Cultura
El poderoso salmo que ayuda a salir de la depresión
La depresión es una de las formas por la cual las personas se dan cuenta que algo en sus vidas no está funcionando como corresponde o no querían que se desenvolviera de aquella manera.
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La religión es una forma de afrontar la adversidad en la vida. Para muchas personas la oración es un acto espiritual encaminado a superar una meta concreta, en este caso un obstáculo.
En algún momento de la vida, tarde o temprano surgirá una situación inevitable, como afrontar problemas, problemas emocionales o no mirar bien el propio estilo de vida.

Si desea dejar atrás esas experiencias, es importante sacar fuerzas de ellas. Entre las diversas opciones para resolver este tipo de enredos se encuentra el apoyo espiritual que ofrece la religión. Otras opciones incluyen consultar a un profesional médico, terapia y ejercicio, pero para muchas personas, creer en un ser superior es igual de importante, si no más.
Una manera de tener contacto con la deidad radica en el rezo de las oraciones del libro de los salmos. Este texto sagrado ha pasado a través de los siglos y se ha vuelto un aspecto esencial en la vida católica.
El libro de los salmos cuenta con 150 oraciones, los cuales corresponden a cánticos. Algunos se profesan durante la ceremonia de la misa, pero pueden decir en cualquier momento. La particularidad que tienen las oraciones corresponde a que tienen como propósito ayudar a las personas en diferentes situaciones de sus vidas.

Al momento de tener complicaciones, una forma por la cual se puede tener fortaleza emocional corresponde a la espiritualidad. En múltiples casos, el primer paso para solventar lo que acongoja es tener la tranquilidad del espíritu y así tomar las decisiones con cabeza fría. En ese orden de ideas, el siguiente salmo es, por excelencia, el mejor a la hora de superar esa situación:
Salmo 23
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas.
Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aún si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre.

Querido Dios, gracias por tu invitación a festejar contigo en medio de mis enemigos. Te pido ahora que me ayudes a fijar mis ojos en ti.
Gracias por tu bondad y tu amor, Dios. Confío en tu promesa de vida eterna y eso me consuela hoy.
Dios, por favor, ayúdame a encontrar un lugar de descanso divino hoy. Por favor, refresca y restaura mi alma. Te pido que me guíes y me consueles mientras atravieso este valle. Amén.


