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Fotos de la semana 20 octubre
Habitantes de Líbano se manifiestan a favor de Palestina. | Foto: REUTERS

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Líbano, la nación en quiebra en la que sus habitantes temen irse a la guerra con Israel

El conflicto en Medio Oriente se sigue escalando, mientras que unos países parecen preparados para el combate, sus habitantes sufren acerca de la posibilidad.

Redacción Semana
1 de noviembre de 2023

Los socorristas libaneses llegan al lugar de un bombardeo israelí en camiones vetustos y sin equipos de protección, un ejemplo que ilustra la falta de preparación en un país lastrado por una larga crisis y que teme una escalada del conflicto entre Israel y Hamás.

“Estamos en primera línea y, sin embargo, no tenemos equipo para protegernos y salvar a la gente”, afirma Anis Abla, jefe de la defensa civil de Marjayoun, a menos de 10 kilómetros de la frontera con Israel. En su oficina prefabricada, afirma no tener los medios para comprar cascos o chalecos antibalas para su equipo de 37 personas, la mayoría voluntarios.

Desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, los tiroteos son casi cotidianos en la frontera. Hezbolá proiraní y sus aliados afirman bombardear Israel en solidaridad con Hamás, pero hasta el momento, los enfrentamientos son limitados.

La situación en la Franja de Gaza "se está volviendo incontrolable", dijo el miércoles el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al día siguiente del bombardeo de un hospital que dejó cientos de muertos, y del que Israel y las milicias palestinas se acusaron mutuamente.
Un manifestante libanés hace el signo de la victoria frente a un edificio en llamas justo afuera de la Embajada de los Estados Unidos durante una protesta en solidaridad con el pueblo de Gaza. | Foto: dpa/picture alliance via Getty I

En medio del colapso económico que se vive desde hace cuatro años, Líbano teme verse arrastrado directamente al conflicto. El país no está preparado para afrontar una guerra, por lo que los voluntarios y las ONG tienen que llenar el vacío con recursos limitados. “Si estalla la guerra, es posible que no podamos proporcionar suficiente agua a nuestros camiones (para combatir incendios, NDLR) o alimentos para nuestros equipos”, dice Alba.

Teniendo en cuenta que el Estado se encuentra en quiebra y solo puede proporcionar electricidad durante pocas horas al día, las bombas de agua apenas funcionan y, por lo tanto, los camiones de bomberos tienen un acceso limitado al agua, explica Hussein Fakih, jefe de defensa civil de la región sur de Nabatiyé, donde se encuentra Marjayoun.

Incluso en Egipto, los presentadores de programas de entrevistas prorrégimen, habitualmente hostiles a Hamás, aplaudieron "la resistencia de un pueblo oprimido", viendo en la ofensiva un "insulto a la teoría de la invencibilidad de los israelíes".
La gente organiza una manifestación y porta una bandera palestina en apoyo de Hamás y la resistencia palestina en Beirut, Líbano, el 8 de octubre de 2023. | Foto: Anadolu Agency via Getty Images

“Repetición de 2006″

“Nuestro vehículo más reciente tiene unos treinta años”, se lamenta Fakih, y añade que los camiones de bomberos se averían con regularidad. “Si la situación empeora (…) no podremos cumplir con todas nuestras tareas”.

Los enfrentamientos transfronterizos dejaron al menos 62 muertos en Líbano, según un recuento de AFP, la mayoría de ellos combatientes de Hezbolá, y obligaron a casi 29.000 personas a huir de sus hogares. A unos kilómetros de Marjayoun, Hasbaya acogió a cientos de desplazados, de los cuales 150 fueron instalados en un hotel que no se ha terminado de construir, según el alcalde de la localidad, Lalbib al-Hamra.

Las autoridades locales, que carecen de todo, tuvieron que recurrir a envíos de dinero de libaneses en la diáspora, a asociaciones y a donantes para rehabilitar el hotel y proporcionar a los desplazados colchones, comida y medicamentos, explica el alcalde. “Mi mayor temor es que se repita el escenario de 2006, pero peor”, dice al-Hamra.

“Actualmente, el Estado libanés no está preparado para afrontar este tipo de calamidad”, asegura. En 2006, una guerra entre Hezbolá e Israel dejó más de 1.200 muertos en el Líbano, principalmente civiles, y 160 muertos en Israel, soldados en su mayoría.

En imágenes : Las fuerzas israelíes se despliegan en la frontera con el Líbano en medio de temores de que el conflicto se expanda.
Una vista muestra un tanque israelí y vehículos militares cerca de la frontera de Israel con el Líbano, en el norte de Israel, el 9 de octubre de 2023. | Foto: REUTERS

“Nuestro Estado está muerto”

El gobierno interino elaboró un plan de emergencia y se están llevando a cabo conversaciones para “garantizar que la comunidad humanitaria contribuya” a su financiamiento, según el Primer ministro Najib Mikati, quien aseguró el lunes a AFP que está haciendo todo lo posible “para que el Estado y sus modestos medios estén preparados” en caso de conflicto.

Pero muchos libaneses han perdido la confianza en la capacidad de su país para protegerlos. Entre ellos, Ali Khalil Awada, de 74 años, refugiado en el hotel de Hasbaya con su esposa en una habitación estrecha y apenas amoblada.

Ya fue desplazado de su pueblo fronterizo de Khiam varias veces durante la guerra civil (1975-1990), la ocupación israelí del sur (1978-2000) y la guerra de 2006. Pero esta vez “es la peor”, según él. “Nuestro estado está muerto… y nuestra economía se ha ido”, lamenta. “No tenemos ni siquiera los medios de comprar un pan”.

Con información de AFP.