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Javier Acosta habla a días de su eutanasia: “No puedo más. Me duele no ver crecer a mi hija... Aprovechen cada segundo”. Aquí, el video completo
El joven ha publicado en su cuenta de Facebook el recorrido que ha vivido con su enfermedad y ha compartido sus sentimientos y amor por la vida y su familia. “Ya de tanto llorar y de tanto hablar con Dios, no tengo lágrimas”.
La historia de Javier Acosta ha conmovido al país. El joven pidió recibir la eutanasia tras padecer las consecuencias de una severa infección. En su relato, narra que la contrajo en un viaje a Melgar con su familia.
Sus mensajes en redes sociales han sido comentados por centenares de personas que hoy le dejan sus oraciones y palabras de aliento. En un video, el hincha de Millos habló por 30 minutos. “Estaré alentando desde lo más alto. Mi familia me apoya. Saben que es lo mejor. No es fácil tener una infección así. Pero no puedo más. Me duele no ver crecer a mi hija. Les pido que me acompañen el día de mi funeral y en la misa. Gracias por su amistad. Me voy agradeciéndoles”, dijo.
Acosta detalló su condición médica. “Estoy muy maluquito. Han pasado muchas cosas en mi vida. En mi salud, me descubrieron una bacteria densa. Me tiene jodido, me tiene mal”, comenzó tras explicar que lleva más de un mes hospitalizado.
Agregó que lleva cinco años y medio luchando contra lo que él llama una bacteria, pero es el hongo Candida auris, y que tras tener momentos de recuperación, “lastimosamente volvió”. Contó que le tocó ir al hospital por cuenta de una fiebre. “Mi bacteria es como el iPhone. Hay versión 11, 12, 13 y Pro Max. La mía es Pro Max... y no me dan muchas esperanzas de seguir viviendo”, dijo. Agregó que pese a tomar tres tipos de antibióticos diferentes, su cuerpo no puede derrotar al hongo.
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“Estoy acá esperando que llegué el día. Ya no hay nada que hacer. Es triste que no haya esperanzas para seguir. Ya no tengo lágrimas”, aseguró.
“Ese hongo le puede dar a cualquier persona, pero en cinco días tenía una llaga que se me pasó al hueso del glúteo izquierdo y luego al derecho. Ahí empezó todo. La infección comenzó a agrandarse. Me tuvieron que raspar el glúteo izquierdo y me pusieron un injerto, pegó bien, pero luego se pasó al derecho”, dijo. Agregó que sus heridas son profundas y en varias partes del cuerpo.
Luego, agregó: “Me hicieron cultivos y cirugía, pero la bacteria está tan fuerte que me acabó con los tejidos y los huesos, por lo que me dieron la opción de amputarme mi pierna, pero me dijeron que eso no me aseguraba que no se me pasara a cualquier otra parte del cuerpo. No hay tratamiento que valga. Además, me salió un ganglio interno en la cabeza. La infección ya me llegó a la cabeza, lo que no me permitiría”, detalló.
Acosta siempre ha dejado claro que él ama vivir. “Quiero seguir. Pero está complejo”, dijo desde la cama del hospital. “Uno puede tener todo, pero sin salud no hay nada. Estoy cansado. Estoy agotado”, afirmó.
“Sólo les puedo decir que sean reales, que sean originales, que no se cansen de vivir, de luchar. Ustedes me ven así todo bien. Pero si vieran mis piernas ya parezco chichicuilote, son unos palitos... Me mantienen dopado, dormido, porque saben que... el dolor es una gono#$/”, agregó.
“Ya de tanto llorar y de tanto hablar con Dios, no tengo lágrimas. Uno se resigna a que es triste”.
En otra publicación, en la que habla con Falcao García, Javier detalla más lo que viene en su vida. “Tomé la decisión de la eutanasia. Son dolores que ni la morfina me baja”, le dijo al Tigre.
Los consejos de Javier Acosta
En su video, Acosta les da consejos a sus amigos. “Coman bien, duerman bien, sepan con quién se juntan, sepan con quién amanecen, sepan con quién trasnochan; valoren a la familia, quieran a su mamá. Denle un abrazo. Díganles a sus hijos que los aman cada que tengan la oportunidad. Lo más chimba es vivir la vida al límite. No todo es fiesta. No todo es drogas. No todo es farra. La vida es despertar un domingo con la familia”, señaló.
También compartió sus reflexiones sobre la calidad del tiempo con los amigos y la familia. “No saben lo que me arrepiento de todo el tiempo que le entregué a la barra y hoy en día la barra ni siquiera un mensaje. Tengo 36 años y 21 años han sido dedicados la barra. Por la barra estoy en silla de ruedas. Por la barra estoy en una cama. Lastimosamente, cuando estás bien, dice la canción, tienes amigos a granel, cuando estás en una situación de estas: mamá, papá, hermana, hijo, y pare de contar”, se lamentó. “No me arrepiento de ser un barra brava. Millos hasta la muerte. Canten, salten, alienten”, dijo al final. Aprovechó la oportunidad para mencionar a los amigos que han estado ahí para él.
“Una visita, un mensaje, un cuentas conmigo”, fue la lista de cosas sencillas que dijo que se necesitan en los momentos difíciles como los que él está atravesando. “Me arrepiento de entregarles mi amistad a personas que paila”, agregó.
“Me levanto todos los días y miro a mi mamá y pienso: esa vieja es una berraca. Soy barra brava de la señora Luz Esperanza Cortés, esa señora es una guerrera. No le duele madrugar y trasnochar por venir a verme. Porque los amigos.. ‘me río de Janeiro’ los tengo contados con los dedos”, dijo lleno de admiración por la mujer que le dio la vida.
“Quiero que tengan los mejores recuerdos de este flaco. Estas lágrimas no son de dolor, sino son de impotencia, de ver cómo mi salud se esfumó. Hoy puede ser el último día que nos vemos. No les puedo decir que hay Javi para rato porque no lo hay. Aprovechemos en vida porque ya después de muertos qué hps”.