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“Yo no quise conocer a Piedad Córdoba por sus vínculos con la guerrilla”: empresario que la señaló por cobrar jugosas coimas en Venezuela
El testimonio de este empresario de los textiles es una de las claves para que la Fiscalía le solicitara a la Corte Suprema abrir investigación contra la senadora del Pacto Histórico por el delito de lavado de activos.
Hace más de una década, la senadora del Pacto Histórico Piedad Córdoba era considerada una de las personas más cercanas al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez. El poder le alumbraba en el país vecino, donde era invitada de primer nivel al Palacio de Miraflores. Lo que pocos sabían, y es un tema de investigación tanto en la Fiscalía como en la Corte Suprema, es que al parecer el mismo Chávez le había autorizado para servir de intermediaria en millonarios cobros de empresarios colombianos en Venezuela, a cambio de jugosas comisiones.
Esta presunta intermediación, sin reportar ingresos de las comisiones que -al parecer- eran millonarias, fue la que generó la solicitud de investigación por lavado de activos contra Córdoba. Los testimonios de dos empresarios de los textiles, Isaac Pérez y Salomón Bendayan, quienes precisamente habrían acudido ante la parlamentaria para que les pagaran deudas millonarias en Venezuela, fue la prueba demoledora.
Pero pese a que en sus testimonios señalan que la intermediación fue exitosa y les pagaron, la verdad es que no confiaban en la senadora, para ese momento comisionista, pues había sido destituida por esos años por el procurador Alejandro Ordóñez, por su presunta cercanía con esta guerrilla, documentada por en los famosos computadores de Raúl Reyes.
Así lo deja claro el testimonio de Salomón Bendayan, quien además contó de la participación de otro exparlamentario, Miguel Pinedo Vidal, en el trámite de estos pagos: “El señor Pinedo se movió muy duro, hasta tengo pruebas que le compré un billete aéreo de Bogotá a Caracas y le pagamos la estadía por orden de Aby. Tengo e-mails para respaldar mis manifestaciones. Ahí se puso a trabajar fue Andrés Vásquez, yo no quise conocer personalmente a Piedad Córdoba porque sabía de sus vínculos con la guerrilla en Colombia, pero ellos trabajaban directamente con ella”.
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Para esos años, las relaciones entre Colombia y Venezuela atravesaban por su peor momento, la frontera estaba cerrada, las relaciones diplomáticas estaban suspendidas, y el comercio con el que era el segundo socio comercial más importante se hacía agua, tal como sucedía con el dinero de los empresarios que vendieron en ese país y no recibieron los pagos.
Por eso, el testigo Bendayan dijo que “la operación que yo tuve con Aby (Aroch) duró un tiempo y fueron decenas de millones. Tengo detalles extensos de toda la operación, hasta que tuvimos problemas porque el Gobierno venezolano tuvo problemas con el colombiano y se tuvo que paralizar la operación. Eso nos causó un problema financiero, porque debíamos dólares o bolívares”.
Pero, finalmente, más allá de la desconfianza personal hacia Córdoba, ese era el camino para conseguir el dinero: “Un exsenador Miguel Pinedo nos presentó a un muchacho que se llamaba Andrés Vásquez, que era la mano derecha de Piedad, ella también se involucró porque era muy allegada a Chávez, entonces tuvimos buenos resultados porque, pese a que los pagos entre Venezuela y Colombia se habían estancado, nosotros tuvimos pagos”.
Agrega el testigo Salomón Bendayan que “ella (Piedad) nos ayudó con Chávez y los contactos de Venezuela, para poder mover las operaciones y tuvimos resultados. Nosotros le pagamos comisiones a Andrés que iban para Piedad Córdoba, también tengo reporte de esas operaciones”.
El problema para la senadora Córdoba por un eventual lavado de activos, según los testimonios, podría ser de marca mayor, pues los montos que se movían son millonarios. La Fiscalía le preguntó cuánto dinero tenían represado en Venezuela y cuánto le correspondía al empresario de textiles Aby Aroch, la respuesta fue contundente.
“No le tengo los números exactos, pero total quedaban unos 130 millones de dólares, de los cuales 40 y pico eran Aby, pero cuando Aby metió a Miguel Pinedo y a Piedad Córdoba, él ayudó a liquidar la totalidad y logró que se liquidara una parte”, aseguró Bendayan.
Las piezas de este rompecabezas judicial casan a la perfección. En la investigación que sigue la Corte Suprema contra Córdoba, ya se tenía rastro de sus movimientos, que había sido aportado justamente por el mismo Andrés Vásquez.
En ese momento, SEMANA reveló lo que el exasesor de la congresista le dijo a la Corte: “Cuando el Gobierno de Venezuela aprobó e inició el pago de Cadivis (Comisión Nacional de Administración de Divisas) a empresarios apoyados por Piedad Córdoba, ellos empezaron a pagar la comisión de éxito. El primer empresario fue Salomón, quien vino a través de una reunión entre Córdoba y Miguel Pinedo Vidal. El listado Piedad Córdoba lo incluyó en el grupo Los Árabes”, explicó Vásquez.
SEMANA contactó al exasesor, quien advierte que sí recibió tiquetes aéreos, sí hizo negocios, pero que no estuvieron relacionados con su rol con la congresista. “Hice negocios, por ejemplo, con Salomón Bendayan en Argentina, Israel, Estados Unidos. Pero ya no era asesor, era un agente libre. La relación que se tejió durante dos años me dio la cercanía para entablar relaciones comerciales y de negocios. Pero aclaro, estos no se dieron en Venezuela”.
Se refirió también a las pruebas que entregó como testigo en el caso contra Córdoba y señaló: “Hay un correo en el que le digo a Salomón qué dineros enviarle a Piedad. A Salomón le paga diez millones de dólares el Gobierno de Venezuela, y él a su vez le tenía que pagar una comisión a Piedad, que era como un millón de dólares. Una parte fue para pagarle a Piedad, que es un correo que le envié a la Corte, en el que yo les digo que les dejen el dinero en efectivo en un apartamento de Piedad Córdoba, en Bogotá. Eran como 150.000 dólares que le enviaron al apartamento”.
Vásquez incluso recuerda que le contó a la Corte Suprema que “Salomón me dice que es imposible seguirle enviando en efectivo y por eso aparece la posibilidad de que Álex Saab prestara el nombre de una de sus empresas para que le consignaran dinero a Piedad Córdoba”.
Mientras la senadora Piedad Córdoba insiste en su inocencia y en una persecución política y judicial, los testimonios de su exasesor Andrés Vásquez y los empresarios de los textiles Isaac Pérez y Salomón Bendayan coinciden en que la senadora actuó como comisionista de millonarios negocios, pero no está claro qué hizo con ese dinero. Esa es la cuerda que deberá seguir la Corte para determinar si, como lo sospecha la Fiscalía, está involucrada en otro delito, esta vez, lavado de activos.