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“Hacemos un llamado al gobierno nacional para que busque un acuerdo con las fuerzas políticas y con las diferentes organizaciones de la sociedad que defienden la paz para acelerar, reforzar, la implementación", aseguró Santos. | Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

Santos y un acuerdo sin eco en el gobierno ni el uribismo

La unidad política en torno a la implementación del acuerdo de paz que propuso el expresidente que firmó la paz con las Farc no ha tenido suficiente resonancia. ¿Es viable?

2 de septiembre de 2019

El expresidente Juan Manuel Santos optó por mantenerse al margen de la coyuntura nacional, siguiendo los pasos del expresidente Belisario Betancur. Decidió tener un bajo perfil. Sin embargo, el pasado jueves reapareció y como en los viejos tiempos en que era jefe de Estado leyó una declaración con tono de alocución. Esto, después de que Iván Márquez, Jesús Santrich, El Paisa y Romaña reaparecieran en un video rearmados.

Como el artífice del acuerdo de paz con las Farc, Santos tomó la vocería acompañado de los negociadores del Gobierno: Humberto de la Calle, el general (r) Óscar Naranjo, Rafael Pardo, Roy Barreras y Juan Fernando Cristo. El mensaje principal es que hay que “proteger la paz”. Además, coincidió con el presidente Iván Duque en quitarle a los cabecillas rearmados el estatus político y los llamó “banda criminal”, también le pidió a la Jurisdicción Especial del Paz que los expulse, y a la Fiscalía que trabaje para que les caiga el “peso de la ley”.


Pero lo que más llamó la atención fue la propuesta que le hizo al Gobierno Duque para que busque un acuerdo político en defensa de la implementación del acuerdo de paz. “Hacemos un llamado al gobierno nacional para que busque un acuerdo con las fuerzas políticas y con las diferentes organizaciones de la sociedad que defienden la paz para acelerar, reforzar, la implementación del acuerdo final. Si todos unimos esfuerzos alrededor de la implementación no dejaremos espacios en los territorios a estos desertores”, aseguró.



La propuesta de Santos tiene otra arista, sugiere que el Gobierno Duque invite a los expresidentes Felipe González y Pepe Mujica, “para hacer conjuntamente una evaluación de la implementación, valorar lo alcanzado e impulsar lo que haya que impulsar”.

“No es necesario”: Gobierno Duque

La idea no fue bien recibida dentro del Gobierno Duque. La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, aseguró que tal acuerdo político “no es necesario” porque el Gobierno ha venido implementando "lo que es la paz con legalidad”. Con esto la ministra reafirmó la visión oficial que tienen sobre lo firmado, y es cumplirles a quienes “asumieron con seriedad el proceso de verdad, reparación y garantías de no repetición”, y aplicarles el peso de la ley a quienes hayan incumplido.

Por su parte, el presidente Iván Duque, lanzó una indirecta al asegurar que su gobierno no hace “política con la paz”, sino de paz, y recalcó que no existe una diferencia entre amigos y enemigos de la paz. “Desde el primer día nos hemos propuesto pasar del escritorio al territorio, porque es allí donde se hace verdadera paz”, aseguró el mandatario.

Al uribismo no le suena la propuesta de Santos

La propuesta de Santos cae mal de entrada en el uribismo justamente por ser su idea. Además, porque las banderas políticas del uribismo son otras. Cuatro parlamentarios del Centro Democrático coincidieron en que hay un pacto nacional que se debe hacer es contra el narcotráfico y a favor de la institucionalidad.

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“Lo que ha generado el combustible para la insurgencia, lo que ha destruido nuestras familias, el gran financiador de la corrupción y el causante de la violencia, es el narcotráfico. Este debería ser el gran propósito nacional que nos une en la diferencia”, aseguró a SEMANA el senador uribista Gabriel Velasco.

Para los uribistas hacer un pacto por la ley y la institucionalidad se traduce en reclamar parte de la victoria del No en el plebiscito, la cual consideran que no les ha sido reconocida. “El país necesita un gran pacto en apoyo a la institucionalidad, como lo hemos buscado desde el triunfo del No, un gran pacto por la paz, donde el componente de la justicia real sea un pilar fundamental. Pero que incluye el respeto a nuestras instituciones”, explicó a esta revista el representante Juan David Vélez.

El senador Jhonatan Tamayo -conocido como Manguito- no solo insistió en la lucha contra el “narcoterrorismo”, sino en que el gobierno nacional está cumpliendo con la implementación y no es necesario un pacto para impulsarla, su idea va en el mismo sentido que el de la ministra del Interior.

A esto se suma la postura que ha asumido el expresidente Álvaro Uribe, quien aprovechó para insistir en un cambio estructural de los acuerdos de paz y en derogar la JEP.

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“El acuerdo debe liderarlo el presidente”

Desde las bancadas que se la han jugado en defensa de la implementación del acuerdo también hay escepticismo, no porque consideren que el acuerdo político no debe ser como dice Santos, sino porque no lo ven viable si no lo acepta el Gobierno Duque. Para el senador Iván Marulanda (Verde), el acuerdo político “debe liderarlo el presidente, incluyendo en la convocatoria al partido de la Farc”. Marulanda considera que a Duque le conviene hacerlo, porque de lo contrario “el terrorismo puede arrodillar al gobierno”.

“El acuerdo político le pone amortiguador a los golpes de las guerrillas. Sin acuerdo, los golpes los recibe directamente el Gobierno. Con acuerdo, los golpes los recibe el sistema político”, explicó el senador del partido Alianza Verde.

El senador Iván Cepeda (Polo) también le caminaría a un acuerdo político que garantizara la implementación integral del acuerdo de paz. Pero considera que si el Gobierno se niega a dialogar debe quedar claro que fue por “falta de voluntad que no se concreta un acuerdo entre las fuerzas políticas para impulsar la implementación, que no se está haciendo de la mejor forma”.

Además, dentro de los partidos como La U, que hizo parte de la unidad nacional de Santos pero que ahora es partido de gobierno, parlamentarios como Armando Benedetti consideran que a Santos le hace falta un respaldo político suficiente como para que un acuerdo de tal tamaño sea viable. “Uno no puede estar proponiendo acuerdos entre los partidos desde los micrófonos sin reunirse con las directivas de los partidos. Santismo nunca hubo. Ascendencia en La U la perdió toda por que él mismo lo quiso. Luego no es líder, no tiene partidos y no se entiende con ningún partido. Veo ese pronunciamiento para salir bien librado después de la estupidez de Marquéz y Santrich”, aseguró el senador.

El mismo expresidente Santos sabe que cualquier pacto político con el uribismo a favor de lo firmado en La Habana es complejo. En una entrevista que concedió a BBC Mundo, antes de que saliera a la luz el video de Márquez y Santrich, Santos habló de lo difícil que es tender puentes con el uribismo. “Sí, pero cada vez que se tratan de tender puentes con ellos mueven los límites. Porque hay gente a la que no le gusta la reconciliación. Necesitan adversarios, si no hay enemigos se los inventan”, aseguró. Con una disidencia fortalecida, no solo Santos, sino los demás negociadores de paz están intentando reenfocar la discusión para fortalecer la implementación y no enquistarse en peleas políticas.

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