El comandante de las Fuerzas Militares señaló que “los ceses al fuego frenaron las operaciones ofensivas” y dijo que los criminales “se han fortalecido gracias al narcotráfico”

SEMANA: Desde la firma de los acuerdos de paz entre las Farc y el Gobierno Santos, se había advertido que se iba a dar una disminución del pie en las Fuerzas Militares. ¿Eso fue así?

Almirante Francisco Cubides (F. C.): Después del proceso de paz ha habido una reorganización de las Fuerzas Militares hacia un enfoque más estratégico. Ha habido algunas situaciones de ajustes fiscales que en alguna medida han limitado la posibilidad de mantener e incrementar el pie de fuerza, pero también se ha presentado un proceso normal de finalización del servicio militar. Los soldados profesionales concluyen su tiempo de servicio, hay una reducción natural del personal de las FF. MM.

SEMANA: ¿Y de cuántos hombres ha sido esa disminución?

F. C.: El número global era de alrededor de 270.000 miembros del Ejército, que es donde se ha registrado la disminución. Hoy tenemos alrededor de 220.000, pero con el plan 16.000 ya comenzamos a repuntar y esperamos tener todos esos efectivos muy pronto, para ejercer mucho más control en el territorio.

SEMANA: ¿Cómo ha impactado esa disminución? Se trata de 50.00 hombres menos para combatir a los grupos criminales en todo el país…

F. C.: Recordemos que cuando se firmó la paz, se esperaba que esos espacios donde estuvieron presentes los hombres armados de las Farc, y donde después se ubicaron en los famosos espacios territoriales de reincorporación, tuvieran más tranquilidad y así fue. Se pudo lograr una pacificación en la mayor parte del territorio colombiano, pero en la medida en que esos grupos han venido separándose del proceso de paz, han vuelto a tomar control de ese territorio. El tema es que esa disminución de combatientes de las Farc llevó a que, en cierto modo, se redujera el número de tropas.

SEMANA: ¿Se fortalecieron los grupos criminales con los ceses al fuego?

F. C.: El cese al fuego permitió que los grupos armados organizados se acomodaran. No podemos hablar de que estábamos con las manos amarradas, simplemente, y todos sabemos acá, el cese al fuego ordenaba detener las operaciones ofensivas. Los ceses al fuego frenaron la ofensiva de las Fuerzas Militares. Eso no significa que nosotros no estemos pendientes ni conozcamos lo que ellos están haciendo. Los grupos armados han seguido delinquiendo.

SEMANA: Cuando usted se refiere a que se acomodaron, ¿quiere decir que se fortalecieron y aumentaron su número de hombres?

F. C.: Nosotros hacemos un permanente conteo y verificación de las amenazas a través de un ejercicio semestral que se llama la apreciación de las capacidades críticas de las amenazas, que se hace cada seis meses. Para 2022 había alrededor de 18.300 hombres en armas de esos grupos, hablo del ELN, del GAO residual (disidencias de las Farc, de la Segunda Marquetalia, Clan del Golfo); en 2018 registramos 15.200 hombres, y a la fecha tenemos un conteo de 20.400. Eso obviamente nos demanda en materia de ofensiva, pero no significa que estemos quietos. Igualmente, entre 2022 y 2024, hemos afectado 10.130 hombres, o sea, que si la operación militar no hubiera sido efectiva, hoy serían más de 30.000.

SEMANA: Es decir, ¿en 2023 cuántos eran?

F. C.: 18.300, pero quiero hacer una especial connotación al respecto de esos números que se ven en aumento, especialmente en el Clan del Golfo. Hoy en día tienen alrededor de 7.000 hombres, lo que más ha aumentado es el componente del personal no armado. Es decir, las redes de apoyo, por ejemplo, en el Clan del Golfo son 7.000, y son 2.400 en armas y 4.600 en redes de apoyo. Aquí lo que más ha aumentado es el número de redes de apoyo.

SEMANA: Usted ha advertido que esos ceses al fuego sirvieron para que estos grupos criminales se reacomoden. ¿Cómo ve que el Gobierno esté pensando en un cese al fuego con la Segunda Marquetalia?

F. C.: La política del presidente Petro es la paz, por eso está buscando negociar y esperamos que esa negociación permita la protección de la sociedad civil, que es la más afectada. Entonces, podemos lograr el control del narcotráfico, las economías ilícitas y en cierto modo alcanzar el desarrollo de esas comunidades.

SEMANA: ¿Cómo se puede entender que han pasado dos años y nada de eso que usted menciona se ve reflejado en las negociaciones? Por el contrario, todo se ve peor.

F. C.: Cada gobierno tiene una política de paz. La tuvo el presidente Uribe, el presidente Santos, el presidente Duque, y, ahora, el presidente Petro tiene el concepto de la paz total. Lo que hemos visto, desde el inicio de su gobierno, es que ha dado espacios y garantías para que haya diálogo con todos los grupos.

SEMANA: ¿En las Fuerzas Militares creen en la voluntad de paz de los grupos criminales?

