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Claudia López, alcaldesa de Bogotá y Luis Carlos Vélez | Foto: Semana

LA ENTREVISTA

“Por ahora no veo las condiciones para abrir”: Claudia López

La alcaldesa de Bogotá asegura que la fecha prevista por el Gobierno nacional para levantar la cuarentena podría desembocar en un aumento de pacientes graves para los que no daría abasto la capacidad hospitalaria. Dice que el desafío de la pandemia durará por lo menos un año.

Luis Carlos Vélez
19 de abril de 2020

Luis Carlos Vélez: La mitad de los casos de coronavirus están en Bogotá. ¿Por qué somos el centro de la pandemia?

Claudia López: Por privilegiar los intereses económicos del Aeropuerto El Dorado y no la salud de los colombianos. Entre enero y marzo entró medio millón de personas del exterior a Bogotá. Solo en marzo, permitieron el ingreso sin ningún control de 46.869 personas provenientes de los 8 países con mayor contagio. Por el mal manejo del aeropuerto, Bogotá tiene el mayor nivel de contagio del país.

L.C.V.: Usted cerró a Bogotá antes que todas las otras regiones del país, basada en modelos matemáticos y las conclusiones de los expertos. ¿Qué le dicen ahora esas mismas fuentes sobre abrir la ciudad?

C.L.: Justamente por el calamitoso manejo del aeropuerto era indispensable la cuarentena. Bogotá es la única ciudad que hizo público su modelo y curva epidemiológica que advierte que si nos obligan a abrir totalmente el 27 de abril, el 31 de mayo podríamos tener 857 contagiados demandando UCI (hoy solo tenemos 540 UCI disponibles) y hasta 548 fallecidos. Es decir colapsa la capacidad hospitalaria.

L.C.V.: ¿Me está diciendo que si se levanta la cuarentena el 27, en Bogotá los contagios se dispararían de tal manera que colapsaría todo el sistema?

C.L.: Ese riesgo es el que tenemos que monitorear y evitar todo el tiempo. Las medidas a tomar dependen de muchas variables: el avance del plan de testeo masivo para aislar y cuidar mejor a los contagiados, la expansión hospitalaria y de UCI. Con la financiación y ventiladores que se comprometió a entregarnos el Ministerio de Salud, a finales de mayo podríamos ir en 700 UCI para atender coronavirus, y en junio en 2.000. En todo caso dos indicadores nos debemos grabar para la vida mientras haya pandemia: Transmilenio solo puede transportar seguro al 35 por ciento de usuarios y cuando las UCI disponibles se copen al 70 por ciento debemos volver a cuarentena.

L.C.V.: ¿Cuándo y cómo se debe abrir Bogotá?

C.L.: Por ahora no veo las condiciones para abrir. Quizás las únicas actividades que podrían reiniciar lentamente son la construcción y la venta y reparación de bicicletas. Transmilenio solo puede transportar máximo el 35 por ciento de usuarios. Necesitamos que poca gente salga y, si deben salir, que usen bicicleta o movilidad privada compartida, no Transmilenio.

L.C.V.: ¿Hay un dilema economía vs. salud pública?

C.L.: No hay dilema. Primero la vida y la salud, obviamente. Pero partiendo de esa prioridad tenemos que tomar las medidas que nos permitan a la vez aplanar la curva de contagio y muerte masiva, y también aplanar la curva de desempleo y angustia económica de las familias y empresas. Ese doble desafío va a durar por lo menos un año. Apenas vamos en el primer mes.

L.C.V.: ¿Cómo va el avance de las pruebas en la ciudad?

C.L.: ¡En eso vamos a mejorar mucho! Ya tenemos 200.000 pruebas moleculares y 200.000 serológicas y un plan de testeo con la Universidad de los Andes y la Nacional. La dificultad es la disponibilidad de reactivos y que por ahora solo tenemos tres laboratorios autorizados, que pueden procesar hasta 2.000 pruebas diarias.

L.C.V.: ¿Cuál es el total de recursos que han destinado para atender la pandemia en la capital?

C.L.: Para atender las familias de estratos 1, 2 y 3 dispusimos de 500.000 millones de pesos. En el sector salud hemos invertido cerca de 300.000 millones y necesitamos por lo menos medio billón más, que nos debe dar el Ministerio de Salud para la expansión hospitalaria y de cuidado intensivo. Sin esos recursos asegurados es imposible reabrir.

“La pandemia me ha dado la paciencia y serenidad que me faltaban. Practico más tai chi y chi kung que antes, respiro profundo. Lo que más me duele es no poder abrazar a mi madre”.

L.C.V.: ¿Hay algún programa social de sus propuestas de campaña que vaya a tener que cancelarse por el gasto público para el coronavirus?

C.L.: Al contrario, tendremos que hacer más inversión social. No solo para cuidar a las familias más pobres sino también a la clase media. Por ejemplo, vamos a darle un subsidio de 15.000 pesos en acueducto y alcantarillado a todos los hogares hasta estrato 3, además del mínimo vital del estrato 1 y 2. Tenemos que conectar a internet y darles tabletas a más de 100.000 niños y jóvenes para que estudien en casa.

