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Fernando Hakim, “un ángel en la Tierra”: pacientes del neurocirujano de Miguel Uribe Turbay cuentan en SEMANA cómo les salvó la vida
Las historias que rodean al médico que atiende al senador son conmovedoras. Testimonios de fe y esperanza.


El nombre del doctor Fernando Hakim Daccach resuena con fuerza recientemente tras haber sido el encargado de intervenir quirúrgicamente y de emergencia al senador Miguel Uribe Turbay luego de que este fuera víctima de un atentado en el parque El Golfito, en el barrio Modelia de Bogotá.
Actualmente, es el jefe del Departamento de Neurocirugía del Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, donde también dirige la Clínica de Hidrocefalia con Presión Normal, un centro altamente especializado, modelo a nivel internacional.Formado como médico y neurocirujano en la Universidad Militar Nueva Granada, complementó su carrera con estudios avanzados en el Massachusetts General Hospital de la Harvard Medical School, donde realizó tres fellowships en neurocirugía, neuropatología y neurocirugía pediátrica. Además de su práctica médica, Hakim es profesor de cátedra en la Universidad de los Andes y profesor asociado en el programa de neurocirugía de la Universidad El Bosque. Entre las patologías que trata con frecuencia, se encuentran la hidrocefalia, los tumores cerebrales e hipofisarios, la cirugía de columna y la malformación de Chiari.
Un hombre humilde

Hablar de Fernando Hakim es hablar de un hombre profundamente humano, más allá de su brillante carrera como neurocirujano. Así lo describe su hija Denise, quien junto con sus hermanos, Yvette y Salomón, crecieron viéndolo no solo como un referente en la medicina, sino como un ejemplo de humildad y generosidad. A pesar del prestigio que ha alcanzado en Colombia y fuera del país, ha mantenido siempre una actitud sencilla y cercana.
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Al lado de este médico extraordinario también hay un pilar fundamental: su esposa, Juanita Carvajal Puyana, oftalmóloga de profesión, a quien conoció en la Facultad de Medicina. Juntos construyeron una familia con un profundo sentido del deber, la compasión y la resiliencia. En palabras de su propia hija, su madre es el ancla de su padre, una mujer amorosa y exigente que ha sido su apoyo incondicional.
Salvando vidas

En 2016, cuando Rafael Arango Hernández tenía apenas 11 meses de edad, le fue detectado un tumor en la parte posterior de la cabeza. Las imágenes diagnósticas sugerían que podía ser maligno, razón por la cual sus padres, Rafael Arango Mutis y María Raquel Hernández, autorizaron una intervención quirúrgica de emergencia.

Ese mismo año, el neurocirujano atendió a Miguel Ángel Cerón Rodríguez, quien sufrió un grave accidente. “Pasamos cinco meses enfrentando una situación muy difícil. En ese momento, el pronóstico era incierto; no sabíamos cómo quedaría neurológicamente, pues había quedado cuadripléjico”, cuenta Leonor Bernal, esposa de Miguel Ángel.

Ángelo Torres también fue paciente de Hakim. Su diagnóstico fue oligodendroglioma grado III de 8 centímetros, un tumor cancerígeno cerebral por el que tuvo que someterse a una cirugía de emergencia de al menos cinco horas para la resección tumoral en el lóbulo frontal izquierdo el 25 de agosto de 2024.

Miguel Ángel Rincones Bermúdez también conversó con SEMANA y relató la experiencia que vivió con su madre, Yarlet Cecilia Bermúdez Caballero, de 53 años. “Mi mamá fue diagnosticada con un tumor en la cabeza, en la parte derecha, después de que empezara a presentar fuertes dolores de cabeza”.

Miguel Ángel cuenta que la cirugía fue tan compleja que el doctor les advirtió sobre la posibilidad su madre quedara en coma. “Abrieron su cráneo y el tumor era muy grande, aproximadamente del tamaño de una manzana”, comenta.
“Lo que más nos sorprendió y consideramos un milagro fue que, aunque el procedimiento terminó a las 2 de la mañana, a las 8 de la mañana mi mamá ya estaba despierta”, cuenta Miguel Ángel, quien añade, “el doctor Hakim no es solo un profesional excepcional, sino un ser humano maravilloso, se preocupa profundamente por sus pacientes y sus familias, para mí es un ángel en la Tierra”. Sin embargo, cuenta también que su madre enfrenta actualmente una recaída debido a la reaparición de cáncer.
Carlos Santos es economista, tiene 47 años, es un padre de familia con dos hijos pequeños y fue paciente del doctor Hakim en 2012 cuando fue diagnosticado por el neurocirujano con un osteocondroma cervical en la parte alta del cerebro, entre la columna cervical C1 y C2. El tumor había crecido hacia la parte inferior izquierda del cuello y estaba presionando la carótida.
Carlos le relató a SEMANA que fue un diagnóstico complicado porque al principio no se sabía qué tipo de tumor era. Lo que sí se sabía era que estaba muy mal ubicado, con la carótida totalmente comprimida contra la pared del cuello, que había tenido un infarto cerebeloso y que existía un riesgo inminente de que cualquier movimiento fuerte del cuello pudiera seccionar la carótida y causar un desenlace fatal.
La cirugía fue compleja y duró aproximadamente 11 horas. Carlos le debe la vida al doctor Hakim, “es un ser humano empático y con una tranquilidad que solo te da la confianza en Dios de saber lo que están haciendo”. Más de 10 años después, Carlos afirma que no quedó con ninguna secuela y lleva una vida totalmente normal.