Rusia
Ataque a la libertad de prensa: Gobierno ruso arremete contra Dmitry Muratov, premio Nobel de paz y periodista opositor al Kremlin
El gobierno de Moscú declaró a Muratov como ‘agente extranjero’, un estatus que busca restar credibilidad al periodista al interior del país, cuestionando sus posturas y financiación.
Preocupación despierta en diferentes escenarios internacionales una decisión dada a conocer al final de la semana anterior por el Kremlin respecto del periodista Dmitry Muratov, premio Nobel de Paz en 2021, quien se ha caracterizado por su crítica al Kremlin, y quien fue declarado como ‘agente extranjero’ por parte del gobierno de Vladimir Putin.
Sobre la medida, medios internacionales han advertido que esta responde a una política del gobierno Putin para seguir reprimiendo las voces críticas que surgen en su contra, en momentos en que los ojos dentro y fuera de Rusia se posan sobre el dirigente por la guerra en Ucrania.
¿Qué significa la declaración de agente extranjero?
De acuerdo con medios internacionales, el uso del término ‘agente extranjero’ tiene un sentido peyorativo, y se ampara en la ley de ese país, empleándose para referirse a empresas o personas que se financian a través de capitales extranjeros, advirtiendo que en virtud de ello, su información o actividades pueden responder a intereses de otros países, por encima de los de Rusia.
Así, esta declaración que pesa ahora sobre el reconocido periodista, conocido por sus fuertes artículos en contra del Kremlin y como editor del otrora diario Novaya Gazeta, estaría encaminada en buscar estigmatizar al laureado periodista, restando a su vez credibilidad a sus escritos, por parte del pueblo ruso.
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Más allá del simbolismo y la carga pública que ello confiere, la declaración de ‘agente extranjero’, también supone una serie de obligaciones para el periodista, quien ahora, en el marco de sus denuncias y escritos, tendrá que hacer explícito dicho estatus al momento de firmar sus trabajos y columnas periodísticas.
Este nuevo ataque en contra de la libertad de prensa es un paso más en la diana del Kremlin por callar las voces críticas en su país, medida que está clara desde el inicio de la guerra, época en la que las autoridades rusas profirieron una serie de leyes y normativas que están encaminadas a castigar las declaraciones y posturas críticas que pongan en entredicho las acciones del Ejército de su país, la guerra en Ucrania, o que estén encaminadas a desacreditar a los militares y a los funcionarios del Gobierno.
Precisamente, en aquel momento, el medio para el que trabaja Muratov, el Novaya Gazeta, anunció que decidió suspender temporalmente su funcionamiento, advirtiendo que solamente volvería a circular en momentos en que la guerra en Ucrania llegase a su final.
Debido a dicha situación, y al deseo de seguir ejerciendo su oficio y avanzar con las denuncias que dan cuenta de lo ocurrido en Rusia, varios de los colaboradores del Novaya Gazeta decidieron partir hacia Letonia, para desde allí, ejercer su oficio en un medio homónimo, el Novaya Gazeta Europa.
En el caso de Muratov, ahora declarado agente extranjero, es reconocido internacionalmente por su trabajo de denuncia, contando además con una importante reputación a nivel mundial. Sin embargo, el papel de Muratov comenzó a ser aún más conocido desde 2021, fecha en el que fue galardonado por la Fundación Nobel, en la categoría Paz, como coganador.
Precisamente, uno de los actos más sonados de Muratov en el marco de la actual guerra que enfrenta a su país con Ucrania, la cual comenzó en febrero de 2022 con la invasión por parte del Kremlin a territorios del oriente ucraniano, fue su decisión de vender su medalla del Nobel, para destinar los recursos; cerca de 103,5 millones dólares, para apoyar la causa de los refugiados y los niños migrantes víctimas de la guerra en Ucrania.
En la legislación rusa, respecto de los ‘agentes extranjeros’, también se establece que es delito pertenecer a ellos, en lo que a organizaciones se refiere, calificando a sus funcionarios y a personas naturales con el estatus, como personas indeseables o no gratas en su territorio.
Precisamente, otro de los rusos que ha sido ‘manchado ' con dicho estatus es el líder opositor Alexei Navalni, quien está preso.