Mujeres

El éxito no solo está en el logro, sino también en disfrutar el proceso

En un mundo enfocado en resultados, es vital reconocer el valor del proceso y las raíces que nos sostienen. Como las secuoyas, el crecimiento personal y profesional se construye con perseverancia, experiencias y equilibrio entre la vida laboral y personal. La verdadera realización está en cada paso, no solo en la meta final.

Marcela Velásquez, Managing Director de Tetra Pak Andina
28 de noviembre de 2024
Marcela Velásquez
Marcela Velásquez, Managing Director de Tetra Pak Andina | Foto: SEMANA

En esta etapa del año en la que se hacen balances y se entregan reconocimientos a quienes han tenido logros y cumplido objetivos, también debería dársele el debido valor al proceso.

Muchos de nosotros tenemos la tendencia a guiarnos laboral y profesionalmente por los resultados, y aunque eso está bien, no podemos desconocer que detrás de toda gran meta alcanzada hay un sinnúmero de desafíos que permanentemente nos retaron a demostrar de qué estábamos hechos, como líderes, como integrantes de un equipo de trabajo, como personas.

trabajar feliz
La felicidad y la satisfacción también están en cada paso del proceso. | Foto: Getty Images

He aprendido que los logros reales y duraderos son producto de procesos que requieren trabajar con enfoque y perseverancia en el desarrollo de cada tarea que se presenta durante el camino. Y que bajo esa lógica incluso es posible establecer un paralelismo con la construcción de nuestra propia vida.

Para entenderlo vale la pena tomar como ejemplo a las secuoyas, esos árboles de grandes dimensiones distintivos de algunas regiones de América del Norte, que dedican muchos años a perfeccionar un proceso invisible, antes de crecer y desarrollarse en todo su esplendor: el fortalecimiento de sus raíces.

Estudiar estas disciplinas solo requiere una mente brillante.
En esta etapa del año en la que se hacen balances y se entregan reconocimientos a quienes han tenido logros y cumplido objetivos, también debería dársele el debido valor al proceso. | Foto: Getty Images

En la vida, como en la naturaleza, la formación personal y profesional que nos hace seres humanos más sabios, experimentados y con sólidas raíces, no es siempre tan evidente ni abiertamente reconocida, pero sí fundamental para la consecución de logros y realizaciones.

Soy una mujer orgullosa de las raíces que he construido, que me permitieron llegar hasta aquí y que me proyectan hacia el futuro. La fe, mi creencia en Dios, es la primera, la brújula que me ha guiado en cada paso del camino; la segunda es mi familia, y en especial mi hija, que es mi mayor motivación, y la tercera es mi papá, que ya no está conmigo, pero que me inculcó valores y me dotó de las herramientas necesarias para afrontar la vida, en todas sus dimensiones.

El crecimiento a partir de las raíces, el alcanzar el objetivo de convertirnos en seres humanos íntegros y capaces, también es un proceso continuo, que hacemos extensivo a nuestra vida personal y profesional. Los mejores líderes y conductores de equipos son producto de todos estos procesos y de las experiencias y enseñanzas que adquirimos todos los días de las personas con las que trabajamos y vivimos.

He tenido siempre la fortuna de estar en contacto y rodeada de personas excepcionales, que han sido claves para mi desarrollo como persona, como mujer trabajadora, como par y como líder. Y ese es otro de mis grandes orgullos. Como también lo es trabajar en lo que amo y encontrar el modo de balancear la vida profesional y la vida personal.

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El crecimiento a partir de las raíces, el alcanzar el objetivo de convertirnos en seres humanos íntegros y capaces, también es un proceso continuo, que hacemos extensivo a nuestra vida personal y profesional. | Foto: Getty Images/iStockphoto

No está bien, en aras de trabajar por el logro de cada meta, quitarle tiempo a lo que nos apasiona y nos nutre interiormente. Entiendo en mi caso, por ejemplo, que viajar, pasar tiempo de calidad con mi hija y mi familia o compartir con los amigos, está más allá del esparcimiento. Estos espacios son mi refugio personal y de recarga emocional, indispensables para crecer espiritualmente.

Fortalecer raíces y trabajar todos los días por crecer como personas, como líderes, como integrantes de un equipo, como seres humanos conscientes de su espiritualidad, son procesos que nos llevan al propósito de convertirnos en los individuos integrales que todos, consciente o inconscientemente, queremos ser.

El éxito y los logros, insisto, no deberían ser los únicos factores de realización personal y profesional en los que debiéramos enfocarnos. La felicidad y la satisfacción también están en cada paso del proceso.

Por: Marcela Velásquez, Managing Director de Tetra Pak Andina

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