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Claudia López. Alcaldesa Mayor de Bogotá. Bogotá Diciembre 2 de 2020. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

POLÍTICA

“Espero que el centro sea la mejor alternativa para los ciudadanos”: Claudia López

En entrevista con SEMANA, la alcaldesa Claudia López dice que en el 2021 no habrá vacunación masiva; responde a los ataques de Petro; y dice que el populismo autoritario de izquierda y de derecha es una pandemia para Colombia.

6 de diciembre de 2020

SEMANA: Alcaldesa, usted organizó un evento masivo para encender la Navidad. Hubo centenares de personas justo cuando están prohibidas las aglomeraciones. Había gente sin tapabocas. ¿No cree que dio un mal ejemplo?

Claudia López (C.L.): Fue un exceso de humildad, de amor y de emoción. Nosotros no organizamos ningún evento, lo que íbamos a hacer era a encender la Navidad. Era la primera vez que el parque Illimaní de Ciudad Bolívar era iluminado. Fuimos a prenderlo. Cuando llegué, los niños llegaron en masa, de puro amor, y claro que se armó una aglomeración, fue un poco caótico. Es una lección aprendida. Cuando hacemos consejos de gobierno en la calle, es la misma lucha. La gente quiere conversar con uno, entregarle un papel. Inevitablemente si uno pone un pie en la calle hay aglomeración. Entonces hay que tener más organización y menos emoción.

SEMANA: Alcaldesa, las imágenes de la concentración masiva de personas en el madrugón de San Victorino también son muy preocupantes. ¿Dónde están los controles?

C.L.: San Victorino, como cualquier centro comercial, tiene que responder por la organización logística y de bioseguridad. Llevamos meses trabajando con los comerciantes formales e informales de San Victorino, y hemos hecho unos acuerdos logísticos. Llegó diciembre con su alegría, con muchas personas, y eso ha sido difícil. Les he dicho: ustedes son responsables como cualquier otro centro comercial y, si no cumplen las reglas, no hay más madrugón. No soy la responsable de organizarle a San Victorino, que es privado, su seguridad y su logística. Ellos tienen que responder por organizar su aforo y bioseguridad.

SEMANA: A propósito de la pandemia, ¿cuándo confía en que inicie la vacunación contra la covid-19 en Bogotá?

C.L.: La verdad es que los planes de vacunación dependen de los gobiernos nacionales. Las vacunas se las venden es a los gobiernos nacionales, no a los locales. De manera que ahí vamos detrás del Ministerio de Salud. Según han dicho ellos, esperamos que a mediados del año entrante podamos hacer la vacunación. No será una vacunación masiva, primero será experimental e irá a las poblaciones de más alto riesgo. Pero yo la verdad como alcaldesa tengo que planear el funcionamiento de la ciudad en lo que depende de mí. Y Bogotá no tiene la vacuna biológica, pero tiene la vacuna comportamental, que se llama cultura ciudadana. Y por eso mantener las normas de bioseguridad y cuidado es tan importante. Llevamos 14 semanas con vida económica, social, política, ahora vida de Navidad, y hemos logrado tener la pandemia bajo control. Eso no está pasando por suerte, sino por la extraordinaria cultura ciudadana de Bogotá. El 95 por ciento de los ciudadanos usa el tapabocas, se lava las manos y es consciente de que hay que guardar el distanciamiento (…) Que nadie crea que en el 2021 es la vacuna biológica del covid la que nos va a salvar. No va a ser así, no va a haber vacunación masiva. El Gobierno Nacional, según lo anunciado hasta ahora, solo ha preadquirido 10 millones de vacunas, y somos 50 millones de personas. En el 2021 vamos a seguir dependiendo del autocuidado, la vigilancia epidemiológica, los protocolos de bioseguridad, y de nuestra cultura ciudadana. Y como decía mi mamá: haga lo que dependa de usted y hágalo bien. Y así nos va tocar seguir. No va ser el 2021 el año de la vacunación masiva.

SEMANA: Hablemos de movilidad. Usted en la campaña fue muy enfática en que no haría TransMilenio por la Séptima. Pero el proyecto que acaba de anunciar, de buses en carril exclusivo, es TransMilenio.

