Estados Unidos
La temporada de tormentas podría iniciar antes de lo esperado: ¿qué Estados podrían verse afectador?
La preocupación de los ciudadanos de Florida ha aumentado ante la creciente posibilidad de un huracán.

El verano podría llegar de manera anticipada al sur de Estados Unidos, y esto, lejos de ser una buena noticia, podría marcar el comienzo de una de las temporadas más intensas en cuanto a tormentas y huracanes en la historia reciente de los estados ubicados en la costa atlántica del este del país.
Con el aumento sostenido de la temperatura del océano y los cambios en el comportamiento de las corrientes marinas, el hecho de que se registren tormentas antes del inicio oficial del verano, fijado para el 1 de julio, ya no es una sorpresa. Según datos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), entre 1980 y 2024, se reportaron 6 grandes tormentas en el mes de mayo, uno de los más lluviosos en Florida. Esta cifra solo es superada por abril, que registró 14 tormentas de gran magnitud en el mismo periodo.
La realidad es que las tormentas ya han comenzado. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en sus radares ya aparece una formación denominada “Andrea”, que marcaría el inicio oficial de lo que muchos expertos consideran una temporada extremadamente agresiva de chubascos y sistemas ciclónicos.
Proyecciones de la empresa especializada AccuWeather anticipan entre 13 y 18 tormentas que podrían ser bautizadas durante este año. De ese total, al menos 7 a 10 podrían llegar a convertirse en huracanes. Que si forman más de 3 ciclones tropicales, estos ya podrán ser evaluados de acuerdo con la escala Saffir-Simpson, que clasifica su intensidad y nivel de amenaza.
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Las cifras históricas son igualmente preocupantes. Según la NOAA, entre 1980 y 2024, los desastres naturales ocurridos en Florida han generado un impacto económico de al menos 450 millones de dólares. Aunque ese número podría parecer bajo al tratarse de un lapso de 45 años, la gravedad se hace evidente al revisar la naturaleza y cantidad de estos eventos: 7 sequías, 4 inundaciones, 5 heladas, 33 tormentas severas, 36 ciclones tropicales, 4 incendios forestales y 5 tormentas invernales, para un total de 94 eventos de alto impacto.

Esto representa un promedio anual de 2,1 eventos climáticos (ajustado al IPC) entre 1980 y 2024. No obstante, en los últimos 5 años (de 2020 a 2024), el promedio anual se ha disparado a 6,8 eventos, lo que refleja un aumento alarmante en la frecuencia de estos fenómenos.
Tan solo el año pasado se reportaron 7 tormentas y 4 huracanes, cifras que no tienen precedentes. Este cambio repentino e inusualmente agresivo en el comportamiento del clima demuestra que el planeta está reaccionando, y lo está haciendo con fuerza. La única forma de frenar —o al menos mitigar— las consecuencias de estos desastres naturales es asumir una actitud responsable y menos agresiva hacia el medio ambiente.
Es fundamental reconocer que la situación no es casual, sino parte de una tendencia global de deterioro climático. Si bien la tecnología y los sistemas de alerta han mejorado, la prevención más efectiva empieza con cambios profundos en el comportamiento humano.