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| Foto: Archivo particular

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Monja uribista fue acreditada por un colombiano que apareció en cartel de "falsos sacerdotes"

El enigma alrededor del origen religioso de Adriana Torres se hizo mayor con una solicitud de rectificación pública divulgada por el Cabildo Interreligioso de Colombia Comisión Católica No-Romana. Uno de los firmantes es un colombiano con un público historial de quejas por fraude.

17 de noviembre de 2019

El 8 de octubre, el día de la indagatoria al expresidente Álvaro Uribe Vélez, a las afueras del Palacio de Justicia una efusiva religiosa le confesó su consagración. Vistiendo un hábito, Adriana Patricia Torres Echavarría dijo pertenecer a las congregación de las Carmelitas Misioneras mientras gritaba arengas le dieron la vuelta al país. ¡Qué viva el sagrado Uribe!, decía sosteniendo un megáfono y llamando a los opositores del senador resentidos por cuestionar su inocencia.

El fanatismo de la monja uribista tuvo como efecto inmediato el que representantes de la Iglesia Católica colombiana negara su pertenencia a ella. Por ello, los medios de comunicación la catalogaron como una “falsa monja”. Fueron semanas de revuelo que se apagaron con los días, hasta que este domingo la polémica resucitó. 

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Públicamente fueron revelados los resultados de un informe de investigación en papelería membreteada como "Cabildo Interreligioso de Colombia. Comisión Católica No-Romana". En nombre de la Iglesia Católica Apostólica Nacional de Estados Unidos, el documento ordena una rectificación nacional a los medios  que llamaron "falsa monja" a Adriana Torres, pues ellos acreditan a través de varias evidencias su pertenencia a la comunidad religiosa. Pero este documento que intenta aclarar la situación de la religiosa termina abriendo nuevos interrogantes. (Vea el documento completo)

Lo primero que llama la atención de esta comunicación está en uno de los seis firmantes. Quien encabeza la lista es “Monseñor” Edwin Leonardo Avendaño Guevara, quien se identifica como Obispo Presidente de la Fraternidad Apostólica de Cristo Sacerdote. Su nombre aparece asociado a numerosos escándalos, principalmente en México, en donde fue incluido en un cartel de falsos obispos. 

Una conferencia de prensa del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, en 31 de julio del 2016, divulgó su fotografía. El sacerdote mexicano encendió las alertas porque el colombiano Avendaño llegó a territorio mexicano de la mano de José Rojas Valade, un sacerdote que fue expulsado por la Diócesis de Pascal y por la Santa Sede como un abusador de menores de edad. El mismo Papa Francisco ordenó su retiro bajo graves cargos de pederastia.

Avendaño estando en México ordenó a tres personas que habían sido expulsadas del Seminario y no tuvieron problema en usurpar las funciones de cualquier padre de la Iglesia Católica. Según el reporte de los medios de comunicación mexicanos, el colombiano celebró misas, otorgó sacramentos de primera comunión y confirmación a decenas de niños de Tequexquitla. La gente quedó confundida y la iglesia salió a desenmascararlos poniendo sus nombres y fotos en un cartel de “falsos sacerdotes”.

La noticia no tardó en llegar a Colombia. Al ser oriundo de Convención (Norte de Santander), el periódico La Opinión desempolvó los archivos de la Diócesis de Ocaña. Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos aseguró que Avendaño inició sus estudios en el seminario mayor El Buen Pastor de Ocaña, del que se retiró argumentando problemas de salud.

Posteriormente siguió los estudios en La Ceja (Antioquia) y en Bogotá terminó, en una iglesia diferente a la Católica. Según lo reporta el medio local, se habría hecho ordenar por la iglesia Cismática en 2004, y luego se trasladó a México. “Debo aclarar que él no perteneció a la Diócesis de Ocaña y tampoco se ordenó en la iglesia Católica”, dijo Villa Vahos a La Opinión.

En contexto: Confirman que monja uribista no pertenece a las Carmelitas Misioneras: ¿quién es entonces?

Marcando una distancia con cualquier actuación relacionada con Avendaño, Monsañor dijo que la Iglesia Católica no tiene ninguna responsabilidad sobre sus actuaciones. “Las personas se aprovechan de la ingenuidad de los semejantes para engañarlos”, aseveró.

En el 2012, Edwin Avendaño concedió una entrevista a un portal llamado Somos la Revista en la cual asegura que fue amenazado razón por la cual salió huyendo de Ocaña. En ese momento, dijo que llevaba 8 años en el sacerdocio y que las razones por las cuales fue blanco de los violentos eran materia de investigación.

Un comunicado de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales en Colombia también reseñó a Edwin Leonardo Avendaño Guevara. El mismo 2016, se envió a México una comunicación en donde manifiesta que Avendaño renunció a esa iglesia el 3 de enero del 2016. Había sido consagrado como obispo auxiliar de Colombia el 15 de septiembre del 2015 por Davil Bell, el Superior General.

“Después de la renuncia del Sr. Avendaño no está facultado para realizar ninguna ceremonia ni ordenación a nombre de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales y/o Vieja Sociedad Católica Romana del Papa León XIII”, manifiesta la carta. También rechaza "la ordenación o incardinación" de personas no preparadas y de personas investigadas por delitos gravísimos como la pederastia.

¿Sin reconocimiento de Mininterior?

El informe de rectificación toca otros puntos controversiales. En principio reconoce una diferencia fundamental que existe entre Iglesia Católica No-Romana y la Iglesia Católica en general. En cuanto a que esta última, indica que su tradición es mantenerse al margen de asuntos políticos, no obstante, los fieles a la comunidad No Romana "son libres de expresarse como ciudadanos en público o en privado". Dice además que los medios tienen que entender que su iglesia es tan “verdadera, legítima y digna” como Católica Romana.

El documento reclama que el Ministerio del Interior realice un acompañamiento a las iglesias Católicas No-Romanas presentes en Colombia para les dé personería jurídica sin excepción ni discriminación. Lo cual hace pensar que la comunidad religiosa firmante no tiene reconocimiento en el país.