Turismo
No es Ráquira. Este pueblo boyacense destaca por la elaboración artesanal de objetos de barro; estos son sus atractivos
Este destino se encuentra a menos de 20 kilómetros de Villa de Leyva.
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Para los amantes de la naturaleza, la aventura y la rica gastronomía, Boyacá es un lugar ideal para visitar. Es un destino de gran riqueza natural, histórica y cultural.
Además, su gente cálida, tradiciones ancestrales y festividades coloridas, hacen de este departamento un lugar lleno de identidad que les permite a los viajeros tener grandes experiencias.
Boyacá cuenta con 123 municipios, muchos de ellos ideales para el ecoturismo, el senderismo y el contacto tranquilo con la naturaleza, un plan que es perfecto para muchas personas.
En esa larga lista está Tinjacá, al que le atribuyen el mejor clima de la región. Al igual que a Ráquira, a este destino se le conoce por su tradición ancestral en la elaboración de ollas y diversos objetos de barro, los cuales son apreciados por quienes llegan de visita en busca de identidad y autonomía.

El Sistema de información Turística de Boyacá (Situr) asegura que allí son célebres las miniaturas hechas en marfil vegetal, como se le conoce a la tagua en Europa. El territorio es bañado por el río Tinjacá, el cual lleva sus aguas al río Suárez, en Barbosa (Santander).
Dado el trabajo artesanal de los habitantes del municipio, uno de los sitios turísticos imperdibles es el Centro Artesanal de la Tagua, un escenario donde se pueden apreciar y adquirir los variados trabajos creados por los artistas de este material, entre los que se destacan juguetes, tableros de ajedrez, figuras decorativas y efigies religiosas.
Otros encantos de Tinjacá
Esta población tiene otros atractivos para sus visitantes. Por ejemplo, el parque principal, que se encuentra rodeado de calles adoquinadas. En el centro del pueblo también está la Parroquia de San Blas y diversas construcciones coloniales adecuadas como estancia para quienes se animan a llegar hasta allí.
A este destino boyacense, ubicado a solo 18 kilómetros de Villa de Leyva y a unos 54 kilómetros de Tunja, capital del departamento, se le reconoce por manejar una política clara de sostenibilidad y sustentabilidad. A esto se suma la tranquilidad del territorio y la amabilidad de sus pobladores, que acogen de manera especial a sus visitantes, quienes en los alrededores del casco urbano pueden hacer senderismo y disfrutar del contacto con la naturaleza y sus lindos paisajes.

Sus pobladores, además del trabajo artesanal, también se dedican al cultivo de tomate, durazno, arveja, cebolla cabezona y fríjol; así mismo, a la ganadería (leche) y la extracción de hierro.
Datos históricos
Tinjacá es un poblado de origen muisca, que era llamado Tunjacá por los habitantes, quienes en su momento también se dedicaban a elaborar objetos en barro, fique, tagua y atocha.
La fundación española se produjo en 1556 y fue elevado a parroquia en 1660. En 1847 la Gobernación de la provincia de Tunja dictó el cambio de su antiguo nombre por el de Tinjacá y le agregó los divisos de Tijo y Santa Bárbara, de acuerdo con la información de Situr.