Vehículos
El impacto de los carros híbridos y eléctricos en la salud pública: ¿cómo ayudan a combatir las enfermedades respiratorias?
Las nuevas tecnologías favorecen ecosistemas más saludables con menos cargas e emisiones de material particulado.
Siga las novedades y guías más recientes sobre vehículos en Discover

La relación entre el transporte urbano y la salud pública en Colombia es cada vez más evidente. La contaminación del aire, causada en gran parte por las emisiones de vehículos de combustión interna, tiene consecuencias directas sobre la calidad de vida de millones de personas.

Según datos del Instituto Nacional de Salud, en Colombia se registran más de 17.000 muertes prematuras al año asociadas a enfermedades respiratorias vinculadas a la exposición a contaminantes como el material particulado fino.
En este escenario, la movilidad eléctrica se presenta no solo como una solución tecnológica o ambiental, sino como una herramienta concreta para mitigar riesgos de salud pública.
Este fenómeno es mucho más notorio en ciudades como Bogotá, Medellín o Bucaramanga, donde las fuentes móviles representan más del 70 % de la carga contaminante según el Ministerio de Ambiente; en ese sentido, la transformación del parque automotor es una de las medidas con mayor potencial de impacto en la salud respiratoria de la población.
“Respirar aire limpio debería ser parte del estándar urbano, no una excepción. Promover tecnologías sin emisiones locales no es solo un avance técnico, es una decisión con efectos directos en la salud de millones de colombianos, especialmente de quienes viven cerca de corredores viales de alto tráfico o tienen condiciones respiratorias crónicas”, señaló Juan Carlos López, gerente general de Deepal y Changan en Colombia, compañías que han llegado a completar el amplio portafolio de marcas que ofrecen vehículos híbridos y eléctricos en el país.

Aunque Colombia ha avanzado en la adopción de tecnologías limpias, con más de 14.000 vehículos eléctricos registrados a la fecha, según el RUNT, estos aún representan menos del 2 % del parque automotor nacional.
Al mismo tiempo, las cifras de enfermedades respiratorias asociadas a la contaminación continúan en aumento. Estudios recientes de la Organización Panamericana de la Salud alertan que las poblaciones más afectadas por la mala calidad del aire son niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, lo que implica también una carga creciente para el sistema de salud.
La movilidad eléctrica no es una solución aislada, y su adopción no depende únicamente del consumidor final. Requiere decisiones coordinadas entre el sector privado, los gobiernos locales, y la ciudadanía.
Por su parte, la industria tiene la responsabilidad de aportar soluciones que respondan no solo a retos tecnológicos, sino también a problemas sociales urgentes, como la contaminación del aire y su impacto sobre la salud pública.

En ese sentido, y bajo la visión de las marcas, la movilidad eléctrica debe ser entendida como una política transversal, que contribuya a mejorar la salud pública, reducir la huella ambiental y hacer de las ciudades espacios más habitables.



