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(Photo by Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)
Britney Spears, cantautora estadounidense. | Foto: FilmMagic

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Britney Spears está feliz usando su tarjeta de crédito, antes no podía

La ‘princesita del pop’ no podía ni siquiera usar dinero plástico por su propia cuenta.

14 de noviembre de 2022

La tutela de Britney Spears era dura, estricta, intransigente e inmoral, ¿por qué? Porque aunque nadie lo crea, ella no tenía la potestad de tomar ciertas decisiones tan cotidianas como las que toman la mayoría de personas en el mundo, como decidir un método para planificar, ir de vacaciones, comprar comida en un supermercado o comprar cosas online con tarjeta de crédito.

Britney no podía. Su padre, quien tenía la potestad sobre todos sus bienes y su dinero, tenía un equipo asignado que recibía la solicitud de la cantante y avalaba si era viable o no otorgarle su requerimiento.

Se dice que la intérprete de ‘Baby One More Time’ pasó una solicitud por escrito para poder tener un hijo con su entonces novio Sam Ashgari, con quien finalmente se casó este año en julio. Por supuesto, los abogados de James Spears no dieron el consentimiento y a la artista le tocó esperar hasta que logró hablar ante una jueza de Los Ángeles para justificar lo insólito que era su tutela, donde ella se sentía sin voz, sin voto y sin alma.

La tutela le fue quitada luego de un juicio mediático y una presión social que involucró a millones de seguidores de la cantante, quienes marcharon en varias ciudades de todo el mundo exigiendo la libertad para la cantante, quien por fin volvía a tener el control de su vida, su dinero y su trabajo.

Eso hizo que Britney tuviera que empezar a reencontrarse con su ser de una forma totalmente diferente a como había vivido los últimos 13 años. Empezó a aventurarse a irse de vacaciones, visitando países como México y la Polinesia Francesa, donde como cualquier turista disfrutó de los mercados locales, de las playas y de la deliciosa comida.

También se casó con Sam, en una boda muy íntima, donde se reencontraron luminarias de la talla de Donatella Versace, Madonna, Selena Gómez, Drew Barrymore y Paris Hilton; todo dentro de un esquema de seguridad digno de la caravana que usa el presidente de los Estados Unidos.

Y así vinieron asuntos tan simples como ir al supermercado, cambiar su marca de tampones, poder usar sus casas sin necesidad de anunciar su visita y algo que la princesita del pop ha comentado en las últimas horas en su cuenta de Instagram, usar su tarjeta de crédito.

“El significado de comprar algo por primera vez en 15 años… Mi equipo de seguridad retuvo mi tarjeta de crédito por 15 años… Cuando era momento de comprar algo siempre tenía que hacerme a un lado y ser invisible mientras ellos ponían el código y escribían mi nombre (en el recibo)... Eso fue siempre una tarjeta de crédito (para mí). No he tenido efectivo en años… Olvidé lo que era comprar algo. Es decir, ustedes pensarán que yo era la que trabajaba más duro en la familia, Jesucristo”, escribió la cantante en una publicación, como parte de la catarsis que Britney ha hecho los últimos meses en sus redes sociales.

Spears volvió a recibir una tarjeta de crédito en sus manos el pasado 19 de octubre de 2021, cuando ya su tutela estaba terminada, describiendo el daño emocional que le hizo ser invisible para su equipo a la hora de querer obtener cosas por simple gusto.

Cuando compró su primer artículo con ella, le temblaban las piernas y las manos, todo durante 15 minutos, sin entender por qué sentía el miedo y la ansiedad, solo tenía claro que durante su tutela su padre “quería matarla”, explotándola laboralmente.

Britney también tiene claro que tiene pruebas del mal que su padre le hizo, pero no va a gastar más dinero en abogados yendo a la Corte, pues sabe que quizás su padre nunca sea juzgado por lo que ella alega, por eso decidió “sonreír y poner esa sonrisa en el rostro de mis familiares hasta el día de mi muerte”.