Home

Nación

Artículo

La semana pasada un grupo de 30 efectivos del ELN se desmovillizó en el Cauca y fue recibido en Cali por el presidente y el ministro de Defensa. | Foto: Juan Pablo Bello / SIG

CONFLICTO ARMADO

Los 30 desmovilizados del ELN

A pesar de las suspicacias, SEMANA investigó y todo muestra que se trata de un golpe sin precedentes contra esa guerrilla.

20 de julio de 2013

“Esta es la más grande desmovilización en la historia del ELN”, dijo el presidente Santos en Cali, el pasado 16 de julio, al estrechar la mano uno a uno a 30 guerrilleros que acababan de entregarse al Ejército. Como todos vestían uniformes, botas y hasta pañoletas privativas de las Fuerzas Armadas completamente nuevas y como se trataba de un número sin precedentes de guerrilleros que se desmovilizaban de un solo golpe, la operación despertó algunas dudas. Sin embargo, SEMANA encontró amplia evidencia que confirma la versión oficial.

Esta revista habló con los guerrilleros y con uno de los dos oficiales del Ejército que se infiltraron para organizar la desmovilización y revisó documentos, fotos y videos, así como el proceso de identificación de los desmovilizados por la Fiscalía. Todo apunta a que, con esta desmovilización, la columna Lucho Quintero Giraldo del ELN, a la que pertenecían los guerrilleros, queda desmantelada.

Según el oficial infiltrado, la operación en terreno arrancó el 13 de abril cuando él aceptó entrevistarse con el segundo comandante del frente de guerra suroccidental del ELN y jefe de la columna, Irley Esnedis Collazos, alias el Tigre, que decía que quería desmovilizarse junto con sus hombres. “Esa cita era una condición para fortalecer la confianza con él”, dice el oficial. El sitio elegido fue una vereda de El Tambo, Cauca, el área donde operaba el grupo. Se volvieron a ver, tres meses después, un día antes de la entrega. “Fueron horas eternas. Había mucha ansiedad y cualquier cosa podía pasar”, contó.

El oficial relata que cuando llegaron al punto donde iban a aterrizar dos helicópteros MI para sacarlos, “el Tigre dijo a sus hombres que se pusieran los uniformes ‘chispeados’ y se asearan”. En los videos se ve a los guerrilleros cambiando su ropa verde oliva por uniformes pixelados nuevos que usa el Ejército, lo que corroboraría lo dicho desde el principio por su jefe, quien explicó que lo hicieron por “dignidad” y que los uniformes eran adquiridos en el mercado negro.


Esta revista tuvo acceso a los registros digitales que trajo consigo el Tigre sobre la identidad de sus hombres: hojas de vida con viejas fotografías de cada uno de los desmovilizados, en las que lucen el uniforme tradicional del ELN y, en algunos casos, el camuflado del Ejército. 


En la verificación que adelanta la Fiscalía 45 Antiterrorismo, se ha confirmado que varios tienen antecedentes o procesos abiertos por rebelión y tanto inteligencia militar como la Fiscalía tienen un largo prontuario de alias el Tigre. SEMANA revisó también la actividad de esa columna del ELN y existen docenas de reportes públicos y de inteligencia que registran su accionar en la zona del Cauca donde se desmovilizaron los guerrilleros.


SEMANA le preguntó al Tigre sobre su actividad, su militancia en el ELN y sobre la zona y otros grupos guerrilleros allí. “Usted no me cree ¿verdad?”, cuestionó este al reportero y a renglón seguido cantó completo el himno del ELN. Su lenguaje, su conocimiento interno de ese grupo subversivo y todos los detalles que dio sobre su actividad y la de los grupos en la zona lucen verídicos y ajustados y no despiertan dudas sobre su carácter de guerrillero. Otro desmovilizado entrevistado arroja un perfil similar.

En resumen, si bien esa entrega tan numerosa y con uniformes relucientes del Ejército despertó suspicacias, todo indica que se trata, en efecto, de la desmovilización más importante del ELN en toda su historia. Por algo esa guerrilla no ha dicho ni una palabra.