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Katherine Miranda y Gustavo Bolívar son los autores del proyecto. En 2015, Juan Manuel Galán logró la aprobación del cannabis medicinal. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA - Foto: carlos julio martínez - Foto: LeÓN DARÍO pelÁez-semana

POLÍTICA

¿Llegó la hora de legalizar la marihuana en Colombia?

Un amplio grupo de congresistas apoya un proyecto que busca regular el consumo de marihuana en adultos. Aunque es difícil que tengan éxito, va a suscitar nuevas reflexiones sobre la lucha contra las drogas.

25 de julio de 2020

La posibilidad de regular el consumo recreativo de la marihuana entre los adultos vuelve al centro del debate. Más de 50 congresistas de varios partidos, a excepción del Centro Democrático y el Partido Conservador, apoyan un proyecto de ley que debatirán en los próximos meses. Lo discutirán en medio de la reciente decisión del Consejo de Estado que tumbó un decreto del Gobierno que facultaba a la Policía para decomisar la dosis mínima en el espacio público.

La representante a la Cámara Katherine Miranda, de la Alianza Verde, creó la iniciativa junto con el senador Gustavo Bolívar, del partido Decentes. Argumentan principalmente que no hay que ver al consumidor como un delincuente, sino desde la óptica de la salud pública.

El proyecto llega con un amplio respaldo político, comparable al que ha tenido el proyecto de renta básica para 9 millones de hogares vulnerables. En esencia, plantea la regularización del cannabis y sus derivados para uso adulto en espacios permitidos.

Sus impulsores dicen que pretenden arrebatarle el negocio al narcotráfico y darle un viraje a la guerra contra las drogas, pues sostienen que está perdida desde hace muchos años. Aunque ese es el objetivo, alcanzarlo no será tan sencillo, porque por ejemplo en Uruguay, que cumple seis años con la marihuana legalizada, los opositores a la medida aseguran que la violencia asociada al narcotráfico se ha disparado y el país se ha convertido en un puerto para el envío de droga a Europa.

El senador Bolívar ya había luchado por esto sin éxito en legislaturas pasadas. Calcula que en la guerra contra las drogas, Colombia ha invertido 140.000 millones de dólares y ha perdido 31.000 vidas. “El proyecto ganaría tres cosas: bajaría la delincuencia, mejoraría la salud del consumidor y reduciría la posibilidad de que los menores puedan acceder a ella”, asegura.

Aprobar una iniciativa de este tipo en el país tiene implicaciones, ya que la droga está relacionada con violencia, narcotráfico, adicción e inseguridad. Para un amplio sector de la sociedad es sinónimo de muerte y dolor.

El proyecto contempla sitios denominados coffee shops, en los que los interesados podrán comprar o consumir productos relacionados con el cannabis. Los establecimientos deberán tener licencias de funcionamiento y solo podrán vender a mayores de edad.

Miranda expone que quieren que esta sustancia se equipare a otras reguladas como el alcohol, con el fin de controlar su consumo y hacer campañas de prevención.

Quizá la mayor dificultad que enfrenta la iniciativa proviene de las directrices de Estados Unidos, que le ha pedido a Duque redoblar esfuerzos para combatir el narcotráfico, incluyendo la fumigación de cultivos ilícitos.

Según las metas a 2022 del Ministerio de Justicia, el país debe reducir el consumo de drogas, disminuir su acceso, desarticular bandas criminales, afectar las economías derivadas del delito y fijar una política transversal para hacer que esta estrategia sea de carácter internacional.

Hasta ahora, Colombia solo ha aprobado un proyecto del entonces senador Juan Manuel Galán, quien en 2015 tramitó una iniciativa para legalizar el uso de la marihuana con fines medicinales. En esa oportunidad, con base en argumentos científicos, Galán logró convencer incluso a los políticos más conservadores que se oponían a esa decisión.

Cinco años después, Galán dice que el proyecto “aún está en deuda con algunos puntos esenciales, especialmente con los pacientes, a los cuales se les debe brindar un acceso oportuno y ágil, precios justos, productos seguros y de calidad certificada”.

Sobre el nuevo proyecto, expresa que está de acuerdo con regular el consumo en adultos, y que “habría que diseñar un sistema que le garantice a los consumidores que es segura, de calidad certificada y con una regulación similar a la del alcohol”.

En Colombia, de acuerdo con Bolívar, el 25 por ciento de los presos tiene condenas por delitos relacionados con estupefacientes, uno de los principales combustibles de la violencia que ha sufrido el país.

Aprobar un proyecto de este tipo resultará muy difícil, dado el contexto nacional y la presencia de grupos armados ilegales. Pero la iniciativa seguramente abrirá un debate sobre la estrategia contra las drogas y la posibilidad de darle un viraje ante la falta histórica de resultados. Precisamente, el expresidente Juan Manuel Santos ha venido promoviendo una reflexión al respecto, teniendo en cuenta que hoy es miembro de la Comisión Global de Políticas de Drogas.