Germán Castro Caycedo, uno de los escritores más reconocidos del país, falleció el jueves 15 de julio. Autor de una ventena de libros, Caycedo fue un testigo de la historia y una de las plumas más importantes para inmortalizar los momentos de Colombia.
Germán Castro Caycedo, uno de los escritores más reconocidos del país, falleció el jueves 15 de julio. Autor de una ventena de libros, Caycedo fue un testigo de la historia y una de las plumas más importantes para inmortalizar los momentos de Colombia. | Foto: DIANA REY MELO

Homenaje

Así recuerdan desde las facultades de periodismo las lecciones que le deja a este oficio el cronista Germán Castro Caycedo

En las facultades de comunicación social, leer y analizar su obra se convirtió en una tradición. Docentes, decanos e investigadores analizan el valor de su legado del maestro Germán Castro Caycedo.

16 de julio de 2021

Pionero. Así fue el escritor y periodista colombiano Germán Castro Caycedo, quien falleció la tarde del jueves 15 de julio del 2021 a sus 81 años. Sus trabajos en televisión, así como sus libros de no ficción marcaron el inicio de la reportería en los lugares más apartados del país, luego de sacar las cámaras, los micrófonos y las grabadoras de los estudios para llevarlas a la manigua o al páramo.

“Miles de kilómetros en avión, en carro, en mula, muchas veces a pie, para captar la vida en un país de culturas disímiles, maravillas y contradicciones a la vez, y por tanto, me impresionaba el panorama de la televisión nacional, donde periodismo eran dos programas con entrevistas personales dentro de un estudio”, decía Caycedo, quien en 1976 y durante cerca de 20 años dirigió ‘Enviado Especial’, un hito en la televisión colombiana.

Olga Behar, periodista y profesora de periodismo en la Universidad Santiago de Cali, destaca que con este programa Caycedo fue precursor de la crónica en televisión. Fue el primero en hacer grandes reportajes e investigaciones para medios audiovisuales. De hecho, “varias leyes del buen periodismo fueron construidas gracias a Germán”, comenta.

En total fueron más de mil programas semanales en los que Caycedo recorrió el país desde La Guajira en el extremo norte de El Caribe, hasta la Amazonía, o desde el litoral Pacífico en toda su extensión hasta el Orinoco y el Río Negro, en los límites con Venezuela y el Brasil. “Para plasmar una historia es imprescindible hacerlo en los mismos lugares donde ha ocurrido”, afirmaba Caycedo.

De acuerdo con Omar Rincón, investigador del Centro de Estudios en Periodismo de la Universidad de los Andes y crítico de televisión, lo que más destacaba a Caycedo era su rigor fascinante. “Hay que ver los programas de Enviado Especial para que comparemos con lo que se hace hoy en día en televisión y veamos que somos soloperdidas.com, el periodismo televisivo ha perdido mucho”, señala.

El escritor de la realidad

Tras 10 años como cronista de El Tiempo, su esposa le dio la idea de recopilar su trabajo en un libro. “Yo creí que no valía la pena. Si vende 100 libros es mucho, pensé. Se hicieron mil, que me pareció que era una barbaridad, y se agotaron en muy poco tiempo”, contó Caycedo en el 2011 al portal 070 cuando se cumplían 35 años de ‘Colombia Amarga’ (1976). Desde entonces se han publicado 54 ediciones de ese título.

En síntesis, este libro es el sabor que deja sentir a Colombia durante algo más de una década”, comentó Caycedo, quien escribió una veintena de textos publicados en Europa y América Latina. “Por la naturaleza y trascendencia de los temas que manejaba, además de ser textos de largo aliento, era difícil que un medio de comunicación tradicional publicara la totalidad de su obra”, comenta Óscar Durán, investigador y docente de periodismo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Algunas de sus obras fueron traducidas a más de diez idiomas, como es el caso de El Karina, con la cual recibió el premio Rodolfo Walsh concedido a la mejor obra no-ficción publicada en 1999 en España. “Ese es mi libro estrella para llegar a Caycedo, porque tiene un frenesí que hace que no podamos parar de leerlo y cuando hay un enganche con una obra, consecuentemente vendrá ese amor por la lectura”, afirma Behar.

