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Es decir, la economía no está generando trabajo a un ritmo que le permita absorber el crecimiento de la población económicamente activa.

EMPLEO

¡Qué camello!

El desempleo se ha convertido en el principal desafío del Gobierno en su primer año. Completa nueve meses en niveles de doble dígito y, aunque las cifras más recientes muestran que no se están destruyendo puestos de trabajo, mucha gente se cansó de buscar puesto.

4 de agosto de 2019

A pesar de las alentadoras cifras del mercado laboral en el mes de junio, el desempleo sigue al frente de los principales problemas de la economía en 2019. Tanto es así que se ha convertido en uno de los grandes lunares del primer año del gobierno de Duque.

En junio de 2019, la tasa de desempleo desestacionalizada alcanzó el 10 por ciento en el total nacional y el 10,7 por ciento en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, lo cual significa que los niveles de desempleo completaron nueve meses en cifras de dos dígitos. Y si bien durante el sexto mes la economía dejó de destruir empleos, como en los meses previos, el número de ocupados no crece. Es decir, la economía no está generando trabajo a un ritmo que le permita absorber el crecimiento de la población económicamente activa. Es más, el deterioro del mercado laboral no es mayor gracias a que mucha menos gente buscó empleo y pasó a la inactividad.

Por eso, la población inactiva creció en el último año alrededor de 431.000 personas a junio, mientras que el número de ocupados se redujo en 27.000 personas.

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Si todos los inactivos se hubieran quedado en el mercado laboral, las tasas de desempleo estarían en 14 por ciento. Lo explica Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado, para quien hay mucho “desempleo oculto”.

Por tanto, las cifras recientes siguen mostrando un mercado laboral débil y en una situación bastante preocupante. Lo reconoció el propio ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, luego de concluir la más reciente junta del Banco de la República. “Estamos trabajando muy duro en entender qué está pasando con el mercado laboral. Hay una confluencia de factores atípicos que nos impiden tener una respuesta tajante, pero nos estamos esforzando para entender lo que sucede y buscar soluciones”, afirmó Carrasquilla.

Muchos no se explican cómo, si la economía se está recuperando, hay una destrucción de empleos o cómo ahora los sectores que impulsan el repunte de la ocupación exhiben bajos crecimientos del producto. Algunos expertos como Farné consideran que hay fluctuaciones muy abruptas en las cifras, lo cual hace bastante difícil interpretar lo que pasa.

La discusión es fundamental para encontrarles soluciones a los más de 2,35 millones de desempleados, 4,2 por ciento más que hace un año. Si bien representan un “incremento estadísticamente no significativo”, como señala el Dane, se trata de 95.000 personas más sin trabajo. La mayor tasa de desempleo se presentó en ciudades como Quibdó, Valledupar, Armenia, Florencia y Cúcuta.

 Alberto Carrasquilla, Ministro de Hacienda

Algunas explicaciones

Carrasquilla, tras la junta del Emisor, además sorprendió con una respuesta que causó polémica: “Personalmente, no entiendo todavía a cabalidad lo que sucede ni cuáles son las mejores medidas que debamos tomar para corregir esta dinámica”.

¿Qué pasa? La mayoría de los expertos coinciden en que la actual situación del mercado laboral refleja la debilidad de la actividad económica. Por esto, la mejor arma para reducir el desempleo es el crecimiento de la economía.

Según el Departamento de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, desde 2015 se requiere un crecimiento de 3 por ciento para mantener estable el mercado laboral y la tasa de desempleo. En efecto, a esta tasa ni se crean ni se destruyen puestos de trabajo.

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Sin embargo, la economía viene creciendo por debajo de estos niveles. En el primer trimestre, se desaceleró y avanzó a un ritmo desestacionalizado del 2,3 por ciento ante la caída de la construcción y el consumo privado. Y si bien habría tenido un repunte en el segundo trimestre, aún estaría creciendo en niveles inferiores al 3 por ciento.

Ante esto, varios analistas y el propio Banco de la República redujeron sus expectativas de crecimiento a niveles alrededor del 3 por ciento para 2019, lo cual supone alguna recuperación en la segunda mitad del año. Pero no alcanza para cambiar la tendencia en los indicadores de empleo. Según Bancolombia, entre junio y diciembre el desempleo tendrá el mismo nivel promedio de 2018.

Además, la masiva migración venezolana ejerce una presión constante al alza en la oferta de trabajo. Según cifras de Migración Colombia, en el último año han llegado al país alrededor de 1,2 millones de venezolanos. Si bien algunos expertos consideran que estos compiten mayoritariamente por empleo en el sector informal, un mercado que se ajusta por precio, es difícil afirmar categóricamente qué tanto la migración está afectado la calidad del mercado laboral.

Esta explicación es peligrosa, pues puede causar xenofobia. Además es falsa, ya que distintos estudios indican que, a largo plazo, la migración puede resultar beneficiosa al ayudar a mejorar el “bono demográfico”, dado que, fundamentalmente, se trata de gente joven.

No obstante, para que eso se haga realidad hay que mejorar la forma como se inserta esta población en el mercado laboral., pues de quedarse en la informalidad presionaría simplemente un mayor gasto.

Otros analistas consideran que habría que revisar el impacto del salario mínimo sobre el mercado laboral. De acuerdo con Sergio Clavijo, presidente de la Anif, el Gobierno no ha avanzado en reformas estructurales, como reducir costos no salariales al permitir pagar 75 por ciento a jóvenes aprendices y eliminar el aporte de 4 por ciento a las cajas de compensación familiar. Y, en cambio, según Clavijo, se ha equivocado al encarecer la mano de obra al desbordar el incremento del salario mínimo en 3 por ciento por encima de la inflación y, ahora, al impulsar más primas. Por esto, proyecta un desempleo del 10 por ciento promedio para 2019.


Stefano Farné, Director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado

Qué hacer

Más allá de estas tradicionales discusiones que surgen al abordar los problemas del mercado laboral, sería fundamental diseñar un plan para volver a crecer a tasas elevadas con políticas activas de empleo. Es claro que crecimientos como los actuales no servirán para generar puestos de calidad o para mantener los logros sociales alcanzados en los últimos años.

El Gobierno insiste en que la economía crecerá 3,6 por ciento este año y por encima del 4 por ciento a partir de 2020, pero no explica cómo piensa conseguirlo. Si bien hay que mantener un buen ambiente para la inversión, la apuesta del Gobierno para crecer no puede estar basada solo en reducirle los impuestos al sector corporativo.

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Sin duda, el actual crecimiento del país está por encima del de los vecinos, y la región va a crecer menos. Pero también es cierto que el desempleo en América Latina está en niveles del 7,8 por ciento, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y la situación de Colombia supera esta cifra.


Sergio Clavijo, Presidente de la Anif

Para Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, el país no se puede conformar con un nuevo crecimiento potencial de la economía del 3,5 por ciento. Por eso requiere trabajar más agresivamente en temas de productividad y competitividad de largo plazo, como infraestructura, diversificación de las exportaciones y pertinencia de la educación. Todo ello mientras el mercado laboral sigue mostrando diferencias por temas de género y edad. La tasa de desempleo de las mujeres alcanzó el 12,3 por ciento, 5 puntos porcentuales más que el desempleo en los hombres, y la desocupación juvenil alcanzó el 17,2 por ciento.

El Gobierno debe actuar con celeridad. Si el desempleo crece, los compradores seguirán temerosos y el consumo podría resentirse. Muchos analistas y buena parte de la población, en suma, reclaman acciones sobre los temas fundamentales que le importan a la sociedad. Y el desempleo es uno de ellos.