C.L.: Yo ofrecí buses con carril exclusivo y dije que no iba a hacer una troncal como la de la Caracas en la Séptima, que era lo que pretendía hacer Peñalosa. Eso era un despropósito, era francamente un desastre, un irrespeto con la ciudadanía de la Séptima y era tirarse la vía más emblemática de la ciudad, metiéndole una troncal como la de la Caracas, repitiendo ese error en la Séptima. Yo dije que iba a hacer carriles exclusivos, con buses eléctricos, y una Séptima peatonal con espacio público, segura, iluminada y verde. Y eso es exactamente lo que estamos haciendo (...) A Peñalosa le importan el negocio de sus buses y sus troncales de diésel, que es su juguete, y hay otros que pelean por un tranvía, sobre el cual se han hecho estudios en 15 años y nunca se ha podido hacer. Los ciudadanos no están ni por el tranvía del uno ni por el negocio de los buses del otro. Lo que más le importa es que la Séptima sea limpia, que tenga energías limpias, espacios públicos peatonales para estar, leer, tomar un café.

SEMANA: En campaña usted dijo: “Con Galán tendrán buses en la Séptima, conmigo habrá un metro en la Novena”. Pero hoy finalmente habrá buses en la Séptima. Sus críticos le han dicho que todo era una estrategia para ganar votos.

C.L.: Voy a hacer lo que prometí. Carlos Fernando Galán habría hecho una troncal como la de la Caracas en la Séptima. Galán y Miguel Uribe dijeron que iban a continuar la licitación de Peñalosa. Yo revoqué la licitación de Peñalosa, que entre otras cosas estaba en un pleito jurídico que iba a demorarse 10 años. Lo que la gente tal vez no sabe es que Peñalosa nos heredó una troncal de la Caracas, un lío jurídico, dos billones de pesos embolatados, y la Séptima se iba a quedar sin un peso de intervención por 10 años. Eso fue lo que nos entregó Peñalosa (…) Y claro que en el carril de la Novena vendrá el Regiotram del Norte, que es un metro ligero, lo vamos a hacer en conjunto con la Nación y la Gobernación de Cundinamarca.

SEMANA: “Mentiroso, mezquino, patético, mal perdedor”. Todo eso le ha dicho usted a Galán y él dice que de esa forma usted evade dar los debates. ¿Qué le responde?

C.L.: Pues aquí estoy dando los debates. Él perdió porque Bogotá escogió no tener una troncal como la de la Caracas en la Séptima, que era lo que él iba a hacer. Esa batalla la ganamos en las urnas y ahora la estamos cumpliendo. Carlos Fernando, con quien me llevó muy bien, es presidente del Concejo gracias a que yo lo invité a ser el presidente y mi bancada lo eligió. Creemos que podemos encontrar lo que nos une mucho más que lo que nos separa. Pero pretender decir, contra toda evidencia, que estamos haciendo la misma troncal que él quería hacer es falso. O pretender decir que el POT de Bogotá tiene algo que ver con volteo de tierras es mezquino y es falso. La política no se hace con mentiras. Carlos Fernando es un hombre mucho más inteligente como para dar argumentos.

SEMANA: Hablemos de César Carrillo, considerado como la mano derecha del exgobernador Rey, a quien usted en el pasado señalaba de ser “el jefe del volteo de tierras y del cartel de los POT”. Hoy Carrillo hace parte del equipo de abastecimiento alimentario en el POT...

C.L.: ¿Por qué? Yo no puedo escoger quién es el gobernador de Cundinamarca, pero tengo que trabajar con él. Una de las grandes tragedias de Bogotá ha sido la peleadera entre el que está sentado aquí en la Alcaldía, que se cree faraón, y el que está en Cundinamarca. Lo que los cundinamarqueses toda la vida han sentido es que el que se sienta aquí los trata de manera peyorativa, creen que son unos pueblerinos, provincianos, bandidos… y que nosotros sí somos los inteligentes y grandes ciudadanos. Eso nos está haciendo la vida a cuadritos (…) ¿Entonces por qué él está ahí? Él fue jefe de planeación de Cundinamarca, conoce muy bien su departamento, y con el gobernador hicimos un acuerdo, de construcción de confianza. Él me dijo: ¿cuál es el tema de mi corazón? Abastecimiento regional, y lo que más le pido es que tengamos en cuenta a los campesinos de Cundinamarca, que les compremos a precios justos. También me señaló: déjeme sugerirle a una persona que le ayude en eso y usted dígame a quién quiere que yo ponga en la Gobernación para que se encargue de los temas de integración regional. Y yo le sugerí a Patricia González, que estaba dirigiendo la comisión de integración regional de la Cámara de Comercio de Bogotá, es extraordinaria. Y todo va funcionando bien.

