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jonathan malagón Ministro de Vivienda

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¿Por qué hubo récord de ventas de vivienda el año pasado?

Pese a las dificultades económicas de 2020, miles de familias compraron vivienda impulsadas por subsidios del Gobierno y porque en cuarentena se dieron cuenta de que necesitan más espacio para vivir.

16 de enero de 2021

Los Martínez son una familia bogotana de clase media, con tres hijos, y padre y madre empleados. Hace más de diez años vivían en un apartamento propio de tres habitaciones y 80 metros cuadrados. En abril del año pasado, en plena pandemia, descubrieron que ya no podían seguir viendo allí. Su vivienda de un día para otro se quedó chica al convertirse en colegio, oficina, gimnasio y campo de juegos.

El aislamiento estaba complicando la vida familiar, y aunque estaban ahorrando para comprar y mudarse a un espacio más grande en tres o cuatro años, aceleraron la decisión: consiguieron el crédito y en julio ya estrenaban casa en Chía.

Como los Martínez, 176.157 familias compraron vivienda en 2020, una cifra récord en un año de pandemia, con desempleo al alza y cierre de miles de empresas.

Jonathan Malagón, ministro de Vivienda, explica que la disposición a comprar vivienda no es solo una tendencia en Colombia; es una realidad global. Esto se debe a que la finca raíz es considerado un activo refugio, en el que suele invertirse en épocas de incertidumbre. Y en plena cuarentena fue evidente que la vivienda se convirtió en el espacio para todas las actividades.

La encuesta mensual de Fedesarrollo con consumidores muestra que la disposición a comprar vivienda se ha recuperado más rápido que la de bienes durables (carros, electrodomésticos) y semidurables (ropa, calzado).

A esta tendencia la favoreció una agresiva política de subsidios del Gobierno, que tiene la meta de entregar 200.000 ayudas para compra de vivienda.

Para ello destinó 11 billones de pesos –más de un punto del PIB–, que ya están financiados. Los subsidios aplican tanto para vivienda de interés social (VIS) como para la de mayor valor –máximo 438 millones de pesos–, pero nueva.

Los Martínez no se pudieron beneficiar, pues tuvieron que comprarla usada debido al afán que tenían. Precisamente, las inmobiliarias han pedido que las ayudas incluyan a la vivienda usada, pues sienten que el fuerte dinamismo de la vivienda nueva puede ‘secar’ su mercado. Pero Malagón señala que, por el contrario, un segmento ayuda al otro, y la prioridad del Gobierno está en la vivienda nueva, que es la que más crea empleo.

Prueba de ello es que el ramo edificador pasó de emplear a 850.000 personas antes de la pandemia a más de un millón hoy, absorbiendo parte de la mano de obra ociosa del país. Se estima que por cada 240.000 trabajadores contratados, se reduce en un punto la tasa de desempleo. Una luz para la reactivación económica.