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| Foto: César Carrión / Presidencia

DIPLOMACIA

A los 77 años falleció el embajador de Colombia en el Vaticano

Guillermo León Escobar, tal vez el colombiano que más conocía al mundo papal, murió por un cáncer de colón que lo venía afectando desde hace varios meses. La última semana estuvo internado en una clínica de Roma. Estaba en esa sede diplomática desde 2014.

17 de diciembre de 2017

El embajador de Colombia en el Vaticano, Guillermo León Escobar, falleció en la madrugada de este domingo en Roma, luego de permanecer al menos una semana recluido en una clínica en la que era atendido por un cáncer que lo venía afectando desde hace varios meses.

Él, tal vez el colombiano con mayor conocimiento del mundo vaticano, murió a los 77 años tras haber dedicado casi unos 30 de ellos al estudio de los asuntos papales, la teología en general y, por supuesto, a la diplomacia.

Escobar falleció en la clínica Villa del Rosario, en la capital italiana, donde era tratado por un cáncer de colón que en los últimos días había presentado síntomas de agravamiento, al punto de que lo obligó a ser internado. Este martes se realizarán oficios religiosos en su nombre.

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Este hombre, doctor en Teología y Literatura de la Universidad de Bonn (Alemania), era el embajador de Colombia ante la Santa Sede desde  2014, año en el que, por encargo del presidente Juan Manuel Santos, llegó por tercera vez a liderar esta misión diplomática. Su conocimiento de este mundo papal lo llevó de nuevo a dicho cargo.

De hecho, la Casa de Nariño le reconoce ser uno de los artífices de la visita del papa Francisco a Colombia este año, pues gracias a sus influencias en el Vaticano y a la relación directa y personal que tenía con el círculo más íntimo del heredero del trono de San Pedro logró concretar este viaje que, como se recuerda, prácticamente paralizó al país.

Claro que por cuenta de su trabajo teológico y la pasión que sentía por el mundo católico, este hombre oriundo del Quindío se dio el lujo de conocer personalmente a cuatro pontífices: Giovanni Montini (Pablo VI); Karol Wojtyla (Juan Pablo II); Joseph Aloisius Ratzinger (Benedicto XVI), y, por supuesto, a Jorge Mario Bergoglio (Francisco).

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En 1968, anécdota que solía contar a sus amigos más cercanos, hizo parte del coro juvenil que recibió a Pablo VI en Bogotá, durante su visita al país. Años más tarde, trabajó directamente para Juan Pablo II como su asesor en diferentes temas, incluidos –por supuesto– los relacionados con Colombia, y en esta última etapa en el Vaticano, entre otras cosas, ayudó a consolidar el papel que la Santa Sede jugó en las negociaciones de paz con las Farc.

A Escobar también se le reconoce el hecho de tener en la que fue su casa en Bogotá una de las bibliotecas católicas, apostólicas y romanas más ricas del país, algo para destacar debido a su papel de laico influyente en esta Iglesia y quien, a pesar de su amor por esta religión, nunca se decidió por vestir los hábitos.

Antes de volver a aceptar la Embajada en el Vaticano, en 2014 por petición de Santos, Escobar estuvo 8 años en este mismo puesto diplomático (1998-2007) durante las administraciones de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe Vélez.

El país católico, académico y político lo recuerda siempre como un hombre ponderado y de ideas informadas en las que basaba siempre sus opiniones. Por eso, y por supuesto debido a su trayectoria y calidad humana, el fallecimiento de Guillermo León Escobar es una noticia que no pasa desapercibida y que genera tristeza entre quienes siguen de cerca el mundo vaticano y diplomático.