Desde 2018, la organización invierte en negocios sostenibles que buscan retornos sociales, ambientales y financieros.
Desde 2018, la organización invierte en negocios sostenibles que buscan retornos sociales, ambientales y financieros. | Foto: Cortesía Fondo Acción

Recursos

Los Fondos Fiduciarios son los aliados de la conservación y la niñez en Colombia

En el mundo, más de 50 Fondos Fiduciarios para la Conservación trabajan por preservar los bosques y su biodiversidad. Fondo Acción lidera estas y otras iniciativas en Colombia.

7 de noviembre de 2020

En África, Latinoamérica y el Caribe, Asia y Europa del Este, más de 50 Fondos Fiduciarios para Conservación (FFC) promueven la movilización de recursos de diversas fuentes, desde países desarrollados hacia las naciones en desarrollo, los cuales son usados para ejecutar programas y proyectos ambientales.

Estos fondos fueron creados como resultado del Convenio de Diversidad Biológica, un tratado internacional firmado en 1992, y sus recursos fluyen mediante organizaciones no gubernamentales, comunidades, entidades gubernamentales o directamente.

En Colombia se creó Fondo Acción en el año 2000 como un mecanismo de facilitación financiera y se convirtió en el administrador del primer canje de deuda por conservación, firmado entre Estados Unidos y nuestro país. Lo anterior significa que el Gobierno colombiano convierte parte de los intereses de su deuda al Gobierno estadounidense en inversiones en la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales y, además, con la protección de los derechos de los niños y niñas en el país.

“En 20 años de trabajo se han invertido más de 100 millones de dólares en proyectos de ambiente y niñez a través de más de 1.400 iniciativas en el Pacífico, la región Andina, la Orinoquia, el Caribe y la Amazonia”, destaca Natalia Arango Vélez, directora ejecutiva de Fondo Acción.

Desde 2004, la entidad ha establecido y operado mecanismos de sostenibilidad financiera que le han permitido obtener rendimientos y aumentar el dinero administrado para invertir en proyectos de conservación y niñez. Estableció fondos patrimoniales, una modalidad de ahorro e inversión que invierte recursos en portafolios de inversión y utiliza los rendimientos financieros para respaldar causas específicas alineadas con su misión.

“En otros países, donde operan los FFC, los recursos se han ido extinguiendo. En el caso colombiano, los recursos de Fondo Acción han sido la base para crecer y hoy contamos con una institución sólida, en donde en lugar de acabarse, el dinero crece”, resalta Camilo Cardozo, miembro del Consejo Directivo como representante de Estados Unidos en Fondo Acción.

Desde 2018, la organización invierte en negocios sostenibles que buscan retornos sociales, ambientales y financieros.
El TFCA promueve iniciativas de la sociedad civil orientadas a conservar, proteger y restaurar el uso sostenible de los bosques tropicales en beneficio de las comunidades locales. | Foto: Cortesía Fondo Acción

Ejes de acción

El 2004 también fue el año en el que Fondo Acción se convirtió en el administrador del Acuerdo para la Conservación de Bosques Tropicales de Colombia (TFCA), creado entre los Gobiernos de Colombia y Estados Unidos con la contribución de Conservación Internacional, The Nature Conservancy y World Wildlife Fund (WWF).

El TFCA promueve iniciativas de la sociedad civil orientadas a conservar, proteger y restaurar el uso sostenible de los bosques tropicales en beneficio de las comunidades locales. “Es una iniciativa construida a partir de un fondo patrimonial establecido a 99 años, cuyos rendimientos se entregan periódicamente a nuevas convocatorias”, cuenta Arango Vélez.

La inversión en este frente asciende a más de 10 millones de dólares, que se han destinado a 29 proyectos en tres áreas forestales de Vichada, Santander y Boyacá. “Estos recursos han permitido intervenir un área de más de 900.000 hectáreas”, añade Arango Vélez.

Fondo Acción también cuenta con el Portafolio REDD+, en el que participan 19 consejos comunitarios y un cabildo mayor indígena. El programa funciona bajo los esquemas de pago por servicios ambientales. Por ejemplo, en el mercado de carbono los dueños de los bosques venden el servicio de captura de gases de efecto invernadero, vía créditos de carbono, a aquellos que consumen combustibles fósiles líquidos y quieren compensar sus emisiones.

La directora de Fondo Acción explica que el portafolio de proyectos de reducción de emisiones de deforestación y degradación en los Bosques del Pacífico agrupa nueve proyectos en territorios afrocolombianos e indígenas del país, donde las comunidades étnicas, dueñas de territorios colectivos, han conservado los ecosistemas naturales de acuerdo con sus prácticas culturales.

“Han vivido de estos bosques, pero nunca nadie les había reconocido el servicio ambiental. Al acogerse al pago por servicios ambientales, la sociedad en su conjunto les reconoce monetariamente a esas comunidades el valor de las acciones de conservación. Los recursos recibidos los pueden invertir en el desarrollo de su comunidad y, por supuesto, en el mantenimiento del bosque”, afirma.

Entre 2013 y 2017, en la primera ronda de certificaciones, estos proyectos pudieron demostrar que habían reducido más de cinco millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

También, en el Pacífico, la organización creó en 2008 la Cuenta Patrimonial Malpelo con aportes de los Estados Unidos y Conservación Internacional. A hoy, este mecanismo ha entregado en rendimientos más de dos millones de dólares para la conservación de este santuario.

Así mismo, en 2018, junto a la Fundación de la Familia Walton y Conservación Internacional, se estableció el Fondo Patrimonial La Minga, para garantizar la sostenibilidad financiera de tres áreas protegidas en la costa Pacífica. La Minga también moviliza recursos de cooperación bilateral con los aportados por la cooperación sueca y se estructuró su operación hasta 2048.


Atención a la niñez

Otro eje de acción es el trabajo orientado a la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Con este propósito se creó el Fondo de Becas Glen Nimnicht para la Primera Infancia, en 2006, junto a la Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano (CINDE). Según explica Natalia Arango, el propósito de este es formar a cuidadores de niños y niñas en la primera infancia, para que tengan las herramientas adecuadas para atender bien a los infantes que están a su cargo.

“Hemos llegado a profesionales que han hecho estudios de maestría o especialización, e incluso doctorado, y que luego ponen en práctica los conocimientos en la atención a niños. Al trabajar más cercanamente con las comunidades campesinas, hemos migrado la operación a diplomados en primera infancia, pero llevándonos hasta las regiones donde el acceso a la educación para estas personas es muy difícil”, anota Arango.

Siendo el primer fondo patrimonial en Colombia enfocado en primera infancia, a la fecha ha entregado 397 becas para la formación de personas que tienen la responsabilidad de educar a menores de seis años. Así mismo, más de 8.600 niños, niñas y adolescentes se han beneficiado por las inversiones del Fondo Acción en educación, formación de cuidadores y maestros, mejora de espacios e infraestructura para su desarrollo.

De esta manera, la organización se ha consolidado como un aliado del desarrollo sostenible mediante su trabajo en conservación y atención a la niñez. En dos décadas ha llegado a más de 250 municipios de Colombia y ha trabajado con más de 900 organizaciones comunitarias. Fondo Acción seguirá uniendo esfuerzos con los donantes, la sociedad civil y las autoridades en Colombia para juntos seguir construyendo territorios posibles.