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In this heart of world diplomacy, which hosts crucial crisis meetings for the world, history and geopolitics are also explored through some 400 works, offered by 150 of the 193 member countries. (Photo by Bryan R. Smith / AFP)
Los murales de Fernand Leger en la Asamblea General, unos de lso puntos altos del recorrido junto con Werner Schmidt, encargado del arte en las Naciones Unidas. Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP

Arte

Un paseo por las obras que atesora la ONU en Nueva York: Chagall, Portinari, Moore, Tamayo y más

Antes del covid, los visitantes podían recorrer la historia y la geopolítica a través de buena parte de las casi 400 obras donadas por 150 países de sus 193 miembros.

Ana Fernández * AFP
8 de noviembre de 2021

Chagall, Moore, Léger, Portinari, escenas desérticas en oro y piedras preciosas. A lo largo de casi ocho décadas, la sede de la ONU en Nueva York ha ido acumulando valiosos regalos de países y particulares que la convierten en otra atractiva parada turística de la Gran Manzana.

Antes del covid, los visitantes podían recorrer la historia y la geopolítica a través de buena parte de las casi 400 obras donadas por 150 países de sus 193 miembros.

“No somos un museo”, advierte Werner Schmidt, funcionario encargado de supervisar este único y ecléctico patrimonio.

A la imagen de la organización, que nació en 1945 para trabajar en pos de la paz y la concordia en el mundo, sus fondos son la expresión de momentos históricos, tendencias artísticas y hasta particularidades de los países que las han regalado, reflejo de una realidad diversa y cambiante.

El vitral de Marc Chagall. Foto: Bryan R. Smith / AFP.
El vitral de Marc Chagall. Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP
In this heart of world diplomacy, which hosts crucial crisis meetings for the world, history and geopolitics are also explored through some 400 works, offered by 150 of the 193 member countries. (Photo by Bryan R. Smith / AFP)
Una mujer camina frente a uno de los enormes tapices... Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP

Algunos de ellos han dejado de existir, como la República Democrática Alemana, Yugoslavia o la Unión Soviética. También han nacido otros.

Entre las obras más espectaculares están los murales del brasileño Cándido Portinari “Guerra y Paz”, que flanquean el acceso que lleva a Asamblea General, el corazón de la organización.

“A la entrada, los delegados ven un paisaje de guerra y desesperación y a la salida, un mundo en paz y armonía”, en una alegoría del objetivo de la ONU: dirimir las diferencias a través del diálogo, explica Schmidt a la AFP.

El propio Marc Chagall viajó en 1964 a la ONU para entregar su “Ventana”, una pintura en vidrio -hoy con algunos daños-, fruto de una colecta de los funcionarios de la ONU tras la muerte de uno de sus secretarios generales más emblemáticos, Dag Hammarskjöld, y quince colaboradores, en la caída de un avión cuando iba a mediar en el conflicto de Katanga, Zaire, en 1961.

Su admiración por Hammarskjöld, llevó también al escultor Henry Moore a donar su Figura reclinada que se expone en los jardines de la organización.

A sculpture by Henry Moore as Werner Schmidt of the United Nations discusses artworks at The United Nations  on November 3, 2021 in New York. - Chagall, Moore, L�ger: in nearly eight decades, the United Nations headquarters in New York has accumulated valuable works of art, from states and individuals, making the compound another attractive tourist stop in the Big Apple.
Una escultura del inigualable Henry Moore. Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP

Oasis de oro

El muralista mexicano Rufino Tamayo contribuyó con “La Fraternidad” a estos fondos, entre los que destaca una fabulosa alfombra iraní, colgada de las gigantescas paredes de la cafetería de delegados, una escena cotidiana de un oasis del desierto saudí en oro macizo, regalo de Arabia Saudita, y otra donación del vecino Bahréin, una palmera de oro y racimos de perlas a modo de dátiles.

Werner Schmidt of the United Nations discusses artworks at The United Nations  on November 3, 2021 in New York. - Chagall, Moore, L�ger: in nearly eight decades, the United Nations headquarters in New York has accumulated valuable works of art, from states and individuals, making the compound another attractive tourist stop in the Big Apple.
Werner Schmidt cuida el patrimonio artístico del lugar. "No somos un museo", asegura frente a uno de los murales de João Candido Portinari, Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP

Piezas africanas, un gigantesco jarrón chino, mobiliario de diseñadores de renombre o un tapiz que representa los horrores que dejó la explosión de la central nuclear de Chernóbil enriquecen este acerbo.

En los jardines, destaca una monumental obra de la artista estadounidense Barbara Hepborth, una de las pocas mujeres en la colección.

Otras están ligadas a la historia del país que la donó, como “Hombre levantándose”, del escultor de la antigua Alemania Oriental Fritz Cremer, que pretendía reflejar el éxito del régimen comunista pero que puso a los intelectuales del país en su contra.

Un poco más allá, se yergue la monumental escultura de San Jorge y el dragón, donada por la desaparecida Unión Soviética, construida con carcasas de misiles nucleares.

O la reproducción de la tablilla metálica o “geregee”, un pasaporte en tiempos de Gengis Kan que aseguraba a sus portadores comida y caballos dentro de los confines de su gigantesco imperio mongol.

In this heart of world diplomacy, which hosts crucial crisis meetings for the world, history and geopolitics are also explored through some 400 works, offered by 150 of the 193 member countries. (Photo by Bryan R. Smith / AFP)
'El bien derrota al mal', escultura del ruso Zurab Tsereteli,. Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP

La sala de la Asamblea General está flanqueada por dos frescos abstractos del pintor Fernand Léger, que al presidente estadounidense de la época Harry Truman le parecieron unos “huevos con bacon” y “un conejo salido de una chistera” y nadie ha osado nunca contradecirle, recuerda Schmidt.

Como Estados Unidos no le concedió a Léger un visado para poder pintarlos in situ, el pintor francés recurrió a otras manos para la realización de sus pinturas, un regalo, se acaba de saber, de Nelson Rockefeller, un gran mecenas de la organización multilateral que está en Nueva York, y no en Filadelfia, gracias a los 8 millones de dólares que donó para comprar el terreno donde hoy se asienta.

Sus herederos acaban de retirar de la ONU un tapiz, prestado, con una réplica del Guernica de Pablo Picasso, que había presidido durante décadas la entrada del Consejo de Seguridad, en un recordatorio a sus delegados de las consecuencias de los conflictos armados.

Cualquier país puede donar una obra. “Tiene que ser arte que no moleste a otros países, que hable para todos en el mismo idioma positivo”, concluye Schmidt.

In this heart of world diplomacy, which hosts crucial crisis meetings for the world, history and geopolitics are also explored through some 400 works, offered by 150 of the 193 member countries. (Photo by Bryan R. Smith / AFP)
'Fraternidad' de Rufino Tamayo y la estatua 'Poseidon' . Foto: Bryan R. Smith / AFP. | Foto: AFP