L.C.V.: Con la muerte de los médicos de los últimos días, ¿cómo está haciendo Bogotá para asegurar implementos a los doctores que están a cargo del distrito?

C.L.: Para que no vayamos a tener ningún desabastecimiento invertimos 8.000 millones de pesos para tener disponibles más de un millón de tapabocas y batas, casi dos millones de guantes, más de 4.000 monogafas, y más de 10.000 desinfectantes. Gratitud es asegurar la bioseguridad del personal de salud que literalmente arriesga su vida por cuidarnos a todos.

L.C.V.: ¿Qué va a hacer en Corferias?

C.L.: Iremos instalando 2.000 camas iniciales y si fuera necesario podemos llegar a 5.000 para atender allí a pacientes de baja y mediana complejidad de enfermedades distintas a covid-19. De manera que podamos concentrar los hospitales que ya existen para atender alta complejidad general y de covid-19.

L.C.V.: ¿Finalmente cuál es la realidad sobre la versión de que los bogotanos íbamos a pagar 11.000 millones de pesos por su alquiler?

C.L.: Le expliqué a Corferias que no podía gastar un centavo de la salud de los bogotanos en arrendamiento. Ellos entendieron y no nos cobraron eso. En la práctica nos hicieron esa donación. Invertimos 10.000 millones de pesos en la adecuación e instalación de las habitaciones y la dotación. En un mes montamos el hospital público más grande y económico de la historia. 

L.C.V.: ¿Cómo avanza la coordinación con el Gobierno Nacional?

C.L.: Tengo una buena relación con el presidente. No siempre estamos de acuerdo con las medidas del Gobierno, pero no por eso dejamos de coordinar. Yo tengo la responsabilidad de cuidar a una ciudad de 8 millones de personas, la más afectada por el contagio y la que está en mayor peligro. Tengo que ir al ritmo que la vulnerabilidad y la ciencia exigen.

L.C.V.: ¿Ha existido choque de trenes con el presidente?

C.L.: Más que un choque de trenes es un choque de realidades. Si no hubiéramos presionado el cierre del aeropuerto estaríamos como Guayaquil. La cuarentena había que empezarla para salvar vidas por difícil que fuera cerrar la ciudad. Ambos tenemos la misma información científica de la situación, pero a veces diferimos en el paso a seguir.

L.C.V.: Entonces, si tuviera que evaluar al presidente en su respuesta, ¿cómo lo ve en el manejo de la pandemia?

C.L.: El presidente ha crecido en la adversidad. A este Gobierno que lo criticaban por no tener rumbo, la pandemia le puso uno. He aprendido a apreciar y trabajar con su equipo. Su jefe de gabinete, su equipo jurídico, de salud, educación y de todos los apoyos económicos y sociales por la emergencia son seres humanos y servidores públicos increíbles. Como nos pasa a todos, a veces acertaremos y a veces no, pero el compromiso y la entrega es total.

L.C.V.: ¿Qué le responde a quienes dicen que usted ha aprovechado esta situación para fortalecerse políticamente?

C.L.: ¿Aprovechar? ¡Si acaso voy a sobrevivir! En menos de cuatro meses me ha tocado enfrentar una ola de paros, tres inundaciones, dos emergencias ambientales y una pandemia que puede matar a millones globalmente. Me siento muy orgullosa de mi Bogotá, de su ciudadanía, de la paciencia y solidaridad con la que hemos actuado. A pesar de todas las penurias, el 70 por ciento de los bogotanos acatan la cuarentena, se quedan en casa y se cuidan mutuamente.

L.C.V.: ¿Cómo recibe las críticas recientes por contratos en varias entidades de Bogotá a familiares de políticos cercanos o a los excandidatos a ediles, alcaldías locales y concejales que se quemaron, pero que fueron contratados por la administración?

C.L.: Gané con una coalición ciudadana del Verde y el Polo. Formamos un equipo de campaña y hoy somos un equipo de gobierno. Estoy profundamente orgullosa de todos. Me hice elegir y estaré cuatro años como alcaldesa. Ellos podrían tener una vida más tranquila en otro trabajo. Pero todos siguen, trabajan el triple, con la mejor disposición y todo el profesionalismo. Mi gratitud infinita con todo mi equipo y los servidores públicos de la Alcaldía Bogotá.

L.C.V.: ¿Cómo la ha cambiado la pandemia?

C.L.: A mí me ha dado la paciencia y serenidad que me faltaban. Practico más tai chi y chi kung que antes, respiro profundo. Lo que más me duele es no poder abrazar a mi madre. La vida nos va a cambiar. El transporte masivo no será masivo, el trabajo se digitalizará y la educación se virtualizará más, el consumismo perderá sentido. En una pandemia millones se enferman y mueren. Eso va a ser muy doloroso. Pero estoy segura de que como humanidad creceremos. De esto vamos a salir siendo mejores seres humanos y ciudadanos.