SEMANA: Hablemos ahora de la inseguridad. Hoy los bogotanos se sienten con miedo en las calles...

C.L.: Han pasado varias cosas infortunadas. Primero, este ha sido el año del miedo, estamos enfrentados a la muerte, todos hemos estado con la sensibilidad a flor de piel. Segundo, ha pasado una cosa dramática: hemos logrado bajar todas las formas de hurto, es el año en el que menos hurtos en TransMilenio ha habido en los últimos 15 años, pero hemos tenido hurtos más violentos. ¿De qué sirve que los hurtos en TransMilenio hayan bajado un 60 por ciento si esta vez fue el primer año donde una banda de atracadores venezolanos asesinó a cuchillo a un señor en TransMilenio por robarle un teléfono? (…) Eso obviamente mata cualquier sensación de seguridad, la destruye, ¿cómo nos vamos a sentir bien? Eso ha sido desafortunado. ¿Ante eso qué hicimos? Crear un comando de policía específico de TransMilenio, tiene 750 hombres, y armamos una especie de frente de seguridad (…) Eso va reducir el hurto violento que es el que destruye la seguridad. Lo otro que nos ha pasado es que nunca había habido un 9 y 10 de septiembre, nunca había habido un evento de abuso policial de tal magnitud, es que la Policía mató a un ciudadano en un CAI, y esa fue la gota que rebosó la copa. Y tuvimos semejante nivel de confrontación entre miembros de la Policía y la ciudadanía. Eso nunca había pasado en Bogotá. Lo otro es que fíjate que el homicidio bajó pero este año, a cortesía del Inpec, en La Modelo tuvimos 24 homicidios; a cortesía de miembros de la Policía Nacional tuvimos ocho jóvenes asesinados entre el 9 y 10 de septiembre; y una confrontación entre dos bandas venezolanas dejó 19 homicidios este año en Bogotá.

SEMANA: Pero usted ha sido muy crítica con la Policía y lo que la gente percibe es que no hay trabajo en equipo, que usted tiene mucha prevención

C.L.: Yo no tengo ninguna mala relación con la Policía, tengo mala relación es con la corrupción y el abuso policial. Con eso sí tengo una pésima relación. Corrupto que coja, corrupto que vamos a perseguir. Servidor público de la Alcaldía o de la Policía que abuse de un ciudadano, que le pegue, lo torture, lo mate, encontrará en esta alcaldesa a su más dura instigadora. Lo voy a perseguir hasta que lo haga judicializar. Yo tengo una extraordinaria relación con la Policía, pero no voy a ceder un ápice frente a la corrupción y el abuso policial.

SEMANA: ¿Se siente satisfecha con el desempeño del secretario de Seguridad, Hugo Acero?

C.L.: Hugo es un gran funcionario, es un gran amigo y es un extraordinario servidor público. Le ha tocado un tema muy difícil. Entonces yo le digo a Hugo y a mi general Gómez, que son lo máximo: ustedes son maravillosos, expertos en seguridad, etc., pero tenemos que hacer un curso rápido de empatía comunicacional... Acaban de matar a un ciudadano en TransMilenio, y salir a decir qué pena, pobrecito, pero miren que las cifras van divinamente, ¿a quién le importan las cifras, cuando acaba de pasar semejante tragedia? Entonces yo creo que tenemos que tener mucha más asertividad en entender qué le duele a los ciudadanos en seguridad y responder a eso que le duele, a eso que le preocupa, en vez de decir que las cifras van bien cuando tenemos semejante tragedia o que es simplemente un problema de percepción. No, la gente no se está imaginando que mataron a Oswaldo en TransMilenio. No es percepción, lo mataron por robarle un celular (...) Este tema es muy difícil de manejar, tiene una sensibilidad muy especial y es algo en lo que tenemos que mejorar también.

SEMANA: A propósito del 9 y 10 de septiembre, ¿le ocultaron información de inteligencia?, ¿perdió el control de la Policía esa noche?, ¿qué fue lo que pasó?