F. C.: Nosotros, como Fuerzas Militares, estamos manteniendo la ofensiva con esos grupos para que, en la medida que mantengamos la ofensiva, ellos se sienten a negociar. Ya los intríngulis del proceso se dan en el marco de una mesa que dirige el alto comisionado para la paz con su equipo, donde nosotros estamos como observadores.

Los combates en este 2024 aumentaron en un 40 por ciento con respecto al año anterior, lo que quiere decir que estamos a la ofensiva. Y aunque los grupos estén en cese al fuego y son sorprendidos delinquiendo a través del narcotráfico, extorsión, secuestros, tráfico de armas y afectaciones a la población civil, las Fuerzas Militares actúan.

SEMANA: ¿La paz total va por buen camino?

F. C.: Nosotros tenemos el asesoramiento para lograr los acuerdos que sean los más favorables para la población; igualmente, que les quiten poder delictivo a los grupos. Ese es un ejercicio permanente.

SEMANA: ¿Qué responderle a los que consideran que este Gobierno ha tenido una política de debilitar a las Fuerzas Militares?

F. C.: No. No las ha debilitado, ¿sabe qué ha pasado? (...) Ya lo hemos manifestado, hay una dinámica en cuanto a movimiento de personal, las Fuerzas Militares son piramidales, no todos los coroneles o capitanes de navío pueden ser brigadieres generales o contralmirantes, y no todos ellos pueden ser vicealmirantes o mayores generales. Tampoco todos ellos pueden ser generales o almirantes, así que es una dinámica que se está llevando a cabo y así debe ser.

SEMANA: ¿El ELN está ‘quitando generales’, como se afirma?

F. C.: Nunca, ya superemos ese tema porque no es así. Aquí hay una ofensiva, hay trabajo, hay esfuerzo y están los resultados.

SEMANA: ¿Las Fuerzas Militares están quietas?

F. C: Hemos intensificado operaciones contra todos los grupos armados y criminales que amenazan la tranquilidad y el desarrollo de los colombianos. Nuestra presencia ha sido muy contundente y visible en el norte, en el sur, oriente, occidente y ahí estamos dando todo de sí, ustedes pueden ver en la última semana importantes resultados, pero cuando uno hace el balance a este año, por ejemplo en tema de combate, hemos tenido 428 combates, más que el año anterior.

SEMANA: En los planes de renovación de la flota aérea, qué prefiere: ¿los F16 o los Gripen?

F. C.: Eso lo está manejando directamente a puerta cerrada el comandante de la Fuerza Aeroespacial con el Presidente de la República.

SEMANA: ¿Cómo está Colombia en submarinos?

F.C.: Están todos operativos, pero es igual que las demás capacidades de las Fuerzas Militares, son capacidades que se tienen que renovar, están en un periodo en el que llegan al final de su ciclo de vida. Necesitamos, durante este año que viene, presentar al Gobierno las opciones que hay para la renovación de la fuerza submarina.

SEMANA: ¿Cuánto les queda de vida útil a esos submarinos?

F. C.: Yo esperaría que unos 10 ó 15 años, pero ya tenemos un estudio muy bien definido con diferentes empresas o, más bien, astilleros que los fabrican. Hay astilleros alemanes, astilleros coreanos, astilleros suecos, igualmente está el astillero español. Hoy en día Brasil también está construyendo submarinos, así que estamos en la capacidad de buscar la mejor opción para presentar al Gobierno y comenzar un plan de renovación en el corto o mediano plazo.

SEMANA: ¿Qué responder sobre el informe de la ONU respecto a la alta producción de cocaína?

F. C.: Hemos solicitado una revisión porque no coinciden los cálculos que tenemos, porque de cada hectárea de cocaína sembrada se tienen dos o tres procesos de recolección, así toda la hoja de coca que está cultivada se procesara no daría esa cantidad, aquí lo que importa es mantener la ofensiva y estamos trabajando muy fuertemente con Ecuador, Perú, Brasil, es un trabajo muy importante.

SEMANA: ¿Tienen las Fuerzas Militares sitios vetados por el cese al fuego?

F. C.: No podemos decir que hemos sido debilitados de por sí, no tenemos ningún territorio vetado y aquí hemos tenido un aumento en los esfuerzos de inteligencia para conocer el actuar delictivos de esos grupos.

SEMANA: Las disidencias de Calarcá siguen delinquiendo y están en cese al fuego. ¿Qué decir al respecto?

F. C.: Nosotros hemos tenido control de este grupo, allá son dos bloques y un frente. Los hemos venido afectando también en el área del noreste antioqueño, sur de Bolívar, y también en el área del Caquetá. Hemos detectado que están extorsionando y siguen buscando afectar a la población civil, pero no lo vamos a permitir.

SEMANA: ¿Cómo se ven afectados con la no aprobación de la Ley de Financiamiento?

F. C.: Al momento no tenemos cifras específicas de cómo va a ser el presupuesto, no lo tenemos claro aún.