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| Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ-SEMANA

POLÍTICA

¿Quien podría ganarle a Claudia López?

Si las elecciones a la Alcaldía tuvieran lugar mañana, Claudia López ganaría sobrada. Pero puntear desde tan temprano la convertirá en el blanco principal de los ataques de los otros candidatos.

13 de abril de 2019

Luego de pasar meses en las calles de Bogotá repartiendo volantes de semáforo en semáforo, Claudia López logró imponerse sobre Antonio Navarro y se quedó con la candidatura oficial de la Alianza Verde para el segundo cargo de elección popular más importante de Colombia. La exsenadora comienza la contienda con una ventaja significativa sobre sus competidores. Pero aún falta mucho para las elecciones y cualquier cosa puede pasar.

Desde que aparecieron los resultados de la encuesta de los verdes el miércoles 10 de abril, se ha vuelto un lugar común decir que Claudia López ya ganó. Pero en un panorama político tan cambiante como el colombiano esa afirmación podría resultar prematura.

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Aun así, derrotar a Claudia no va ser fácil. En primera medida, ha quedado demostrado que, a la hora de elegir el alcalde, los bogotanos por lo general prefieren una figura de reconocimiento y proyección no distrital, sino nacional. Es decir, aunque siempre en la baraja se presentan candidatos que tienen un pleno conocimiento de los temas de la ciudad por razón de su ejercicio previo en escenarios como el Concejo de Bogotá, los votantes capitalinos suelen irse por el aspirante con un perfil más presidencial.

La tradición electoral de la capital también será un viento a favor de la candidata de los verdes.

En ese aspecto, López entrará pisando fuerte. La hoy candidata lleva varios años como protagonista principal en los debates de interés nacional. Ella empezó a sonar en la arena pública desde muy joven cuando participó en la séptima papeleta que dio origen a las Constitución de 1991. Desde entonces, dio el salto de la academia a la política y alcanzó una de las votaciones más altas para el Senado de la República. Así las cosas, ha logrado una notoriedad que muchos políticos de vieja data envidiarían.

La tradición electoral de la capital también será un viento a favor para la aspiración de la candidata de los verdes. Bogotá, en materia de elecciones, suele ir en contravía del resto del país y se alinea mucho más con las ideas progresistas, de centro y de izquierda que con las del uribismo. No en vano ganaron Lucho Garzón, Samuel Moreno y Gustavo Petro. Claudia tiene el reto de conquistar a ese electorado sin evocar los resultados de esas gestiones. En otras palabras, no parecer de izquierda radical, sino de centroizquierda. Su hoja de vida tiene parte de las dos cosas. No solo acompañó en su fórmula a Sergio Fajardo, quien ganó en Bogotá en las presidenciales pasadas, sino que se la jugó por la candidatura de Gustavo Petro una vez este pasó a segunda vuelta. Esto último es un arma de doble filo. Haber apoyado al candidato de la Colombia Humana es un lastre con los de centroderecha, pero una credencial de coherencia con los de la izquierda. Fajardo, por haber votado en blanco, en lugar de quedar bien con los dos sectores quedó mal con ambos.

Claudia López, además de contar con un capital político importante, es imbatible en términos mediáticos. No solo es una de las figuras de opinión más relevantes en la redes sociales, sino que, por cuenta de su agudeza y su talante de confrontación, ha podido abrirse un espacio privilegiado en los medios. Este ha sido un matrimonio por conveniencia. Los medios saben que Claudia da rating y ella sabe que aparecer da votos. Ninguno de los candidatos que hasta ahora se han lanzado al agua ha contado con esta ventaja.

Algunos ven con temor su condición de mujer frentera y confrontacional, que ha sido fundamental en su carrera.

La aspirante a la Alcaldía empieza su campaña con otro as bajo la manga que la perfila como la líder indiscutible en la carrera por el Palacio Liévano. Las mediciones hechas por todas las firmas encuestadoras del país en los últimos años han mostrado que de un tiempo para acá acabar con la corrupción se volvió la prioridad de los votantes. Aunque Claudia siempre ha enarbolado esa bandera, la votación histórica que obtuvo la consulta anticorrupción, promovida por ella, la convirtió en un verdadero símbolo de la lucha contra ese fenómeno.

Es una académica reconocida y una fogosa polemista. Además, cuenta con la ventaja de poder hablar fuerte con la tranquilidad de no tener rabo de paja. Asimismo, tiene a su favor, en una ciudad con una tendencia electoral progresista, el ser una candidata que rompe todos los esquemas de la política tradicional. No solamente hace parte de un partido ubicado al centro del espectro ideológico, sino que se convertiría en la primera mujer en llegar a la Alcaldía de Bogotá.

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A esto se suma que se ha declarado abiertamente gay. Eso, que en el pasado podía haber sido el tiro de gracia de cualquier aspiración, en el panorama electoral actual puede ser más un activo que un pasivo. La manera transparente como ha manejado su relación con Angélica Lozano las ha convertido a las dos en figuras no solo aceptadas, sino admiradas. El hecho de que Claudia haya llegado donde ha llegado demuestra que la Bogotá de hoy, contestataria y mucho más abierta que el resto del país, está lista para evaluar a los candidatos por sus ideas, sin tener en cuenta su orientación sexual.

Sin embargo, muchos ven con cierto temor esa condición de mujer frentera y confrontacional, que ha sido fundamental en su ascenso en la política. Sus críticos no solo dicen que su tono no es el adecuado para un debate de ideas, sino que la han caricaturizado con el calificativo de “gritona”.

En todo caso, Claudia López, con sus virtudes y sus defectos, es hoy por hoy claramente la favorita para reemplazar a Enrique Peñalosa. Por eso, la dinámica de la campaña puede desarrollarse alrededor del Toconclau (Todos contra Claudia). Por supuesto, ser el primero en intención de voto constituye el mundo ideal para un candidato a lo que sea. Pero ir de primero también implica convertirse en el blanco más atractivo de los ataques de quienes van de segundos, terceros o cuartos.

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Ella tendrá que estar preparada para enfrentarse a esa realidad. En el panorama hay candidatos que dominan las problemáticas de la capital como Miguel Uribe o Ángela Garzón. Y otros que representan el centro, como Carlos Fernando Galán o David Luna, y generan menos resistencia que Claudia. Cada uno de estos sabe que para derrotarla hay que atacarla. Ahí radica el verdadero reto electoral de la candidata de la Alianza Verde. Para llegar a la Alcaldía tendrá que conquistar el voto no solo de la izquierda, sino también de los sectores moderados que podrían ubicarla en la canasta de los radicales.