Video | Pescadores irlandeses encontraron una inusual langosta azul en el mar

Un hombre en Irlanda del Norte se convirtió en la sensación, luego de que lograra encontrar una especie rara y que muy pocos han tenido la oportunidad tanto de cargar, como de ver a lo largo de sus vidas. Pues bien, el hecho fue publicado por un medio local, que aprovechó para entrevistar al joven.

Se trata de Stuart Brown, un joven de 28 años, que según el medio ‘Belfast Telegraph’ reside en la ciudad de Bangor, ubicada en el condado de Down, donde trabaja como pescador. Y fue justamente hace un par de días que el hombre, mientras sacaba las trampas que había dispuesto en el agua para atrapar mariscos, que encontró una langosta azul.

“Estábamos sentados en unos 50 a 60 pies de agua y apareció la cuarta olla. Lo vi, pero creo que pensé, ‘es solo una langosta’. Podías escuchar la cola avanzando. Deslicé la olla hacia el tripulante que la sacó y él hizo un comentario: ‘Eso es muy azul’”, comentó Brown para el medio citado, recordando los momentos en los que él y su equipo vieron el raro animal.

“Tú podrías obtener langostas que no se ven normales, serían un poco más marrones o más rojas, algo diferente con ellas, pero nada tan extremo. Busqué en Google para ver qué tan raro era, y tenía una posibilidad entre dos millones de atraparlo”, resaltó el joven indicando que, a pesar de que en su oficio había encontrado otras langostas “diferentes”, ninguna de ellas tenía un color tan exótico.

Así entonces, fue cuando Brown se dio a la tarea de investigar rápidamente sobre su hallazgo y encontró que la posibilidad de encontrar una langosta azul era de 1 en dos millones, según indicó en su entrevista. Sin embargo, luego de tomar las fotos de evidencia del hallazgo, se dispuso a devolver el animal a su hábitat.

Analizan cuerpo de sirena japonesa

Durante años, la cultura japonesa se ha encargado de adorar ciertas imágenes que se encuentran en los diferentes templos de ese país. Una de ellas es la momia de una sirena, también conocida como un ningyo, criatura perteneciente a la mitología japonesa.

Su cuerpo se encuentra en el templo Enjuin ubicado en la ciudad de Asakuchi, Okayama, y fue encontrado, según la historia, hace 300 años por un pescador. Desde entonces, recibe admiración y despierta el asombro de quienes lo ven, pues su figura es realmente impresionante.

La leyenda que se tejió a su alrededor asegura que cayó en las redes de un pescador en la región de Tosa entre los años 1736 y 1741. Allí, alguien decidió momificarla y entregarla al templo budista de Enjuin, en donde, desde entonces, ha sido adorada por sus integrantes y visitantes.

Pese a esto, los encargados de este espacio religioso aceptaron que científicos realizaran análisis detallados para determinar de qué estaba compuesto este ningyo y los resultados fueron sorprendentes.

La investigación estuvo a cargo del profesor de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki Takashi Kato, quien se decidió por realizar un TAC de la extraña criatura; cabe señalar que las sirenas japonesas o ningyo, a diferencia de las creencias de Occidente, reemplaza la parte superior (parte humana) por algo muy similar al cuerpo de un simio y cuyo rostro es el de un monstruo.

Además del TAC, los analistas decidieron tomar muestras de la piel, el esqueleto y las escamas, y los resultados arrojados dejaron al descubierto que no se trataba de ningún ser mitológico japonés.

Según medios locales como Sora News, se pudo determinar que la criatura no tenía cráneo, ni costillas ni espina dorsal, partes esenciales para un ser vivo de este aspecto. Los estudios también dejaron en evidencia que lo único que realmente era material óseo era la mandíbula.

También establecieron que la mayor parte del cuerpo era hecho de yeso y que en la parte superior solo había tela y papel. Su cabeza estaba rellena de algodón y tenía pelo de un animal que aún no ha podido ser identificado. Sobre la piel y las escamas se determinó que eran de pez globo y corvina.

Sobre la antigüedad de los restos que se utilizaron para construirlo, también se pudo precisar que no es de mediados del siglo XVIII como se ha creído desde hace años, sino que los tejidos del pez globo encontrados son de 1850.

Luego del análisis, la ciencia determinó que esta momia a la que veneraban en este templo budista no se trataba de nada más que de un muñeco hecho con yeso y restos de peces; sin embargo, y pese a lo revelado en el análisis, los miembros de esta comunidad religiosa han señalado que seguirán cuidando el objeto, puesto que tiene partes de seres vivos.