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| Foto: Archivo Particular

ENTREVISTA

¿Por qué arde el Catatumbo?

Horas antes de que venza la tregua que declaró el EPL para que los 14 municipios de la zona se pudieran reabastecer, SEMANA habló con cuatro alcaldes sobre lo que vienen pasando y las acciones que emprendieron para mitigar la violencia.

25 de abril de 2018

En el Catatumbo la tranquilidad tiene las horas contadas. A las seis de la tarde de este jueves se levantará la tregua que declaró el EPL para quelas comunidades pudieran salir de su confinamiento, trasladarse a espacios seguros y abastecerse de alimentos.

Los enfrentamientos entre el ELN y el EPL han provocado, según dijo la ONU, el desplazamiento de 2.819 personas. Otras 144.000 sufren "graves restricciones de acceso a servicios, bienes básicos y limitaciones a la movilidad".

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Del Catatumbo forman parte los municipios de Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú. Desde el martes el Gobierno estableció corredores humanitarios para transportar heridos y alimentos para atender la situación de la región fronteriza con Venezuela, cuyos habitantes se encuentran bajo el fuego cruzado.

SEMANA habló con los alcaldes de cuatro municipios del Catatumbo sobre lo que viene pasando en la región:

SEMANA.: ¿Qué está generando el conflicto entre los dos grupos armados en el Catatumbo?

Alberto Escalante.: El dominio del territorio y las riquezas.

SEMANA.: Además del cese de hostilidades, ¿qué reclama la comunidad?

A. E.: Al Gobierno una intervención que mejore las condiciones económicas y sociales de la comunidad y a los sectores armados que desescalen el conflicto. En el Catatumbo pueden poner 20.000 hombres de la Fuerza Pública pero el territorio no lo transforma el pie de fuerza. Esto no se cambia diciendo quién tiene más armas sino a través de apuestas que mejoren la vida del campesino. Sólo sembrando y facilitando la comercialización de cultivos lícitos perderá fuerza la economía ilegal.

SEMANA.: ¿Cuál es la situación de Tibú?

A. E.: La situación está bastante complicada. Aunque unos la han tenido más difícil que otros. Mientras que el casco urbano se ha podido abrir paulatinamente los locales comerciales para que la gente pueda comprar alimentos en corregimientos como La Gabarra y Pacheli todo permanece cerrado. La escasez se expande cada día. Nos preocupa porque a la violencia se suma el conflicto por falta de alimentos.

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SEMANA.: ¿La caravana civil de este fin semana sirvió para que las personas que se encontraban confinadas pudieran salir a zonas más seguras?

A. E.: Es muy difícil calcular el impacto. Sin embargo, para lo que sí sirvió la movilización fue para que los colombianos se enteraran de lo que estaba pasando en el Catatumbo. No queremos más guerra y rechazamos todo tipo de violencia y confinamiento que se dé. Aproximadamente en El Tarra, por ejemplo, salieron 4.500 personas y en Tibú hay quienes dicen que éramos 8.000. El territorio se ha unido para exigir libertad y se tiene que respetar la población civil.

SEMANA.: ¿Qué está pasando en este momento en El Tarra?

José de Dios Toro.: En este momento la situación está normal porque la tregua ha permitido la movilidad de los campesinos. Sin embargo, la situación está bastante difícil. Al parecer, están obligando a los campesinos a que salgan de las viviendas y se ubiquen en refugios humanitarios. Hay tres veredas del municipio donde les dijeron que tenían que irse o les quemaban las casas. A la fecha, no hemos podido retomar las clases. 

SEMANA.: ¿En que ha avanzado el control de la situación?

J. D. T.: Hoy se instaló el puesto de mando unificado en Ocaña. Mañana se estarán entregando mercados en Cúcuta. A través del puesto de mando unificado se busca concentrar toda la información, hacer la verificación de lo que está pasando y canalizar las ayudas del Estado.

SEMANA.: ¿Hay un puesto por municipios?

J. D. T.: No, solo uno para la región que quedó en Ocaña. Si llega a no ser suficiente el Vicepresidente nos dijo que más adelante se podría instalar otro.

SEMANA.: ¿Cuántas personas se han desplazado en El Tarra?

J. D. T.: Los casos se vienen presentando individuales y por familias. Se están moviendo para Ocaña, Cúcuta y Arauca.

SEMANA.: ¿Qué es lo que más le preocupa?

J. D. T.: Que la gente haga caso omiso al paro y se presente alguna agresión contra la población. Eso sí, las personas andan muy prevenidas no mandan a los niños a las escuelas porque les da miedo. Desde el 15 de abril 5.168 estudiantes no van a clases.

SEMANA.: ¿Qué está pasando en San Calixto desde que se desencadenó el paro armado?

Yadil Sanguino.: La situación es bastante crítica. Se han conformado alrededor de 20 refugios humanitarios en las escuelas del sector rural. Alrededor de 7.000 personas se han desplazado por cuenta de los enfrentamientos entre el EPL y el ELN. Aunque se han hecho brigadas el problema es que los insumos no son suficientes. No tenemos el personal médico para atender los brotes y la emergencia.

SEMANA.: El EPL decidió suspender el paro armado por 60 horas, ¿la decisión oxigenó la crisis humanitaria que vive la región?

Y. S.: Durante tres días esa guerrilla decidió levantar el paro armado que tenía frenado el transporte, el comercio y las labores administrativas. Durante estos dos días la gente se ha movido a hacer sus diligencias. Sin embargo, el problema es que la tregua dura hasta mañana. De hecho, este miércoles a la madrugada se presentó un enfrentamiento en zona rural del municipio. Por ahora no hay reportes de muertos y heridos.

SEMANA.: ¿A qué hora caduca la tregua?

Y. S.: La suspensión se acaba mañana a las seis de la tarde. A esa hora, según dijeron, se reanuda el paro armado hasta nueva fecha.

SEMANA.: A 45 días desde que comenzó la escalada violenta, ¿cuál es el balance?

Y. S.: Durante esta semana se pudo solucionar el problema de transporte de alimentos que era lo que más nos preocupaba. Se logró evacuar las personas que se encontraban confinadas y los campesinos pudieron sacar lo que alcanzaron a rescatar de la cosecha. Pero las pérdidas son incalculables. Muchas personas no pudieron sacar los productos a tiempo.

SEMANA.: Por ejemplo...

Y. S.: Unos perdieron 1.200 toneladas de cebolla y otros 75 de tomate. Se perdió todo. Lo producían los campesinos de la región y lo sacaban por Ocaña donde empieza la cadena de comercialización. Otro sector que perdió mucho era el que tenía la cosecha de piña. Con esta pausa de las confrontaciones se empezó a censar a los damnificados pero todavía no se les han ofrecido soluciones claras. Muchos tienen miedo porque para poder sacar adelante la cosecha pidieron créditos a los bancos y ahora no tienen como pagarlos.

SEMANA.: ¿Cómo está funcionando el puesto de mando unificado que instaló el vicepresidente Óscar Naranjo en Ocaña?

Y. S.: Este miércoles estuvimos trabajando con varios viceministros y funcionarios de la Oficina de Control de Riesgo, la ONU y delegados campesinos. Se está haciendo un diagnóstico y se están planteando soluciones para manejar la crisis.

SEMANA.: ¿Qué es lo que más le preocupa?

Y. S.: Que otra vez a partir de mañana vamos a quedar encerrados.