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La nueva vicepresidenta, incluso, desestimó la idea de convocar un referendo para tumbar la JEP. | Foto: Juan Carlos Sierra

POLÍTICA

Marta Lucía Ramírez: ¡Señora vicepresidenta!

La mano derecha de Iván Duque será muy activa en el nuevo gobierno. La política de la mujer, la lucha contra la corrupción, la paz y las relaciones con el Congreso estarán bajo su competencia.

7 de agosto de 2018

Marta Lucía Ramírez tiene una trayectoria pública tan amplia que incluso supera la de su jefe, el presidente Iván Duque. Para empezar, una experiencia en el sector público de casi 25 años, resumida en los cargos de viceministra, embajadora, dos veces ministra, senadora y candidata presidencial.

El país la identificó al frente de la cartera de Comercio Exterior y luego le conoció su voz de mando, cuando se convirtió en la primera mujer de la historia en asumir la cartera de Defensa, en el gobierno de Álvaro Uribe. Pero también le descubrió rasgos de independencia, cuando era senadora y renunció al Partido de la U para buscar una candidatura independiente. Salió en una foto con los exalcaldes Mockus, Garzón, Peñalosa y Fajardo antes de conquistar las bases conservadoras y convertirse en un dolor de cabeza para la reelección de Juan Manuel Santos.

Tras participar en la campaña presidencial de 2014, en la que obtuvo el tercer lugar con casi 2 millones de votos, volvió a salir al lado de Uribe para compartir la vocería del No en el plebiscito sobre el proceso de paz con el que hoy será su jefe, el entonces senador Iván Duque. Se da por descontado que el rol de Ramírez no se reducirá a ser la persona que pueda reemplazar al presidente y, por el contrario, será lejano al de simple figura decorativa, como en algunos tiempos se creyó que era la vicepresidencia.

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El lunes, horas antes de la posesión, Ramírez sostuvo reuniones más allá de las protocolarias con algunas delegaciones oficiales de gobiernos extranjeros que llegaron a Bogotá como invitados a la transmisión de mando. Y de paso dio una señal de qué tan activa será  en el gobierno Duque.

La influencia de la vicepresidenta en el gobierno se advertía días antes. Por ejemplo, el 24 de julio en Cajicá, donde se reunieron los ministros designados, Ramírez los recibió y dirigió la primera jornada del ‘consejo de ministros’ del nuevo gabinete. También estuvo presente en todas las reuniones con los partidos y en buena parte de las citas del empalme.

Duque le da tanta relevancia a su segunda a bordo que primero que todo firmará el decreto que defina las funciones o encargos especiales de su vicepresidenta, a quien incluso podría designar en cualquier cargo de la rama ejecutiva. Germán Vargas Lleras, quizás el vicepresidente que más poder acumuló, estuvo al frente de los sectores de infraestructura y vivienda. Ahora, entre los ministerios cercanos a Ramírez se destacan los de Transporte y Agricultura.

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Tres días antes de su posesión en la plaza de Bolívar, Marta Lucía Ramírez concedió una entrevista al diario El Espectador y algunas de sus declaraciones no pasaron inadvertidas. Dejó entrever que tendrá en sus manos la política para la mujer, por lo que se piensa que asumirá los asuntos de género, que tanta controversia generaron antes del plebiscito por la paz; advirtió que también liderará la política de lucha contra la corrupción y que, aprovechando su experiencia como parlamentaria, las relaciones entre el Congreso y el Ejecutivo no le serán ajenas. “Voy a estar como segunda a bordo del gobierno de Iván Duque, acompañándolo, apoyándolo, asesorándolo y, sobre todo, ayudándole a coordinar distintas tareas”, dijo en la entrevista.

La mano de la vicepresidenta, incluso, podría sentirse hasta en los asuntos de paz, que Duque ha decidido encomendar a personas cercanas al expresidente Andrés Pastrana, quien impulsó la precandidatura presidencial de Ramírez. Miguel Ceballos, uno de los asesores jurídicos del No, será el nuevo alto comisionado para la paz e hizo parte de la comisión de empalme con el gobierno Santos, en la que se notó cierta preocupación por la financiación de algunos proyectos para implementar el acuerdo de paz con las Farc y sobre todo su ejecución.

Y en los temas de paz  la vicepresidenta ha sorprendido por la moderación con que recientemente ha expresado sus posturas. Parecen lejanos los días de campaña en los que se temía porque el acuerdo quedaría hecho trizas o que el propio 7 de agosto se levantaría la mesa de negociación con el ELN.

Sobre la paz con las Farc, Marta Lucía dice que hay que mantener lo bueno y cumplirle a la base guerrillera desmovilizada. “Sería una locura que alguien pretenda devolver otra vez al monte a los guerrilleros”. Sin embargo, insiste en que habrá que revisar la participación política de exguerrilleros en el Congreso sin que hayan pagado antes  las sanciones de la justicia transicional.

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La nueva vicepresidenta, incluso, desestimó la idea de convocar un referendo para tumbar la JEP, promovida por algunos congresistas del uribismo. Asegura que a estas alturas de la implementación del acuerdo con las Farc mantendrán y preservarán lo que más puedan.

Y respecto al ELN, aunque Duque y Ramírez habían coincidido en que el 7 de agosto se les acabaría el plazo para firmar un acuerdo, el nuevo gobierno establecerá si hay condiciones para mantener el diálogo. Antes de tirar la llave al mar, buscarían nuevas condiciones para diseñar un “mejor acuerdo” que el que el gobierno Santos firmó con las Farc.

Sobre el papel, la agenda de la vicepresidenta tiene numerosos desafíos. Entre ellos, establecer una nueva forma de relacionamiento con el Congreso y sostener las mayorías legislativas para sacar adelante las reformas que se propone. Aunque con una historia de encuentros y desencuentros con los conservadores oficialistas, la nueva vicepresidenta es prácticamente la figura con mayor ascendencia en esa bancada.  

En más de una ocasión Ramírez ha dejado en claro que ella proviene de las toldas azules y que inscribió su candidatura por firmas y no por el Centro Democrático. Frente a este asegura que las opiniones de sus miembros siempre serán tenidas en cuenta, pero que solo el gobierno tomará las decisiones.

En cuanto a los temas, la nueva vice insiste en que le interesa posicionar un nuevo papel de la mujer en las actividades políticas y que aconsejará al mandatario en temas de competitividad y productividad, los cuales trabajó en el Ministerio de Comercio durante la administración de Andrés Pastrana.

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A la primera mujer en la vicepresidencia no le esperan retos sencillos, pero Marta Lucía Ramírez parece contar con las credenciales para que el cargo no le quede grande. Por su perfil y trayectoria, más de dar órdenes que de acatarlas, hasta podría catapultarse a la primera línea de sucesión y fortalecer una candidatura para 2022. Al fin y al cabo, en dos ocasiones ya quiso ser la primera mujer en la historia en llegar a la presidencia.