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| Foto: AP

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América Latina: una encrucijada política para Joe Biden

La administración del presidente de Estados Unidos está tratando de descifrar cómo actuar ante la situación de crisis política, económica y de represión en varios países del continente americano. Su departamento de Estados está corto de personal y no anticiparon que América Latina sería protagonista.

14 de julio de 2021

Cuando Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos, América Latina no era una prioridad en su agenda. Sin embargo ahora, dos pequeñas islas en el Caribe, Cuba y Haití, lo obligan a mirar hacia el sur de continente para notar que son muchas y complejas las tareas para su administración. Y no solo eso, el departamento de estado aún está conformándose, están cortos de personal, de experiencia y lo que se les vino encima no era fácil de prever.

Joe Biden
El Presidente Joe Biden no está considerando enviar tropas a Haití o Cuba. | Foto: REUTERS

Por un lado están las protestas, el paro y la inconformidad social en Colombia, el más sólido aliado de Washington en el continente. En Perú, el presidente electo Pedro Castillo, líder de la izquierda se declara admirador de Venezuela y podría seguir su línea política y represiva. La pandemia devastó a Brasil y le restó poder y credibilidad a su mandatario Jair Bolsonaro. Chile está renovando su constitución luego de protestas masivas; y la economía argentina está nuevamente al borde del abismo.

En Centroamérica y el Caribe la situación es aún más grave y representa dos problemas para Biden. La desestabilidad política que se riega como pólvora por el continente y el temor de un éxodo masivo hacia su país. Daniel Ortega, el líder de Nicaragua, está encarcelando a opositores políticos, Haití vive horas de caos después del asesinato presidencial y los cubanos están protestando contra su gobierno más abiertamente que nunca.

En cuanto a Centroamérica, vecinos cercanos del país del norte, México, Guatemala, El Salvador y Honduras, han asumido una nueva postura hacia Washington. A diferencia de otros momentos en la historia, esta vez no quieren su intervención directa y solo se involucran para tratar una tema que afecta a todos: la migración. En medio de esta situación política en el continente, el Departamento de Estado cuanta con poco personal para responder.

Los expertos regionales dicen que no existe un enfoque de política exterior único que pueda abordar la gran cantidad de erupciones políticas en todo el continente en este momento. El medio de análisis político de Washington, “The Hill”, entrevistó a Luis Guillermo Solís, ex presidente de Costa Rica que ahora es director del Centro para América Latina y el Caribe Kimberly Green en Universidad Internacional de Florida, quien cree que los problemas de América Latina son tan antiguos y complejos que EE.UU., no puede pretender resolverlos y mucho menos solo. “No veo la posibilidad de una estrategia regional hemisférica única y única, porque cada caso es muy diferente”, dijo en diálogo con “The Hill”, “No hay una acción directa de Estados Unidos que pueda resolver repentinamente el problema”, agregó.

Por lo pronto Estados Unidos mantendrá como su principal arma en contra de la represión en países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, el uso de sanciones económicas que algunos legisladores, de lado y lado del espectro político, coinciden que es lo correcto en este momento. El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez (D-N.J.), Conocido como un halcón de Cuba, dijo que no hay posibilidad de que Estados Unidos intervenga militarmente en Cuba. “No vamos a tener una intervención militar en Cuba”, dijo Menéndez a periodistas de “The Hill” en el Capitolio. “Dejemos eso de lado porque eso es lo que quieren los ‘fidelistas’, los que mantienen el poder en Cuba quieren promover esta idea”. Cuba ha sido durante mucho tiempo un desafío regional para los presidentes de Estados Unidos, en parte porque el régimen comunista allí ha gozado históricamente de un amplio apoyo en América Latina y Europa. Pero la popularidad del gobierno cubano ha disminuido un poco en su respuesta a las recientes protestas.

Y esta el tema de Haití. Tras el asesinato del mandatario Jovenel Moïse el gobierno de Puerto Príncipe pidió ayuda militar a Biden, una petición controversial la cual por ahora no acepto. La Casa Blanca envió una delegación de altos funcionarios a Haití para evaluar la situación de seguridad y ofrecer asistencia a la investigación de la Policía Nacional de Haití sobre el asesinato del presidente. El Consejo de Seguridad Nacional envió a Juan González, director senior de asuntos del hemisferio occidental, junto con Laura Lochman, subsecretaria adjunta interina del Departamento de Estado en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.