C.L.: Si alguien perdió el control, fue el presidente y el ministro de Defensa, que son los que le dan órdenes a la Policía. Yo lo que vi fue al presidente en el PMU, trabajando conmigo y al ministro de Defensa. Me han preguntado hasta la saciedad si alguien dio una orden de disparar de manera tan indiscriminada como dispararon algunos policías en unos barrios y yo no vi a nadie dar esa orden. No lo vi en el PMU nacional ni en el PMU distrital. La Policía es una organización jerárquica que depende del presidente, el ministro y su comandante, y es evidente que miembros de la Policía desconocieron a su línea de mando. Yo no estoy en la línea de mando de la Policía, ningún alcalde (...) Entonces sí hubo sin duda una ruptura en la cadena de mando, que es Presidente, ministro, director nacional de la Policía y director de la Metropolitana, porque obviamente si aquí arriba no dieron esa orden, ¿por qué eso pasó?

SEMANA: Hablemos de política. Petro se convirtió en su principal opositor. A lo largo del año, por ejemplo, le ha dicho tirana y que hace política con la muerte. ¿Usted qué le responde a él?

C.L.: Nada, no vale la pena. Gustavo es un líder que en campaña me dijo: ‘En Bogotá no se puede ganar sin mí y mi exigencia es que usted revoque el metro elevado’. Yo le dije: hay un contrato, y me dijo: ‘Revoque el contrato’. Yo le dije: Gustavo, prefiero perder la Alcaldía que ganar así. Es que eso es una irresponsabilidad. Yo hubiera preferido que el metro fuera subterráneo, sin duda, pero después de 60 años al fin se consiguió la plata, se contrató, se va a hacer, va a arrancar. ¿Y botarlo? No. Prefiero perder la Alcaldía. (...) Esta gente que se cree indispensable, que en su infinita megalomanía cree que ellos son el principio y el fin del mundo, realmente no ha podido superar que no solamente no era indispensable, sino que los derrotamos. Su candidato quedó de tercero. Aquí estamos gobernando y gobernando bien.

SEMANA: ¿Se arrepiente de haber apoyado a Petro en la segunda vuelta de las elecciones del 2018?

C.L.: No. Creo que para Colombia era importante cerrar la página del uribismo. El uribismo lleva 20 años gobernando. Creo que para la Colombia rural y profunda, llena de masacres, a la que lo único que le ofrecen es plomo y glifosato, era importante decirle que se iba a hacer la paz con ella. Ya no estaban las Farc en la foto. Lo que quedaba del acuerdo de paz era cumplirle a la gente, al campesinado, hacer ciudadanía, Estado, mercado, en esa Colombia profunda, que en cambio de paz tiene ahora masacres y además de eso le ofrecen glifosato. Esa es la oferta. Como será de mala la fórmula que ya hasta el mismo gobierno norteamericano dijo que el plan antidrogas del Plan Colombia había sido un fracaso. Yo voto por convicciones, creo realmente que era importante reconciliarse con la Colombia campesina, cumplirle, hacerle carreteras, comprarle sus productos de manera digna, justa, ayudarlos a incluir en la Colombia siquiera del siglo XX, porque viven como en el siglo XIX, yo creo que esa página había que doblarla y darles esa oportunidad, y por eso voté por Gustavo y no me arrepiento para nada.

SEMANA: ¿Por qué cree entonces que Petro la ataca tanto?

C.L.: No sé, tendría que preguntárselo a él. A mí me causa curiosidad, para serte franca, y más allá de Gustavo, que todas las encuestas y las más recientes elecciones confirman que la mayoría de los colombianos estamos en el centro político. Ni somos uribistas, ni somos petristas, ni creemos que el mundo se reduce a ellos dos, ni los creemos indispensables. Somos mayoría, les ganamos, los derrotamos, estamos gobernando, y a ellos lo único que se les ocurre es decir que no existimos. O nos agreden o nos desconocen.

Claudia López, Petro
Claudia López, Petro | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿En qué concepto tiene hoy a Petro?

