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Deja tres niños huérfanos
Álvaro Bailarín Sapia pertenecía al pueblo embera eyábida y fue atacado con arma de fuego. | Foto: Cortesía Organización Indígena de Antioquia

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Tristeza en Urrao, Antioquia, por el asesinato de un gobernador indígena que deja a tres niños huérfanos

Piden que no dejen solos a los pueblos indígenas del departamento; sabiendo que la violencia trae hambre desolación y muerte.

18 de octubre de 2022

En el municipio de Urrao, sus habitantes les están solicitando a las autoridades acciones contundentes en el avance de las investigaciones por el asesinato del gobernador del Resguardo Valle de Pérdidas, Álvaro Bailarín Sapia, quien pertenecía al pueblo embera eyábida y fue atacado con arma de fuego este viernes 14 de octubre en la noche, en hechos ocurridos en el barrio 20 de julio. De acuerdo con la Organización Indígena de Antioquia, (OIA); un sujeto se acercó a la víctima y le disparó en la cabeza y el pecho, por lo que falleció al día siguiente en un centro asistencial al que fue llevado por sus familiares.

En el comunicado publicado por parte de la OIA se indica además; “hoy reiteramos una vez más nuestro apoyo decidido al clamor de las comunidades indígenas del departamento, para que todos los actores armados legales e ilegales respeten la vida de los hombres y mujeres de los pueblos embera eyábida, dóbida, chamí, gunadule y senú, que están en peligro de exterminio físico y cultural por cuenta del conflicto armado colombiano”.

También se reitera el llamado a la Organización de las Naciones Unidas, la Defensoría del Pueblo, el Alto Comisionado para la Paz, a la Gobernación de Antioquia y al Gobierno nacional para que no dejen solos a los pueblos indígenas del departamento; sabiendo que la violencia trae hambre desolación y muerte.

Son varios los integrantes de comunidades indígenas que han sido asesinados este año, como Uriel de Jesús González de 47 años, quien era conocido como Lulo y dejó tres hijos. Él se encontraba en la tienda del resguardo Karmata Rúa, en el municipio de Jardín, cuando llegaron dos hombres en una motocicleta y le dispararon en repetidas ocasiones el pasado mes de septiembre. Esta persona, que se dedicaba desde hace mucho tiempo a la venta de chance, no presentaba ninguna amenaza en su contra, al igual que el gobernador indígena de Urrao.

También este año, pero en el mes de mayo, causó gran consternación la muerte de Fernando Domicó, líder y docente indígena de la comunidad Monzoromandó, en el municipio de Dabeiba, Antioquia, que dejó cinco hijos pequeños. Su asesinato se produjo cuando se encontraba en la zona rural, tras haber realizado algunas actividades deportivas con sus alumnos de la Institución Educativa Indigenista Llano Gordo.

Las cifras que maneja la Organización Indígena de Antioquia muestran que en el departamento habitan cerca de 40.000 personas que pertenecen a diferentes comunidades en 32 municipios; como la embera dóbida en la zona del Atrato, Chamí al suroeste, Eyábida, Guna Dule en Urabá y Senú en el Bajo Cauca. Estos grupos se ven constantemente afectados por situaciones como desplazamientos, asesinatos y violencia sexual.

Entre las muchas solicitudes que hacen a las autoridades están el respeto por sus derechos, sus tierras y libertades; así como una atención integral que sea adecuada a sus necesidades por parte de las instituciones del Estado para combatir el hambre, la falta de oportunidades, la desigualdad, las brechas educativas y el acceso a las tecnologías de la información.

Otros reclamos que hacen los pueblos indígenas en el departamento de Antioquia tienen que ver con la presencia de minas antipersona en sus territorios, la utilización de niños, niñas y jóvenes indígenas en la guerra a través del reclutamiento forzado, los trabajos forzosos y los hechos de violencia contra las mujeres de las comunidades. Es por ello que a través de diversos comunicados la OIA señala; “Pedimos a los actores del conflicto armado que respeten nuestra autonomía y nuestros derechos, así como nuestra decisión de seguir tejiendo la paz y la armonía en nuestro territorio y también en nuestro país”.

En el territorio nacional son aterradoras las estadísticas que muestran la violencia ejercida sobre estas comunidades; pues de acuerdo con el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, (Indepaz), durante el 2021 fueron asesinados en Colombia 195 líderes sociales, de los cuales el 25 por ciento pertenecían a comunidades indígenas.