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Y ahora con Donald Trump presidente, ¿qué va a pasar con el dólar?
Hay expectativa por la corrección que pueda tener la divisa, al despejarse el panorama electoral en Estados Unidos. Sin embargo, con la llegada de Trump al poder, podría repetirse la historia de 2016.
En octubre, el dólar evidenció uno de los momentos recientes de mayor fortaleza en el mundo. El índice DXY –que mide el valor del dólar estadounidense en relación con una canasta de otras monedas– subió 3,9 % desde su mínimo alcanzado a finales de septiembre y reflejó un cambio en las expectativas de los mercados.
Entre agosto y septiembre, la atención estaba puesta en el ciclo de recortes de tasas de interés de la Reserva Federal (FED), frente a la adopción de una postura más flexible en sus próximas decisiones de política monetaria, ante las cifras positivas del mercado laboral, la inflación que cedía y los comentarios del presidente de la FED, Jerome Powell. Todo ello impulsó nuevamente un ajuste de las expectativas hacia un escenario de descensos más gradual, lo cual le dio más fuerza al dólar.
Sin embargo, en las semanas siguientes, si bien el tema de las tasas y la postura de la FED mantuvo el interés, otro factor también empezó a pesar en el comportamiento de la divisa: las elecciones en Estados Unidos, por la incertidumbre que generó un proceso electoral reñido y muy apretado.
La suma de estos factores se reflejó en una depreciación generalizada de las monedas en la región, aunque heterogénea. Ya las principales monedas se habían visto impactadas por los recortes de las tasas de interés de los bancos centrales de sus países y un incremento en la incertidumbre política regional, en especial por la llegada de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México, quien ha hecho anuncios polémicos que han sacudido a los mercados. “En el ámbito político, existe una mayor aversión al riesgo de los inversionistas ante las múltiples reformas que están avanzando o ya han sido aprobadas por el Legislativo, entre las que destaca la reforma al sistema judicial. Además, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público planea reducir el déficit del 5,9 al 3,0 % del PIB en 2025; pero el alto costo fiscal de las medidas anunciadas, sumado a la expectativa de bajo crecimiento económico ese año y su negativa a implementar una reforma fiscal, ponen en duda que México logre esta la consolidación fiscal el próximo año”, señala el informe.
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Y en ese escenario, el peso mexicano y el peso colombiano se están moviendo a un ritmo parecido: habían sido las dos monedas más fortalecidas al inicio del año, pero ahora lideran la depreciación reciente.
“La incertidumbre preelectoral en Estados Unidos explica buena parte de este resultado, al ser el peso mexicano la moneda más vulnerable al resultado de estas elecciones por la estrecha relación comercial entre ambos países”, agrega un documento de Corficolombiana sobre el comportamiento del dólar.
Un hecho ratificó la incidencia del proceso electoral en Estados Unidos en el precio del dólar y en otras decisiones, como las de política monetaria. Al finalizar la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República, del pasado 31 de octubre, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, lamentó que el recorte en las tasas hubiera sido solo de 50 puntos básicos y destacó que “se mezclaron la incertidumbre de las elecciones de Estados Unidos y el ruido generado por la discusión del Sistema General de Participaciones”.
En elecciones anteriores, se ha visto un ligero incremento en la volatilidad de esta divisa; sin embargo, ahora la pregunta es si la tendencia se mantendrá o por el contrario tenderá a suavizarse una vez consumada la jornada electoral.
La volatilidad de la tasa de cambio en los países de la región, y especialmente en Colombia durante las últimas semanas, a juicio de Corficolombiana, puede estar incorporando el efecto de la aversión al riesgo preelectoral en Estados Unidos. “En este sentido, anticipamos que después de las elecciones estadounidenses puede haber una corrección parcial del tipo de cambio, aunque esta corrección podría postergarse dependiendo del resultado de las elecciones”, añade el estudio.
Y puso como ejemplo lo que sucedió hace ocho años, en la primera elección de Donald Trump, que ahora repite como inquilino de la Casa Blanca. En 2016, cuando fue elegido el hoy candidato Donald Trump, con un discurso más proteccionista y en contra de la migración, aumentó la aversión al riesgo en contra de los activos mexicanos, añadiendo volatilidad a la tasa de cambio en México, cuya corrección se postergó hasta un mes después de su elección, señala el informe.
Es decir que, ahora con Trump en su segundo mandato, se podría esperar un repunte inicial del tipo de cambio en México, una mayor en su volatilidad frente a los niveles actuales, que podría corregir más hacia principios de 2025. Y podría ser un efecto dominó en Colombia y otros países de la región. ¿Por qué?
Por lo que el informe de Corficolombiana llama “la alta correlación que tiene el peso colombiano con el peso mexicano”, debido a la importancia de México en los portafolios de los inversionistas extranjeros en la región, pues según el índice LACI, que muestra el comportamiento de las monedas latinoamericanas frente al dólar con base en el volumen de operaciones y liquidez de cada moneda, el peso mexicano comparte liderazgo con el real brasilero al representar el 33 % del índice.
Mientras las principales monedas de la región se depreciaron 5,8 % en los últimos dos meses, de acuerdo con el índice de monedas latinoamericanas, LACI, el peso colombiano se depreció 9,7 % en el mismo periodo, por lo que la tendencia regional puede estar asociada con hasta la mitad del comportamiento reciente de la relación peso-dólar desde su punto de inflexión en la segunda mitad de agosto, dice el informe.
“En otras palabras, esta proporción puede estar reflejando el efecto de los factores externos, que deberían moderarse en los próximos meses conforme avanza el proceso de flexibilización de la postura monetaria de la FED y se reduzca la incertidumbre política en Estados Unidos. Sin embargo, el restante frente a la tendencia regional y al incremento del DXY estaría reflejando también los riesgos fiscales locales que desde hace varios meses estaban capturando las tasas de los TES y la prima de riesgo país”, agrega.
A su vez, la depreciación reciente de la tasa de cambio en Colombia estuvo alineada con el descenso en los precios del petróleo, que pasaron a ser de 73 dólares por barril para la referencia Brent después de haber promediado 83 dólares en el primer semestre.
“El tipo de cambio en Colombia debería corregir parcialmente la depreciación reciente durante la parte final de este año y comienzos de 2025, una vez se haya resuelto la incertidumbre electoral en Estados Unidos, como ha sucedido en episodios previos. Sin embargo, los temores en torno a las finanzas públicas del país seguirán añadiendo presiones alcistas sobre el precio del dólar en Colombia. Anticipamos que la tasa de cambio oscile alrededor de 4.250 pesos en las últimas semanas del año”, concluye Corficolombiana.