C.L.: Es un líder increíble, realmente, es un hombre de un gran tesón, es una persona con convicciones, es un hombre inteligente, y es un hombre muy hábil y totalmente ambicioso. Entonces su inteligencia le permite tener ideas audaces. Yo creo que realmente Gustavo tiene una comprensión del desafío del cambio climático, por ejemplo. Creo que, genuinamente y de corazón, cree que la desigualdad en Colombia es un problema profundo. Y que la corrupción y la inequidad no permiten que las mayorías colombianas se incluyan. Pero ha decidido hacer del odio, la inquina, la mentira y la exageración su instrumento político (...) Colombia no solamente tiene que superar el coronavirus, Colombia tiene otra pandemia, tiene una pandemia política que se llama populismo. Tiene un populismo muy fuerte y muy autoritario de derecha en el uribismo, y tiene otro populismo muy fuerte y muy autoritario con Petro. Ambos acuden al mismo método: el odio, la división, casi que su mensaje es: destruyan al otro. Y en la mitad estamos las mayorías de Colombia que queremos un cambio, claro, derrotar la corrupción, claro que sí, pero en democracia, sin tener que destruir y demonizar al otro. Por eso estamos las mayorías diciendo: estos dos serían capaces de volver polvo a Colombia con tal de ganar, de acabarse los unos con los otros con tal de ganar, no mi hermano... este pueblito tiene muchas dificultades, se para todos los días a trabajar, necesita que las cosas vayan mejorando, así sean gradualmente. Yo creo que por eso el centro tiene una gran fuerza y creo que una consulta del centro va a ser muy poderosa, le va a ir muy bien, y espero que sea la mejor alternativa para los ciudadanos.

SEMANA: ¿Usted cree que Petro será presidente en el 2022?

C.L.: Eso lo van a decidir los ciudadanos en las urnas. Yo lo que espero es que quienes no estamos en el uribismo ni en el petrismo, ni en destruir a Colombia para triunfar, tenemos que lograr proponerle a la ciudadanía algo sólido, apasionante, serio, viable, y hacer una consulta muy amplia que escoja a quien represente eso.

SEMANA: Su esposa Angélica Lozano dijo en una entrevista que Petro era una “mala persona”. ¿Piensa lo mismo?

C.L.: Esa es la opinión de Angélica Lozano. Yo aquí dije la mía.

SEMANA: Evaluemos su relación con el presidente Duque. Lo que uno percibe es que una hay pésima relación suya con el Gobierno Nacional.

C.L.: La gente no está acostumbrada a una mujer con carácter que dice la verdad. Este país está acostumbrado a un poco de politiqueros tradicionales que vive de la adulación y la hipocresía, y esa no soy yo. Yo soy lo que ves: a la gente le puede gustar o no. Pero soy una sola y voy a decir con franqueza lo que pienso y con argumentos. Puede ser al ciudadano más humilde de la calle o al señor presidente de la República. Y tengo que defender los intereses de mi ciudad. A veces coincidimos con el Gobierno, y a veces no. Pero esa teoría de que tenemos una pésima relación con el Gobierno Nacional es una novela de los medios de comunicación.

SEMANA: ¿Le molesta algo de Duque?

C.L.: Más que me moleste o no, hay un tema crítico para Bogotá que es el de la seguridad y necesitamos más presidente al frente del Ministerio de Defensa (...) Yo con el presidente Duque tengo una relación respetuosa, cuando he estado de acuerdo se lo he dicho en público y en privado, y cuando no, también. Él lo entiende y lo acepta y yo al contrario le agradezco al presidente que es un hombre de unas formas extraordinarias, y se lo agradezco porque él siempre ha respetado mis posiciones y mi lugar y no hemos dejado de trabajar nunca en los temas de Bogotá (...) Necesitamos que él, que es el que comanda la Policía, sea más claro en la línea, que no nos quite y nos ponga policías cada 15 días, dependiendo de para qué son, y le deje a la ciudad un dispositivo de policía mucho más sólido.

SEMANA: Alcaldesa, ¿no siente que de pronto se le fue la mano con las cuarentenas al ver esta grave crisis económica?

C.L: No, todo lo contrario. Si Bogotá no hubiera liderado el simulacro, nuestra ciudad, como Nueva York, podría haber tenido muertos en las calles y enterrado gente en los parques (...) Hicimos lo correcto y el presidente hizo lo correcto. Quiero recordar que el que decretó todas las cuarentenas fue el presidente, no fue Bogotá, ni Medellín, ni Barranquilla ni Cúcuta. Cada día de cuarentena requiere de la autorización del presidente (...). Hemos hecho lo correcto, los alcaldes, los gobernadores, el presidente, hemos hecho lo correcto.

SEMANA: ¿Cuántas empresas se han quebrado en Bogotá?

C.L.: Muchas, pero eso es culpa de la pandemia. También se quebraron en Nueva York, en Estados Unidos, en Japón, en Alemania.

