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La pelea perdida por 'chuzar' el Whatsapp

El fiscal Néstor Humberto Martínez se montó en una lucha a la que otros países ya renunciaron. Pretender interceptar los chats -dicen expertos de seguridad informática- es desconocer cómo funciona el mundo de lo digital.

6 de abril de 2017

Luego de la polémica generada por las declaraciones del fiscal Néstor Humberto Martínez, sobre la propuesta para que empresas de mensajería como Whatsapp permitan el acceso de las autoridades a las conversaciones, especialistas en seguridad informática aclaran que la proposición del Fiscal es desacertada y en lugar de ayudar a solucionar casos judiciales, daría pie a un problema mayor como es la violación del derecho a la privacidad.

El pedido consiste en que las empresas de mensajería desencripten los mensajes “cuando se presuman relaciones con la criminalidad”. El Fiscal General aseguró que se necesita una ley especial para “impedir que impunemente se utilicen estos mecanismos en beneficio del crimen. Con todos los controles de garantías y seguridades del caso”.

Según Martínez, en Europa sucede algo similar en el caso de los terroristas, “la señora ministra Theresa May, se ve con los brazos cruzados porque estas empresas multinacionales no están permitiendo que opere la justicia”.

En un tono más impositivo, señaló que de ser necesario hay que “exigir que las empresas proveedoras de servicio de mensajes de texto y de voz no puedan operar a través de los operadores en Colombia si no suscriben un acuerdo para desencriptar esas formas de comunicación, cuando previa autorización judicial se establece que pueden estar afectas a organizaciones criminales”.

Para Martínez, el Estado no puede quedar en indefensión frente a los avances tecnológicos, como estas aplicaciones móviles, y que son usadas por criminales para llevar a cabo sus delitos.

Al respecto, expertos en tecnología y seguridad informática dan su posición sobre el tema: “hay un problema de desinformación acerca de cómo funciona esa tecnología. El cifrado fue creado para garantizar la seguridad en las comunicaciones. La forma como está implementada por estas empresas tecnológicas no les permite entregar dicha información porque precisamente va cifrada” afirma Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, que promueve la libertad de expresión y la tecnología para el desarrollo de los derechos humanos.

El cifrado de comunicaciones se está aplicando a todas las aplicaciones de mensajería, en el caso concreto de WhatsApp se agregó un cifrado de extremo a extremo, lo que significa que emite un código clave por cada mensaje enviado, esto logra que los mensajes no puedan ser interceptados de ninguna forma, ni siquiera por los mismos desarrolladores de la compañía.

Álvaro Montes, experto en tecnología, se refirió a lo ineficaz de la medida y cómo en otros países tampoco se han logrado avances al respecto. “El fiscal está obrando con ignorancia tecnológica pues desconoce cómo funcionan los protocolos de encriptación. Además, en Brasil ya hicieron este pedido para una investigación de narcotráfico y no lograron que Whatsapp les facilitará la información a pesar de que la bloquearon por algunos días”.

Otro caso recordado fue el del ataque terrorista en San Bernandino, California, cuando una jueza le pidió a Apple que desbloqueará un iPhone encontrado en el lugar de los hechos. Apple no accedió a descifrar dicho celular, y así quisiera colaborar con la justicia no fue posible, porque está diseñado para que la “llave” de entrada solo la posee el dueño del equipo.

En ese momento, el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, reiteró su compromiso con la seguridad y privacidad de los datos de sus usuarios y se rehusó a abrir una “puerta trasera” como se le conoce al permiso concedido por las empresas a los gobiernos, para acceder a los datos almacenados en sus servidores aduciendo que esta herramienta que, de ser creada, les daría una “llave maestra” para acceder a cualquiera de sus dispositivos.

Para Carolina Botero, abrir una puerta trasera en esas aplicaciones pondría en peligro a los defensores de los derechos humanos, y en general, podría poner en peligro a muchas personas; “El hecho de que una pequeña porción de personas usen Whatsapp para cometer delitos, no es razón suficiente para romper la privacidad de los millones de personas que usamos este servicio. Si los dueños de Whatsapp dieran esa autorización, seguramente no interceptarían a unos cuantos sospechosos sino a millones de personas más, violando así derechos fundamentales”.

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En un sentido técnico, la misma herramienta que sirve para descifrar las conversaciones de un presunto criminal, serviría para descifrar las de cualquier persona, en ese momento se convierte en desproporcional, porque pasaría de ser algo dirigido a interceptaciones masivas, como sucedió con el escándalo desatado por Edward Snowden, antiguo empleado de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Por su parte, el consultor digital  Mauricio Jaramillo afirma que esta medida sería inoperante por la gran cantidad de aplicaciones que ofrecen esta clase de servicios. “Que se intercepte una plataforma en particular es de alguna manera tonto, porque los criminales podrían cambiar de plataforma y pasar de utilizar la aplicación Whatsapp por otras de mensajería instantánea como Telegram, Line, WeChat o cualquier otra”, dice el Fundador y director de Impacto TIC.

También cuestiona sobre cómo se aplicaría la norma en los diferentes países. “Qué pasaría si un terrorista colombiano en otro país utiliza su celular, ¿lo pueden interceptar?, o si un extranjero está en Colombia usando Whatsapp, ¿lo pueden interceptar? Hay muchos vacíos al respecto y demuestra que la Fiscalía y otras entidades como el Ministerio de Transporte ignoran cómo funciona el mundo alrededor de lo digital” concluye Jaramillo.

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Sin duda, la propuesta del fiscal busca que las autoridades, al igual que lo han intentado en otros países, puedan ganarle la carrera a la tecnología. Sin embargo, en voz de los expertos de seguridad informática, este no es el camino correcto.