Masacre en Cartago estaría relacionada con retaliaciones y una violenta guerra entre bandas delincuenciales

Luego de la masacre ocurrida en una casa del municipio de Cartago (Valle del Cauca) donde fueron asesinados cuatro hombres, las autoridades ofrecieron hasta 100 millones de pesos de recompensa por información que conduzca a la captura de los responsables.

Esta nueva masacre ocurrió cuando dos sujetos armados abrieron fuego indiscriminadamente contra el grupo de personas que se encontraba al interior de una casa, ubicada en la calle 3 con carrera 32 del barrio Robertulio Lora.

Trascendió que los hombres muertos responderían a los nombres de Jhon Fredy Arango, Jhonatan Mateo Cataño, Nelson Orlando Zapata y Brayan Leonardo López, quienes oscilarían entre los 41 y 21 años de edad.

El terrible suceso, ocurrido el pasado sábado 25 de febrero, fue confirmado por las autoridades. “Estos hechos se habrían presentado, momentos cuando se encontraban viendo un partido de fútbol, cuando son abordados al parecer por dos personas que disparan indiscriminadamente contra la humanidad de estos hombres”, informó el coronel Wilson Román Silva Rodríguez, subcomandante Departamento de Policía Valle.

En la declaración, el uniformado también señaló que este hecho podría tener relación con los operativos contra la banda Nueva Generación que se mueve entre Valle y Risaralda.

“Al parecer, se trataría de retaliaciones por operaciones realizadas en los últimos días en los cuales fueron capturadas trece personas que eran dinamizadores criminales en el norte del departamento. Finalmente, la Policía Nacional, articulada con la Fiscalía General de la Nación, desarrolla labores investigativas para capturar a los responsables de este hecho y dejarlos a disposición de la autoridad competente”, indicó Román Silva.

Las autoridades aseguraron que hasta un millón de pesos pagaba la banda criminal Nueva Generación por cada homicidio cometido por sus integrantes.

La investigación adelantada por las autoridades permitió establecer que el grupo criminal cometió al menos diez homicidios e incurrió en tres intentos del mismo delito, tras haber fallado en esos atentados.

Los homicidios fueron cometidos, con arma de fuego, entre septiembre de 2022 y febrero de 2023, en los municipios de Cartago, Valle del Cauca, y Puerto Caldas, Risaralda.

Los miembros de la banda recibían, quincenalmente, un pago de ochocientos mil pesos. Adicionalmente, por cada asesinato logrado, podían obtener un millón de pesos.

Las pruebas recolectadas por las autoridades permitieron la captura de trece presuntos integrantes de la Nueva Generación, entre ellos siete mujeres.

Agentes del CTI de la Fiscalía General de la Nación, la Policía y el Ejército materializaron las capturas en Cartago, Ansermanuevo y en Pereira.

En los procesos de captura les encontraron a los implicados seis motocicletas, once celulares, 600.000 pesos en efectivo, dos pistolas, un revólver, seis proveedores, cien cartuchos de distintos calibres, un kilo de marihuana, una granada de humo, un chaleco antibalas y un vehículo.

Todos estos elementos fueron incautados al ser considerados claves por las autoridades en el caso contra la banda criminal.

Además del sicariato, la Nueva Generación también se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes.

“Según su grado de responsabilidad en los hechos investigados, la Fiscalía imputó a los procesados por delitos como: concierto para delinquir simple y agravado, homicidio agravado, tráfico, fabricación o porte de armas de fuego o municiones, fabricación, tráfico o porte de estupefacientes agravado, tráfico fabricación o porte de armas de fuego o municiones de uso restringido y de uso privativo de las fuerzas armadas”, detalló este ente.

Cuatro de los trece implicados aceptaron su responsabilidad en los hechos. Los miembros de la Nueva Generación fueron enviados a la cárcel, para que surtan su proceso judicial tras las rejas.

Cabe recordar que otras dos masacres se perpetraron en Cartago, respectivamente, en los meses de abril y octubre de 2022. El común denominador ha sido el ajuste de cuentas por la comercialización de estupefacientes.