SEMANA: ¿Cuántas personas, por cuenta de la crisis, terminaron este año en la miseria?

C.L.: La pobreza extrema va a subir. ¿Cuánto exactamente? Eso nos lo va a decir el Dane. Pero esta es la cifra más dramática: este año tuvimos 1,2 millones de personas más desempleadas. Un drama. Ahora, de junio a hoy, ya recuperamos 800.000 de esos empleos. La gente es muy verraca, la gente de esta ciudad y de este país es la más verraca del mundo.

SEMANA: ¿Piensa hacer cambios en su gabinete?

C.L.: No sé. Hay que evaluar todo el tiempo (...) Hay que mirar. Lo que sí puedo decir con toda claridad es que tengo una profunda gratitud con todo mi equipo (...) Pero no digo que nunca voy a hacer un cambio porque gané en una ciudad, me posesioné en otro país y me ha tocado gobernar en otro planeta. Siempre vamos a tener que adaptarnos a muchos cambios y reforzar el equipo podría ser útil en su momento.

SEMANA: A veces uno la ve ofuscada, molesta, como si le costara trabajar en equipo...

C.L.: Todo lo contrario. En equipo he hecho la expansión hospitalaria más grande que haya tenido que hacer Bogotá, en equipo he sacado el metro a Suba y Engativá, en equipo con 50.000 ciudadanos hemos hecho el corredor verde de la Séptima. Aquí si no trabajas en equipo estás muerto. La mitad de las cosas que tiene que hacer Bogotá las tiene que hacer o con el sector privado, o con las comunidades, o con el Gobierno Nacional (...) Este potro es muy difícil. Soy una persona megaexigente, la gente de mi equipo sí dice que de dónde saco yo tanta energía, que duerma, yo les digo que duermo, pero duermo poquito, porque tengo mucho oficio que hacer. Nos ha tocado una cosa muy desafiante. Sí soy exigente, yo siempre he dicho que la paciencia no es mi mayor virtud, entonces aprieto, aprieto y aprieto.

Claudia López
Alcaldesa Claudia Lopez en entrevista en la Alcaldía Mayor de Bogotá Foto: Jeimi Villamizar / Publicaciones Semana | Foto: JEIMI VILLAMIZAR

SEMANA: En el tema de los venezolanos y la criminalidad la tildaron de xenófoba. ¿Usted siente que se equivocó?

C.L.: No, y nunca he tenido miedo de decir que me equivoqué y ofrezco excusas. En ese caso no lo hice porque siento que lo que hubo fue un oportunismo burdo para decir que yo había dicho lo que yo no dije. En Venezuela hay una dictadura, la gente está huyendo del hambre. Aquí, cuando este país estaba en guerra, en Venezuela recibieron a cuatro millones de colombianos, que eso no se nos olvide nunca. Bogotá es la ciudad más solidaria de Colombia, aquí recibimos a los venezolanos con amor, afecto, respeto, los niños nacen en nuestros hospitales, los tratamos de llevar a los servicios sociales, los incorporamos sin chistar, sin pedir cédula, a la escuela, todo perfecto. El que venga a trabajar, porque está huyendo de una dictadura, bienvenido. Para el que venga atracar y a puñalear a un ciudadano colombiano, como lo hicieron con Oswaldo en TransMilenio, a ese le vamos a caer con toda. A mí no me importa si es colombiano o venezolano. Pero si es venezolano, además de poderlo judicializar, lo debo poder deportar. Porque no puede ser que la respuesta a la generosidad de Bogotá sea que apuñalen a sus ciudadanos por robarle un celular. Eso es inadmisible. Dejarlo pasar, dejarlo crecer, dejarlo en la impunidad, eso crea xenofobia, porque crea mucha rabia. Yo dije algo que es cierto. Ha habido, por cuenta de que son indocumentados, un esfuerzo de bandas criminales colombianas y venezolanas por reclutar a jóvenes venezolanos. Los venezolanos son el 4 por ciento de la población de Bogotá y el 48 por ciento de los que capturamos por hurto en TransMilenio son venezolanos. ¿Por qué? ¿Por qué los venezolanos son más proclives a robar? No. Porque para las bandas criminales es más rentable reclutar a jóvenes venezolanos. Eso tenemos que reconocerlo (...) Esta cosa que no se puede hablar de los problemas. ¿Entonces cómo se solucionan? Ahí hay un problema de verdad y serio (...) En ese caso yo no he ofrecido ninguna excusa, me entutelaron de manera oportunista, perdieron todas las tutelas, porque los jueces reconocieron con razón que yo no había hecho ninguna generalización ni mi objetivo era estigmatizar a nadie.

