado la violencia en Colombia. Necesitamos liderazgos capaces de unir al país, de ayudarnos a buscar propósitos juntos y sueños comunes. Colombia es un país con muchas posibilidades, pero necesitamos ir más allá de nuestras diferencias, ponernos de acuerdo en unos principios éticos y de convivencia, y trabajar juntos para construir un futuro distinto para nosotros y las generaciones que vienen. Tenemos que salir de los caminos de la violencia para imaginar un país diferente, con paz, equidad y oportunidades de progreso para todos. Los cambios traen temores, pero también esperanzas que estamos obligados a cuidar.