La entrevista, por Luis Carlos Vélez
“Claudia López tiene pelotas”: Martín Santos
Martín Santos da una mirada a la actualidad política nacional. El hijo del expresidente Santos, con una gran fanaticada en redes sociales, franco y sin tapujos, aunque para algunos controversial y hasta arrogante, asegura que no incursionará en la política y deja claro que una cosa es él y otra muy diferente su papá.
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Luis Carlos Vélez: ¿Cómo ve los hechos de violencia de los últimos días en Colombia?
Martín Santos: Con bastante preocupación de parte y parte. Lo de los actos que cometieron los policías, injustos y aberrantes desde todo punto de vista, son completamente condenables. El exceso de la fuerza de parte de la policía es completamente inaceptable, pero también de las personas que vandalizan, dañan los bienes públicos y atentan contra los policías. La violencia de los últimos días es lamentable y preocupante porque esto demuestra que la gente está brava, está pasando por momentos angustiantes. Yo creo que esto es apenas la punta del iceberg. Ojalá que no, pero me temo que sí.
L.C.V.: ¿Qué cree que hace que esto reviente de esta manera?
M.S.: El descontento de las personas; puede ser con el Gobierno, no solamente con el Gobierno nacional, sino también con los Gobiernos locales. El desespero de muchas personas de haber pedido su empleo y no poder alimentar a sus familias, que tienen que recurrir a un extremo para poder sobrevivir. Y yo también lo combino con una serie de hechos; y es que el Gobierno se ha venido alejando de la voz de los ciudadanos y, entonces, cualquier queja o reclamo que se le hace al Gobierno es reclamado por la Presidencia como antiinstitución, anti-Estado, y eso no es así. En las democracias cuestionar a sus líderes es saludable y este Gobierno se ha dedicado a señalar a todo el que lo cuestione.
L.C.V.: Son críticas severas al Gobierno…
M.S.: Las encuestas lo demuestran. Existe un descontento del propio partido con su presidente. Hace solo unos días, la ministra del Interior quiso renunciar, con solo unos pocos meses en el cargo. Hay ataques internos. Entonces, no es solo desde la oposición y la sociedad civil, sino desde el propio Centro Democrático, y, hasta ahora, va por la mitad del gobierno. Usualmente, a los presidentes les empieza a ir mucho peor a partir del tercer año o en adelante y, hasta ahora, vamos por la mitad.
L.C.V.: ¿Usted se define como político, tuitero o analista?
M.S.: Yo trabajo en una consultoría y acabo de lanzar una consultora en Colombia. Entonces, me defino como consultor.
L.C.V.: Pero sus trinos no son propiamente de un consultor…
M.S.: Una cosa es mi ámbito profesional y otra son mis redes sociales, en las que cuestiono, propongo, discuto y me río.
L.C.V.: Sus opiniones en medios alternativos tampoco son de consultor…
M.S.: No, pero es que a mí me preguntan por mi opinión y visión de país y no por mi profesión. Yo insisto en que Juan Manuel Santos es una persona y Martín Santos es otra persona. La gente cree que mi papá se manifiesta a través mío o de mis hermanos, lo cual es completamente falso. Mi papá está retirado de la política, no es jefe de ningún partido político, no le está haciendo campaña a nadie y mucho menos está patrocinando las protestas, como lo señaló el expresidente Uribe y la senadora María Fernanda Cabal de forma muy irresponsable.
L.C.V.: Pero piensan muy parecido…
M.S.: En algunas pensamos muy parecido y en otras no.
L.C.V.: Deme un ejemplo…
M.S.: Por ejemplo, nosotros desde el principio le insistimos a mi papá que no hiciera el plebiscito porque no era necesario. En eso él ha admitido que fue muy terco y fue un error porque, obviamente, se perdió. En cosas como esas.
L.C.V.: Volvamos a los trinos. Lo veo trinando mucho a favor de Claudia López. ¿Qué piensa sobre ella?
M.S.: Yo no voté por Claudia López. Yo voté por Carlos Fernando Galán. Claudia López es una persona que a mi papá lo ha criticado desde hace muchos años. Fue oposición al Gobierno de mi papá, pero siento que ella era una como senadora y otra como alcaldesa. En estos últimos meses ha demostrado liderazgo. Claudia López tiene pelotas, lo digo respetuosamente. Es una mujer a la que no le tiembla la mano. En muchas cosas estaré en desacuerdo con ella, pero creo que hasta el momento ha hecho una buena labor.
L.C.V.: ¿Qué tal le parece Gustavo Petro?
M.S.: Gustavo Petro es, sin duda, uno de los líderes más importantes que tiene Colombia. Algunas de sus ideas, como la protección al medioambiente, más justicia social, el tema de la salud, las comparto. Pero siento que es una persona que no le conviene en este momento al país, precisamente, porque necesitamos una persona que una al país y no lo divida aún más.
L.C.V.: ¿Se ve usted como político en el futuro?