SEMANA: ¿Y se equivocó por cargar el bulto de papa? Le dijeron oportunista

C.L.: Hago una campaña para decir: comprémosle papa a nuestros campesinos. Fui y compré el bulto de papa y me lo llevé. Y entonces malo porque lo cargué. Si le hubiera dado el bulto al escolta, claro me hubieran dicho esclavista, que me creo de mejor familia y que pongo a los escoltas a que me carguen el mercado. Palo porque bogas, y palo porque no bogas.

SEMANA: ¿Usted sueña con ser presidenta de este país?

C.L.: Pues sí, por supuesto, yo sueño con servir (...) Y aquí voy, voy a estar hasta el 2023, no tengo una gran ambición de un cargo, yo no estoy aquí para hacer un cargo. Quería ser senadora para convencer a Colombia de que había que acabar la guerra, que era idiota matarnos 60 años más (...) Quería desarmar a los armados, derrotar a los corruptos y traer gente buena y competente a la política y el servicio público (...) Ahora cuando uno tiene un cargo de elección popular, logra influir más.

SEMANA: ¿Ya pudo volver a ver a su mamá y abrazarla?

C.L.: Sí, y eso me hace la vida mucho más feliz. Fue un gran sacrificio muy grande. Y nos pasó a todos (...) La vi hasta hace muy poquito, como un mes.

SEMANA: ¿Alcaldesa, en qué va lo del bebé con su esposa Angélica Lozano?

C.L.: Va bien. Ahí vamos perseverando en el propósito. Puede haber bebé estando yo en la Alcaldía, ojalá.

SEMANA: ¿Una niña, un niño, qué quisiera?

C.L.: Una Angélica chiquita, ese es mi sueño en la vida.

SEMANA: ¿Usted apoyaría una candidatura presidencial de Angélica Lozano?

C.L.: (Risas) Por supuesto, yo apoyaría a Angélica en lo que ella quiera en la vida. Ahora ella siempre me dice: ‘Yo no tengo ese chip loco, a mí lo que me gusta es el Senado, yo quiero volver al Senado’. Pero pues es el amor de mi vida y la apoyaría en lo que ella quiera.

Angélica Lozano
DEFENSORES DE LA JEP, RUEDA DE PRENSA SENADO, ANGELICA LOZANO, SENADO DE LA REPUBLICA, BOGOTA, ABRIL 23 DE 2019, FOTO: MAURICIO FLOREZ - REVISTA SEMANA | Foto: MAURICIO FLOREZ

SEMANA: ¿Qué es lo que más la ha decepcionado de estar en la Alcaldía?

C.L.: Más que decepcionarme, es un poco frustrante la dificultad de mover cada cosa. La gente necesita las cosas ya y todo se demora el paso uno, el chulo dos, la firma tres. En aras de combatir la corrupción, hemos creado toda suerte de normas, chulos, permisos y yo a veces digo: de pronto nos estamos quedando en el peor de los mundos. Todos los bandidos son expertos en hacer los chulos y las firmas e igual se roban la plata. De pronto tanto trámite y tanta vaina no ha logrado frenar la corrupción, y en cambio sí frena la eficiencia.

SEMANA: Usted es una mujer católica y creyente. ¿A qué santo se encomienda a diario?

C.L.: A la Virgen del Carmen, la virgen de mi madre. Le pido sabiduría y paciencia, que es lo que más me falta.

SEMANA: Le planteamos unos nombres y nos dice la primera palabra que se le viene a la mente. Empecemos con Enrique Peñalosa.

C.L.: Terco.

SEMANA: Petro

C.L.: Difícil.

C.L.: Hábil.

SEMANA: Iván Duque

C.L.: Joven, es el presidente más joven en la historia de Colombia. Tiene que honrar más esa connotación.

C.L.: Pasado, creo que ya cumplió su papel. Debería doblar la página.

C.L.: Amigo, lo quiero mucho.

SEMANA: ¿Cree que Fajardo será presidente en 2022?

C.L.: Creo que va a ser un competidor duro por la Presidencia y esa consulta de centro va a estar buenísima.