Para Durán al leerlo se pueden evidenciar conceptos claves que marcaron el éxito de Caycedo como periodista. Uno de ellos es el derecho de la musicalidad en los textos. No solamente se debe pensar en la información, también en la lectura que va hacer el lector. En ese sentido, explica el académico de la Utadeo, hay que organizar las palabras de tal manera que al interior del mismo párrafo exista musicalidad. “Imaginase el nivel de excelencia que buscaba cuando no solamente se preocupa por informar al lector, si no también entretenerlo”, expresa.

Otra de las características de Caycedo era su precisión a la hora de hacer reportería, la cual quedaba plasmada en los textos. “En vez de decir ‘un mundo, varios, muchos’, siempre buscó la precisión, por eso se acercaba a los expertos, porque al final de cuentas los periodistas no sabemos nada, pero somos expertos en contar historias y acercarnos a los que sí saben”, afirma Durán.

En ese mismo sentido, Behar recuerda un par de conversaciones que tuvo con Caycedo. “Discutíamos sobre las licencias literarias. Yo le decía que son una herramienta fantástica para el periodismo; él decía que con tantas cosas que hay en la realidad para qué ficcionar”. Entonces, como no ficcionaba, era un curioso por conocer hasta el más mínimo detalle.

Un inspirador

Pacho Escobar, periodista de Vorágine, recuerda con especial cariño una anécdota con Caycedo. “Un día recibí una llamada. Apenas escuché su voz al otro lado de la línea, me asusté. Uno, o quizá yo, nunca imagina que el cronista más grande que dio este país busque tu teléfono y te llame a preguntarte de colega a colega por un tema”, comenta Escobar. Compartieron un par de encuentros en su casa y lo que más le impresionaba de Germán era su inmensa biblioteca, su memoria de elefante y su seriedad hasta para pedir un café.

Un día en su casa le leí una de mis crónicas y le dejé 10 más. Tiempo después me llamó para dos cosas, dijo, la primera era para decirme que me había preparado una cita con su editor para que mis crónicas se publicaran en un libro. La segunda, para regañarme: ‘solo se escriben crónicas en primera persona si eres el protagonista de la historia y aún así, trata de ganarle la batalla a tu ego’”, recuerda Escobar.

El comediante y pionero del stand up comedy en Colombia, Andrés López, confesó que el libro ‘Colombia X’, le sirvió de inspiración para su obra ‘La Pelota de Letras’. “Fue el primer escrito en el que pude darme cuenta que yo no era de la Generación X colombiana. Y así nace ‘La Generación de la Guayaba’ que me ayuda a ordenar las generaciones de La Pelota de Letras”, escribió el comediante.

“Para todos los que estudian periodismo, Caycedo es lectura obligatoria”, afirma Rincón y destaca que las virtudes que deben quedar para las nuevas generaciones de periodistas es su disciplina al investigar las historias a fondo. “Él las vivía y eso lo hizo un periodista muy grande”, señala.

Caycedo deja como gran enseñanza que la reportería es la base fundamental de la profesión. “La falta de tiempo es la desgracia del periodismo de hoy. Si el periodista se va a la selva, pues no puede volver en media hora. Y si se va a la selva, entonces tiene que vivir la selva. Ir y ver amanecer y anochecer allá. Es que ese es y ha sido el periodismo en el mundo”, comentó en el libro ‘Hechos para Contar’ de Lorenzo Morales y Marta Ruiz, declaraciones que no pierden vigencia y permiten reflexionar en medio de una época marcada por la guerra de los clics.

Gracias al maestro.

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