M.S.: No, dentro de mis planes no está la política. Yo siempre he dicho que hay que dejarles espacios a los nuevos liderazgos. El hecho de ser quien soy o tener el apellido que tenga no significa que yo pueda heredar algún cargo público o en la política. El liderazgo se cultiva, no se hereda.
L.C.V.: ¿Usted lo quiere cultivar para usted?
M.S.: No, no está dentro de mis planes. Qué pereza otro Santos en la política. Yo creo que el tema jerárquico y de linaje en la política es repugnante. Hay muchísimas personas mejor preparadas que yo para ocupar cargos públicos. Lo que yo hago es ser consultor sobre asuntos públicos, pero desde lo privado.
L.C.V.: ¿Sería igual de repugnante si su hermano termina en la política?
M.S.: Yo opino que sí.
L.C.V.: ¿Qué piensa de los delfines?
M.S.: Están mandados a recoger. La política hereditaria está mandada a recoger. Las mismas familias ocupando los mismos cargos durante toda la vida es algo que ya no debería ocurrir.
L.C.V.: ¿Qué piensa de la violencia en redes sociales?
M.S.: Es un hecho que no solo pasa en Colombia, sino en todo el mundo. La gente manifiesta más inconformidad en las redes sociales que cuando están satisfechos. Si usted se levanta sintiéndose, tal vez, orgulloso de algún logro del Gobierno, probablemente no lo trine. Pero, si siente rabia, indignación, frustración, la posibilidad de manifestarlo en las redes es mucho más probable. La violencia en las redes se ha venido incrementando. Yo creo que no hay antídoto para eso. Simplemente, hay que contar hasta diez antes de trinar, de pensar y de insultar a las personas en las redes sociales.
L.C.V.: Usted ha dejado claro que no tiene nada que ver en lo que piensa y expresa con su padre, pero por ser hijo de quien es hijo tiene una responsabilidad especial…
M.S.: Para nada. De la mayoría de cosas que digo, mi papá, probablemente, ni se entera. Mi papá está completamente apartado de Twitter. Él, seguramente, pone algún libro o publicación que le parece interesante, pero ni él mismo lo maneja.
L.C.V.: ¿Lo regañan por sus trinos?
M.S.: Solamente una vez porque yo le propuse a mi papá, cuando la joven que se hace llamar Epa Colombia sacó su primer video en redes y se volvió tendencia nacional, que en un partido de eliminatorias en el que Colombia hizo un gol que pusiera un trino diciendo Epa Colombia. Luego, cuando ella salió con sus locuras, quedó claro que había sido un error darle visibilidad a esa mujer desde el Twitter del presidente.
L.C.V.: ¿Alguna otra mala idea suya con su papá?
M.S.: A mí me pareció muy buena idea poner una foto de mi papá hablándole a la foto del perro en su despacho, diciéndole que era el único amigo fiel que le quedaba luego de ocho años. Pero a los consejeros de Palacio no les pareció acertado.
L.C.V.: ¿Fajardo, Fico o Char?
M.S.: Los tres tienen cualidades grandes. Álex Char es un alcalde que ejecuta; eso me gusta de él. De Fico, con quien tenemos una buena relación, pienso que fue un alcalde comprometido con Medellín. Me parece que últimamente se está colocando mucho hacia la derecha. Se le notan las ganas de vincularse al Centro Democrático. Él es una gran persona. Y a Fajardo, por más que lo critiquen por ser tibio, creo que es una persona que no polariza y esa ya es una gran virtud.
L.C.V.: ¿Su papá dejó el país mejor o peor de lo que lo recibió?
M.S.: Muchísimo mejor de lo que lo recibió. El desempleo llegó a estar en un dígito, desmovilizó a la guerrilla más antigua de América Latina, más de 15.000 combatientes dejaron las armas. Entramos a la Ocde. El mundo nos miraba con otros ojos. El New York Times recomendaba a Colombia como su destino número uno para el turismo. La pobreza y la pobreza extrema, al igual que la inequidad, disminuyeron sustancialmente. Sin embargo, faltó muchísimo por hacer.
L.C.V.: ¿Qué piensa de una eventual candidatura de Tomás Uribe?
M.S.: Él está en todo su derecho de hacer lo que quiera con su vida. Yo procuro no polemizar con los hijos de Uribe, con quienes mantengo una relación amigable y respetuosa. Cada quien es libre de su propio destino y lo mismo para una candidatura.
L.C.V.: Muchos piensan que su estilo es muy crudo, sin filtro, hasta grosero para hablar. ¿Qué les dice a ellos?
M.S.: Nunca de mi boca saldrá un insulto. Yo digo lo que pienso, pero jamás sin insultar. Es lo que pienso y es una virtud poder expresar lo que uno piensa hoy. Las personas deben poder hacerlo sin restricción. Con límites, obviamente, al insulto y la mentira. A nosotros nos acusaron de promover las protestas. Lo que hizo María Fernanda Cabal, por ejemplo. ¿Qué tal que una persona de verdad crea que nosotros estamos detrás de los actos vandálicos y agreda a la familia?



